martes, 18 de enero de 2011

Road Report: Albacete. Crónica concierto Angelus Apatrida + Crysys. Sala Baobá. Sábado 15.01.2011


Previendo que el principio de año iba a ser muy duro en cuestión de trabajo, como así está siendo, renuncié a ir a Barakaldo para ver a Helloween y a Stratovarius. Con el montón de curro y responsabilidad que tengo sobre mis espaldas este mes de Enero, coger un viernes libre era demasiado lujo. Así que, el día de nochevieja, se me ocurrió lo de pegarme la paliza hasta Albacete para acudir a ver a las dos mejores bandas del thrash metal patrio actual. Lo comenté con los colegas turoneses, los de toda la vida y enseguida se apuntaron.


Llegó el sábado quince, y a las ocho de la mañana “Eddie”, que así llamamos en mi casa a nuestro coche ya rugía saliendo del garaje. Fuí parando para ir reuniendo a la tropa, y tras un paso por el cajero de Cajastur para que Jandro sacara pasta y llenar el depósito en la Shell, partimos rumbo a la capital manchega. Albacete en el GPS, 686 kilómetros nos esperaban.

El viaje se nos hizo corto. Teníamos pensado desayunar en Villalpando, pero pasé de largo, supongo que sería por la niebla. El caso es que cuando nos dimos cuenta estábamos cerca de Madrid y no habíamos desayunado aún. El tener regulador de velocidad en el coche, es una bendición en estos casos.

Un café, un donuts, una visita al señor Roca y largando. Antes de las tres estábamos entrando en el hotel y el coche estaba a buen seguro en un parking, no fuera a pasar como la última vez en Bilbao donde algún degenerado le hizo daño a Eddie rompiéndole un cristal de los de atrás.

Posamos las cosas, comprobamos que teníamos wi-fi gratis y enseguida nos fuimos a buscar un lugar para comer. A escasos trescientos metros nos esperaba El Bodegón. Una mesa libre, lo justo. Nada más sentarnos, incluso antes de que una camarera nos atendiera, una pareja vino a ofrecernos un papel en una serie de una tele local. No veáis las risas. ¿Será el sex-apeal? ¿O sería que íbamos con camisetas de Angelus Apatrida? El caso es que yo estuve buscando a ver dónde narices estaba la cámara oculta. Pero no, aquello iba en serio. Igual dejamos pasar la oportunidad de nuestra vida. ¡Quién sabe!

Por fin nos atendió una camarera, luego pasó otra , y otra. ¡Y cada vez eran más guapas! Miramos a nuestro alrededor y todo eran mujeres bellas, y al poco en la mesa de al lado, se nos sentaron siete que parecían venir de un concurso de misses. Yo seguía buscando la cámara oculta. No fue de extrañar que nada más llegar al hotel, el señor Ferreira, mi compañero de habitación en esta aventura, entrara en el facebook y que colgara en su muro la gloriosa frase de “las mujeres en Albacete abusan”. Menudas risas nos echamos.


Aunque pensábamos echar una cabezada en el hotel, que para eso habíamos quedado a eso de las siete de la tarde en el recibidor, no pegamos ojo. Quizás tuviese algo que ver que Jan Slayer entrase allí como el caballo de Atila, dando voces. Aunque la historia se veía venir. Acompañar unas bravas, un larguero de jamón y queso y un revuelto, que es lo que nos comimos entre todos, con cuatro litros de cerveza, tiene que tener alguna consecuencia. Así que la siesta se esfumó. Eso sí, yo la ducha no la perdoné. Momento en el cual tanto Jan como Ferre, aprovecharon para probarse la camiseta que sobre mi cama tenía preparada para Busi de Crysys. Logicamente el color azul de la “maglia” Nike es irresistible y se hicieron una foto con ella, a pesar de ser más culés que mi hermano que trabaja para el F.C.B.

Tras la ducha fuimos hasta la Sala para situarnos y enterarnos de como iba el tema de las entradas que habíamos reservado previamente por mail. Como faltaban un par de horas para la apertura, saqué el plano que me imprimí en casa (gracias Google) y nos fuimos al T.N.T. a comprobar a ver si era cierto eso de que la gente ya no fuma ni en los bares heavys.

En el T.N.T. nos lo pasamos genial. No había demasiada peña aún, pues era temprano, pero allí “cargamos el carro” a base de Carlsberg ellos y yo de Budweiser. Acabamos inmortalizando el momento. Por cierto, el día anterior creo que se montó una bien gorda en una fiesta pre-concierto a la que acudió el público en masa.


A las 10 rumbo a la Sala Baobá. Pudimos saludar a Crysys en la puerta antes de entrar y darnos un fuerte abrazo. ¡Que genial es reencontrarte con la buena gente y más si es lejos de casa! Aprovechando el momento le dí a Busy la camiseta que en el Tronar prometió ponerse algún día en un concierto. Ni él mismo se imagina cuanto significó para mí que saliera con ella al escenario.


