sábado, 5 de marzo de 2011

FREEDOM CALL + Edén. Xixón. 24.02.2011. Crónica y fotos.



Texto: Larry Runner.
Fotos: Sergio Blanco.

Segunda visita de los alemanes Freedom Call a Asturias y segunda noche triunfal para ellos entre el público astur. Hace la friolera de nueve años nos visitaron acompañando a Blind Guardian en una de aquellas mágicas noches que se vivían por entonces en la avilesina Sala Quattro.


Citas espectaculares de importante calibre, de bandas de mucho nivel, que desaparecieron de nuestros calendarios por la escasa asistencia de público. Los promotores de aquellas veladas se fueron, y nunca mejor dicho, con la música a otra parte, donde el calor del público les hiciera ganar dinero y no ponerlo, porque cuando alguien vive de ésto es lo que necesita, que es muy fácil poner verde a un promotor, pero aquí ninguno vamos a nuestro trabajo de forma altruista.

Con los últimos precedentes de las visitas de bandas como Brainstorm o Vicious Rumors, donde el público no acudió en la cantidad esperada, la iniciativa de GMF en colaboración con Txalupa Concerts me parecía más bien suicida. Tiene mérito que una vez más hayan confiado en el público asturiano. Por esta vez, y espero que sirva de precedente, el público acudió en buen número, al menos en el suficiente como para que dichos promotores no se pillaran los dedos.

Y es que hay que tener muy en cuenta que la cita se celebró un jueves de finales de mes, y desgraciadamente hoy en día no todo el mundo puede permitirse el lujo de irse de fiesta en una fecha tan complicada. Quién más, quién menos, o bien llegó con la lengua fuera procedente de su trabajo, o pidió permiso en el mismo para acudir a la cita, o simplemente se fue al día siguiente a su ocupación con los ojos destrozados por el sueño.

El caso es que Freedom Call dieron una clase magistral de Power Metal en su versión más Happy Metal, que es como a ellos les gusta que les encasillen, a pesar de que la Acapulco una vez más se volvió a quedar grande, como en todas las anteriores ocasiones que he ido fuese cual fuese el estilo y fuese la banda que fuese: The Quireboys, Uzzhuaia, Faster Pussycat, Dunedain, etc.


Antes pudimos disfrutar de la actuación de los mierenses Edén, que con nuevo trabajo bajo el brazo titulado Caminante del Tiempo, acompañaron a las estrellas del cartel tanto en la cita gijonesa como al día siguiente en la Ritmo y Compás madrileña.

Al salir a escena, la audiencia se llevó la primera e impactante sorpresa. Si bien el Gamma Ray Dan Zimmermann aparece en su web y en sus discos como baterista de la banda, en directo estas labores quedan en poder de Klaus Sperling, ex- Primal Fear y ex-Sinner, entre muchos otros.

La trayectoria de este fenómeno de las baquetas le da la suficiente credibilidad como para no dudar de su calidad, como así lo demostró a lo largo de la noche. Personalmente me encantan estos expertos en doble bombo. ¡Como sonaba!

Y es que el doble bombo se hizo sentir durante toda la noche entre otras cosas porque al mando del sonido estaba una persona que se ha estudiado la Sala Acapulco al dedillo y que se sabe muy bien lo que se hace porque realiza las cosas con dedicación mientras disfruta de su trabajo. Ian Alvarez, que ha trabajado para infinidad de músicos y que él mismo lo es como bajista de Absentia, fue el que llevó a nuestros oídos los mejores acordes de la banda que esa misma mañana había llegado de Nüremberg vía aeropuerto de Bilbao.


Han venido presentando por fin como se lo merecía nuestro país, el álbum Legend Of The Shadowking, que ya tiene su tiempo, pero del que hasta ahora no se había podido disfrutar de lleno, pues el año pasado renunciaron a su propio tour para acompañar como invitados a Gamma Ray, lo que acortaba su set-list y hacía difícil tocar demasiados temas del disco que por entonces era aún muy nuevo para el público.

A estas alturas, sus fans ya se conocen los temas, y a los que los hemos escuchado regularmente y somos de mala memoria, ya incluso nos cuesta distinguir lo mejor de Legend Of The Shadowking de las canciones más clásicas.


Empezaron con We Are One, y ya en ese momento nos dimos cuenta de que aquello iba a ser una velada gloriosa, y de que el esfuerzo realizado por acudir de jueves iba a tener recompensa sobrada. United Alliance, de mi álbum favorito, Dimensions, fue la siguiente.

Sami al bajo y un arrebatador Lars a la guitarra, además de cumplir con creces su cometido, ayudaban en los coros, que en el caso de Sami eran a base de unos agudos realmente geniales. El tema de los coros es una cosa que durante la prueba de sonido, a la que tuve el honor de asistir, cuidan muchísimo, aunque luego durante el show, en algunos temas también llevan coros sampleados al igual que pasa con los teclados. De todas formas, esta circunstancia, lejos de deslucir la actuación, le da aún más brillantez. Pocas veces he visto yo hacer mejor los coros sobre un escenario. Así a bote pronto puedo recordar como reyes en esta faceta a los noruegos TNT, aunque también llevan ayudas, y a los norteamericanos Stryper, que son sin duda los reyes de esta habilidad.

Ampliamos algo más la memorabilia.

Uno tras otro fueron sonando temas clásicos como Metal Invasion, que fue single en 2001, Warriors o Hunting High and Low, mezclados con canciones del último trabajo tales como Tears Of Babylon o Out of the Ruins y proyectando la emoción del escenario a un respetable que se entregaba cada vez más con cada canción.

Pudimos disfrutar por el medio de un estupendo y bruto solo de batería de Klaus Sperling, demostrando su dominio del instrumento y que es a día de hoy uno de los mejores baterías de su país.

Ya casi al final del recital, llegó la hora de Mr. Evil, donde interactuaron durante un buen rato con el público, siendo de destacar los esfuerzos por parte de Chris Bay para hacerse entender, cosa que creo que no llegó a conseguir del todo a pesar de su correctísimo inglés y sus grandiosos esfuerzos. En este país nunca se nos han dado demasiado bien los idiomas, está claro.


En el bis llegaron Perfect Day y la imprescindible y en su día single, Freedom Call. Una cerradísima ovación fue la despedida por parte de los presentes, que disfrutamos de cada minuto de la hora y tres cuartos de Power Metal de altísimo nivel con una de las mejores bandas europeas del estilo sin duda alguna.

Tras el show el que quiso pudo charlar con ellos, pues en todo momento demostraron ser gente muy cercana y sin ningún endiosamiento. Firmaron cuanto se les pidió y sacaron fotos con todo aquel que llevó su cámara.

Esperemos que vuelvan y nos dediquen otra épica noche, pero que no pasen otros nueve años para volver a disfrutar de su talento y del carisma de su simpático y cercano líder Chris Bay.

© Larry Runner 2011

Pincha aquí para ver la crónica en al web de Rafa Basa.