miércoles, 18 de mayo de 2011

MARTY FRIENDMAN. Sala Rock Star, Barakaldo, 10.05.2011. Crónica y fotos



Texto: Larry Runner.
Fotos: Sergio Blanco.

Fantástica noche de heavy metal la vivida en la Sala Rock Star barakaldesa con Marty Friedman como protagonista. Sí, has leído bien, noche de heavy metal. Porque, si bien acudí al concierto pensando que lo que allí veríamos sería un recital de guitarra eléctrica donde el americano nos demostraría todas sus virtudes sin tener en cuenta para nada al público, lo que nos encontramos fue un auténtico concierto de puro y auténtico heavy metal de gama alta.


Mereció la pena peregrinar una vez más a nuestra amada Euskadi, pues el protagonista de la noche no dejó de cautivarnos con sus cabalgadas arriba y abajo del mástil, pero acompañó su actuación demostrando que además de ser un auténtico maestro del instrumento, es un metalhead genuino, con una música cargada de potencia. Lleva el virtuosismo a su terreno y en ningún momento tuvimos esa sensación de tedio que aparece en conciertos de otros guitarristas que meten en su set-list funky, reggae y otros estilos que para nada nos importan a la gente que solemos vestir de negro.


Pintaban bastos para un recital en noche de martes. En estos tiempos que corren, se hace difícil pensar que un concierto entre semana vaya a tener respuesta por parte del público. Pero la acción de una entidad bancaria local por medio de un sencillo concurso, hizo que la Rock Star alojase a más de un millar de personas. Eso viene a indicar que, si la cosa es gratis, da igual del día de la semana que se trate, la gente irá. Y que a veces la baja asistencia no viene como consecuencia de ser en día laborable, sino más bien por el tema monetario, que en estos momentos de crisis es lo que más tiene que tener en cuenta la gente desgraciadamente.

Marty Friedman, con chupa de cuero y botas altas se presentó en el fantástico auditorio que es la Rock Star acompañado de los tres excelentes instrumentistas japoneses que le hacen de banda en este tour de 2011.

Tres músicos procedentes del J-Rock japonés y sobre los que resalta sin duda el guitarrista de apoyo, Takayoshi Ohmura, afamado en el país del sol naciente y con una importante trayectoria en la que se incluyen trabajos al lado de Mark Boals o Ritchie Kotzen entre otros. 


Durante aproximadamente dos horas, Marty Friedman y su banda nos deleitaron con un repaso casi íntegro a su discografía a pesar de que el compañero Ohmura actuó con fiebre y en un muy delicado estado de salud, lo cual pasó completamente desapercibido para el público. Esfuerzo digno de elogiar y de agradecer al delgadísimo japonés. La actuación no se vio afectada en ningún momento por esta circunstancia.

Me llamó muchísimo la atención el look tanto de Ohmura como del batería Mitsuru Fujisawa. Ambos presentaban gran cantidad de maquillaje sobre sus caras y pelo teñido en distintos tonos, con un aspecto cercano al típico Visual-key japonés aunque sin llegar a tal exceso. 

Abrieron con la veloz y melódica "Street Demon", y la primera parte del concierto se fue ajustando al guión marcado en anteriores actuaciones, con "It’s the Unreal Thing", la maravillosa A"magigoe", "Ballad of the Barbie Bandits", "Tsume Tsume Tsume", "Elixir" y "Stigmata Addiction".


Antes de "Gimme a Dose" Marty Friendman cambió su guitarra y se dirigió al público, cosa que hizo sólo tres o cuatro veces para intentar decir alguna que otra palabra en castellano. En esta oportunidad además de dar las gracias por nuestra asistencia soltó un “bonita señorita”, tras lo cual no pudo reprimir el decir que había muy pocas mujeres esa noche para verle. Y es que en ésta ocasión la mayoría del público era de sexo masculino. "Gimme a Dose" sonó realmente brutal con los dos guitarristas punteando al unísono.

Con "Asche Zu Asche", versión de Rammstein movilizó a toda la sala e hizo que las cabezas se agitaran. Eso sí, no deja de ser curioso el medley que realiza de esta canción con la completamente opuesta "My Oh My" de los clásicos Slade. Mis adorados Slade cuyos singles me pinchaba mi madre cuando era crío.

El momento de la tranquilidad llegó por medio de la balada "Letter" con Ruota Yoshinari, el bajista, a la voz, y al que Marty Friedman presentó como “Yokohama Superstar”. "Letter" fue el único de los temas cantados de la noche.

Tras ese “descanso” la fuerza del show ya no bajó en ningún momento, y el grupo siguió mordiendo a base de temas cañeros, en los que yo destacaría la emocionante "Angel" y ya al final "Dragon Mistress" y "Thunder March".

Cuando ya parte del aforo se había ido, volvieron al escenario para interpretar "Bad D.N.A.", cerrando así una estupenda noche difícil de igualar, y que probablemente se convierta para mí en uno de los mejores conciertos del año.

Al salir ignoramos el merchandising por caro, aunque una de las cosas que más nos llamó la atención es que se podía acceder a un meet & greet previo pago de un pase de 50 euros. Algo que será caro para unos y regalado para alguien que tenga realmente interés en pasarse un rato en compañía del héroe de la noche y llevarse a casa un buen lote de memorabilia a base de discos firmados.

© Larry Runner 2011.



Puedes leer esta crónica también en The Metal Circus pinchando aquí.