Los de Igualada eran la banda invitada. Y sí, digo bien. Banda invitada y no telonera. Porque lo que Angelus Apatrida están haciendo con ellos no es llevarlos de teloneros. Yo he visto de cerca como algunas bandas tratan a los teloneros y desde luego, no tiene nada que ver con lo que ellos hacen con Crysys. Ojalá Angelus Apatrida reciban el mismo trato cuando ellos tengan que compartir escenario con bandas de mayor estatus fuera de la Península. Se lo merecen.


Las huestes al mando de July, arrancaron con Internal Pollution y seguidamente descargaron Spawn. Pensé que iban a tocar para cuatro gatos, pero no fue así. La sala ya presentaba un muy buen aspecto. Aún no estaba llena como con Angelus Apatrida, pero el público era abundante y ya se liaron los primeros pogos en la parte de alante. Hacer fotos era incómodo y arriesgado. Corrías el peligro de que la cámara saliera despedida hacia cualquier parte. Esta vez Requena estaba a nuestra izquierda, con Mark, July en el centro y Busi a la derecha vestido con la camiseta del Real Oviedo. Detrás Javi en la batería centraba la atención y las miradas de algunas de las jóvenes féminas que nos rodeaban. El tío este se lo come todo.


Tras ese arranque frenético, July saludó a la expedición asturiana y agradeciéndonos el “esfuerzo” que habíamos hecho viajando hasta la capital manchega. La verdad es que ir hasta Albacete a pasártelo como pocas veces en tu vida es un “esfuerzo” que debería subvencionar el gobierno de Zapatero. Nosotros sí que miramos por la cultura de este país. Vamos a donde sea con tal de apoyar a nuestra música. ¡Claro que sí! Y si la hacen unos amigos pues mucho más.


Tras los saludos, el ritmo siguió siendo endiablado, y vinieron dos temas de esos que ruego por tener en disco de una vez. Dos canciones de las que no disponemos en demo y de las que solo disfrutamos en vivo. Flesh Collector Machine y Holy Punishment.

El nivel de locura en el escenario crecía. Aquellos psicópatas del thrash no paraban de moverse, intentar hacer una foto era imposible. Los que ya les conocíamos flipábamos y los que aún no conocían los temas miraban con asombro. Los empujones abajo eran cada vez más fuertes. La intensidad que había sobre el escenario se transmitía al público y viceversa.


Dead by the Fisful of Violence y Ultra Thrash mantuvieron el ritmo para acabar despidiéndose con una versión de mi banda thrash favorita, Anthrax. El Caught in a Mosh dejó paso a un pequeño momento de bajón. Se nos había terminado ya la mitad de la noche. Ya “solo” nos quedaban Angelus Apatrida.

Al final no me acordé de preguntar si había sold-out. Pero, desde luego, si llegan a meter más gente allí podemos morir. La sala estaba completamente abarrotada y en algunos de los paseos que me di hasta el baño no logré entender las posiciones que ocupaban algunos asistentes que presenciaban el show en la parte de atrás. ¿Realmente verían algo?


Y es que cuando Angelus Apatrida saltaron al escenario aquello era la locura. La salida fue demoledora. Tras la introducción sonaron Blast Off, Of Men and Tyrants, Clockwork y Corruption. ¿Alguien puede dar más cera? Aquellos cuatro cabrones jugaban en casa y se sabían invencibles, confiados de que la noche iba a salir bien. Nosotros nos los pasábamos en grande y además Guillermo Izquierdo, que vestía una camiseta de los geniales Warbringer, nos saludaba a los expedicionarios astures.


Son una banda perfecta. Tocan bien, tienen buenas canciones y visualmente, al igual que sus amigos de Crysys, son también espectaculares. Que me perdonen los músicos con poco pelo, pero no es lo mismo ver a una banda heavy de pelicortos que a cuatro tíos de melena y sobre todo con las greñas que se gastan los de Albacete. La imagen en todos los aspectos de la vida es importante, cada día más, y en el heavy metal también lo debe ser. Pues bien, Angelus Apatrida dan, como diría el periodista Marcos López “dan el perfil”. Normal que la poderosa Century Media los fichase. Si trabajas para un sello como ese, los ves en vivo y no los fichas, es que eres más imbécil que el que echó a Villa del Requexón*.

* (Para los que no sean aficionados al fútbol: Villa, jugador del F.C. Barcelona, salió adelante en el Gijón tras haber sido rechazado por un “ojeador” del Real Oviedo en el Requexón, la escuela de fútbol del equipo de la Capital de Asturias).


