lunes, 11 de abril de 2011

Road Report: London. Wolfsbane, The Borderline. Sa. 09.04.2011. Parte 1/2


Mi primera visita a Londres, que ya tocaba, empezó a fraguarse hace meses. Los preparativos comenzaron el día que en que a través de Ticketweb lograba comprar las dos entradas para el show exclusivo que iba a tener lugar en uno de los templos del rock londinenses, el pequeño The Borderline, en el corazón del Soho. Wolfsbane, la banda liderada por Blaze Bayley, volvían a la actividad 17 años después de su desaparición y lo hacían con un concierto en un reducido club y destinado a sus fans más fieles. Si aquello iba a tener lugar, yo tenía que estar allí.

Nada más conseguir los tickets, tanteamos los vuelos, pero lo primero de todo fue buscar un buen lugar donde pernoctar. En pleno mes de Abril, por razones de trabajo, solo podíamos ir durante un fin de semana, así que más que el precio, en esta ocasión lo que apreciamos fue un lugar cercano a la sala, para poder asistir caminando y no estar pendientes de Metro o Bus. Localizamos un hotel cercano por 100£ la noche y luego rastreamos el vuelo, que acabamos contratando con Easyjet.


El viernes volamos rumbo a Inglaterra. El avión partió de Asturias una hora más tarde de lo previsto, algo que no nos preocupó demasiado. El caso era llegar bien y que nuestra maleta también lo hiciera. Todo salió según lo planeado. Nada más arribar y recuperar el equipaje, rumbo al tren, el Stansted Express, que en tres cuartos de hora nos dejó en la estación de Liverpool Street. Allí tomamos la línea roja del Metro hasta nuestra estación Tottenham Court Road. El hotel estaba a cien metros escasos de la boca de metro, en pleno Soho y desde la ventana podíamos incluso disfrutar de la vista del London Eye y del Big Ben.

El London Eye desde la habitación.

Check-in en el hotel y enseguida otra vez a la calle. Localizamos la sala del concierto, The Borderline para ir al día siguiente sin perder tiempo. Luego dimos un paseo por Oxford Street, cenamos y tomamos una cerveza en The Crowbar, un pequeño bar heavy justo al lado del The Borderline, y al que acudimos por la buena fama y buenos comentarios que habíamos leído en internet. Comentarios que pudimos comprobar estaban muy por encima de lo que luego realmente nos encontramos allí, con un servicio de camareros bastante malo, mucho calor, caro y con música mejorable. Un bar mediocre y a años luz de los que he podido visitar en Hamburgo o Berlín por ejemplo.

A la puerta de The Crowbar

Tras esa cerveza reparadora, otro pequeña excursión por la zona. Encontramos un bar con el nombre de "The Spanish Bar", bandera rojigualda y logo de San Miguel por fuera, pero huimos de allí. San Miguel tenemos aquí bastante como para ir a pedirla a Inglaterra. Supongo que para el que lleve tiempo viviendo en Londres aquello será un sitio majo, pero no era nuestro caso.

Nos retiramos al hotel pronto, la dura semana y el viaje nos habían dejado para el arrastre. Al día siguiente nos esperaba una dura jornada, que queríamos exprimir a tope, así que mejor retirarse a descansar.

El Big Ben desde nuestra ventana.

El sábado despertamos muy temprano y fue una grata sensación la de asomarse y gozar de la visión del Big Ben por la ventana. La hora londinense eran las 7, las 8 de aquí, así que a las 7:30 estábamos ejerciendo de turista por Charing Cross Road hacia abajo. Marchamos con calma rumbo a Trafalgar Square donde nos hicimos las primeras fotos. Desde allí, en 10 minutos estábamos cruzando el Puente de Waterloo, donde nos retratamos con el London Eye de fondo, el Big Ben y el parlamento. Paseamos por la otra orilla y volvimos a cruzar hacia el lado norte por el puente de Westminster. Alguna foto más a la puerta de la famosa Abadía y tras un buen desayuno, subimos rumbo a Buckingham Palace, donde aprovechamos para hacernos un buen montón más de fotos. Una vez contemplado el famoso palacio de la reina (que no estaba, pues la bandera no ondeaba en lo alto del mástil) partimos dirección Picadilly, donde aprovechamos para agotar la batería de la cámara y realizar alguna compra. Entre esas compras el nuevo disco Forevermore de Whitesnake en una edición limitada con un libro, posters, pin y bonus tracks. Una maravilla más para nuestra discoteca personal.


Luego nos subimos a un Double Decker, el típico autobús londinense de dos pisos para ir hasta Candem, donde visitamos más tiendas y aprovechamos para comer. Antes de volver definitivamente al hotel, una visita a la cercana tienda Metal Militia, donde me procuré algunos parches para el chaleco. Pantera, Soulfly, Ektomorf, Sacred Reich y Slayer entre otros han pasado a decorarlo.

Vuelta definitiva al hotel. Siesta reparadora, ducha y al concierto.

Detalle del cartel con la programación de la sala.

Llegamos un poco antes de las seis de la tarde para acudir al exclusivo Meet & Greet. Fuimos de los primeros en entrar e incluso entrevistaron a mi chica a la puerta con cámara en mano. Quizás algún día nos veamos en un DVD.  Eramos los únicos españoles presentes en la fiesta y no encontramos a nadie que no hablara inglés, aunque no estoy seguro del todo de que fuéramos los únicos no británicos allí.

Llevé todos mis cd's oficiales de Wolfsbane para traérmelos firmados. Los preciosos vinilos se quedaron en casa, no son cómodos para viajar, aunque me hubiera encantado ver las caras de la banda al ver tanta rareza que he acumulado en todos estos años. De todas formas ahora tengo 13 cd's, el DVD y una camiseta firmados por todo el grupo.

Con toda la banda

Tras las firmas y fotos, llegaba la hora del concierto.

continuará ...

Haciendo click en las imágenes se pueden ver a mayor tamaño.
La segunda parte aquí
English version here

1 comentario:

jose dijo...

ole larry...ya tengo ganes de leer la 2ª parte