Uno tras otro fueron sonando los temazos, y entre la audiencia se liaba una bien gorda. Los pogos empezaban a ser peligrosos y algunos daban con el alma en el suelo. Yo creo que fue con Give ‘Em War cuando ya la gente empezó a subirse al escenario para arrojarse desde allí sobre los de abajo. Nunca había visto moshing en mi vida con esa intensidad. Me salí de la parte delantera pero volví para Be Quick Or Be Dead.


Mientras Victor y Jose clavaban los ritmos, Guillermo de forma magistral interpretaba los temas con la fiereza que le caracteriza, insultando a todo aquel que lo merece, políticos, curas o cualquiera que viva bien a costa de la explotación de los demás.


Pero si alguien me llamó especialmente la atención fue David en la guitarra solista. Concentradísimo, tuvo una actuación brillante y digna de los mejores “hachas” de este país.


Terminaron con Vomitive y Thrash Attack. La que se lió con este último tema fue realmente muy pero que muy gorda. Si Bruque cuando cantaban aquello de “el heavy no es violencia” hubiesen visto lo que se cocía allí, habrían cambiado el estribillo.

Con Thrash Attack me dio bajón, pensando que aquello ya se había acabado. Pero aún nos esperaba una última sorpresa final. Guillermo llamaba a los Crysys para que subieran al escenario para hacer un espectacular fin de fiesta interpretando el “Domination” de Pantera con July a la voz solista y todos dando botes por el escenario. La locura. Hasta algunos músicos acabaron tirándose al público. Dos copas más y la lio subiéndome yo también. Fijo.



Más no se podía pedir. Tras la noche del sábado puedo hacerme por fin una idea de lo que pudo ser aquella escena de la “Bay Area” de San Francisco en los ochenta. Buen Thrash, espectáculo, buen rollo, moshing, bandas amigas.... inolvidable. ¡Quién sabe sin gracias a estas dos grandes formaciones no se monta una así aquí! Algunos empiezan a sacar sus cabezas y presentan muy buenas maneras. Por cierto, que se me olvidaba, la memorabilia sigue creciendo. Me traje las púas de los dos guitarras solistas, David de Angelus y Busi de Crysys.


A la vuelta, risas, bromas con las afonías de Ferre y Jan que llegaron al hotel a las ocho. Viendo su estado lamentable no quiero pensar la brasa que darían en el TNT a los músicos en la fiesta posterior. Jorge y yo flipábamos con lo que nos contaban. Nosotros retiramos al hotel nada más acabar el concierto. Yo porque tenía que conducir y si la liaba muy gorda al día siguiente el viaje podía ser demasiado duro, que ya tenemos una edad. Y Jorge porque tiene más edad que yo, ¡o yo que sé si no entiendo lo que me dice!

Jan hizo alguna que otra foto, y nos plantamos en 6 horas y 15 minutos en Turón habiendo parado para comer en Villacastín. “Eddie” se portó muy bien.

Desde aquí quiero enviar un enorme abrazo a todas las personas con las que puede compartir algún momento a lo largo de tan extraordinaria noche. A Victor Valera por el abrazo cuando le gasté la broma diciéndole que habíamos ido para ver solo a Crysys. A Davish por darme la púa en mano. A Guillermo por saludarnos desde el escenario y por darme el set-list. A nuestros ya grandes amigos de Crysys por dejarse querer y por hacernos sentir queridos, en este caso, y espero que los demás lo entiendan, en especial a Busi por ponerse mi camiseta, no sabrá jamás lo especial que fue eso para mí. Y por supuesto a mis compañeros de viaje, Ferre, Jorge y Jan por la excelente compañía.

Fue un viaje genial, podremos pasarlo igual de bien en muchísimas otras partes, pero mejor no.

Texto: Larry Runner.
Fotos: Larry Runner y la peña del facebook.

"The Big 4" en el TNT

Notas.-

* Fue mi sexto concierto de Crysys (Wacken 08, Luarca, Wacken 09, Mieres, Barakaldo y Albacete) y el tercero de Angelus Apatrida (Santander, Luarca y Albacete).

* Al igual que ocurriera en Santander, tras la actuación de Angelus Apatrida me fuí a dormir, aunque esta vez no tocaba nadie detrás y la otra tocaban Arch Enemy. Sí, soy más de thrash que de death.

* Ferre y yo volvimos a compartir habitación. La anterior vez fue en el viaje de estudios, en Mallorca. ¡Hace 21 años! Yo estaba delgado ¡y él tenía greñas!

* Tengo que revisar la lista de los 10 mejores conciertos de mi vida. Si este no entra en ella, quizás sea el nº11. Lo pasamos como enanos. ¡Que falta me hacía!

* En el concierto solo me bebí dos Jack Daniels con Coca Cola, de verdad.

* Bueno sí, reconozco que perdí la cuenta de las cervezas que bebimos antes de entrar.

* Es la primera vez que ceno un donuts de chocolate con cerveza. Y no está tan mal.


© Larry Runner 2011