miércoles, 30 de marzo de 2022

Sentimiento y energía. SOBER + CONTRABANDA + BON VIVANT. Oviedo, 18.03.2021. Crónica.



Por Jorge López Novales.

Otra vez estábamos a viernes. Comenzaba uno de esos fines de semana intensos. Hoy teníamos concierto de Sôber en Asturias. La banda presenta “Elegía”.


Dejé al heavy más true en casa y me volqué en otra de mis gustos musicales. No es que sea un entusiasta de Sôber, tengo tres o cuatro discos por casa. Pero este “Elegía” tiene algo que me enamoró a primera vista en cuanto escuché los primeros adelantos. Me lo compré sin pensar en su momento.

Sobre los demás alicientes… Me habían hablado muy bien de Bon Vivant y de Contrabanda tenía unas nulas referencias. Tocaba ponerse al día. 

El concierto fue un éxito de público. ¿Hasta que punto? Pocas veces he visto la sala Sir Lauren´s tan llena. Los números se los dejo a sufridores promotores que en estos tiempos tienen el cielo ganado.

Me encontré fuera de la sala a un viejo amigo y tuve algo de tiempo para charlar con Pachi (tiene anécdotas para varias películas) y Juanjo (Noche de Lobos). Tras una visita relámpago al merch me puse en primera fila. Hasta que no vi a los compis de medios y fotógrafos estaba sintiendo que jugaba fuera de casa. No estaba rodeado de un público que pudieras encontrar habitualmente en una vertiente más “metalera”, a pesar de ello vi a algunos conocidos en la distancia.

Lo que vi en el escenario antes de los conciertos fue una espartana disposición de las cosas. Ya era una garantía de que las cosas iban a funcionar rodadas en cuanto logística y sonido. La batería de Sôber estaba tapada. Delante, estaba dispuesta la batería de “Contrabanda”. Esto restaba un poco de espacio a las bandas y con las vallas pegadas al escenario, teníamos a los músicos encima de nosotros. Una sensación que hacía tiempo que no experimentaba.

Llegó el momento de la primera banda. No sé por qué, esperaba que fueran los segundos. Bon Vivant venía a por todas. Acaban de editar “Supernova”. Abrieron con “El fuego es nuestro”. Fue toda una declaración casi literal de intenciones. Charly aportó mucho sentimiento a su interpretación vocal y empleó hasta un violín eléctrico en “Felicidad”. No fue menos emotiva su guitarra acústica en “Gritarle al mar” (yo hubiera esperado una colaboración en directo con el señor Escobedo como en el disco).


Por lo que vi tienen un nuevo batería desde enero, Andrés Vázquez, con un “background” muy metalero, muy intenso en todo momento. Saulo me pareció muy buen guitarrista. Con “Cuentos y retratos” se despidieron muy agradecidos.

Fue una actuación que se me hizo muy breve. Espero hacerme pronto con su nuevo trabajo.

Un cambio en el escenario a la velocidad de la luz trajo al segundo grupo. Si Bon Vivant apeló al sentimiento, Contrabanda trajo la energía. Tony con su traje y gafas de sol se convirtió en un remolino. Nunca había visto un frontman tan “peculiar” (en el buen sentido de la palabra). Define su identidad en el escenario con una caótica coreografía. Se le hizo muy pequeño el escenario de la sala.

De las tres bandas fue la propuesta que menos me podría convencer. Ese estilo que puede acercarse hasta el pop con algunos momentos “bailables”, no es lo mío. Me gustaron cuando apelaban a un sonido más “rock”. A pesar de su estilo no me impidió disfrutar de su música. Sigue adelante su presentación de “Ingrávido”.

Nada más acabar llegaron los cambios. Nunca había visto un trabajo tan efectivo a la hora de retirar instrumentos y dejar todo preparado para la banda principal. Todo fue milimétrico. Un montón de gente se las apañó para dejar todo despejado y acto seguido dispuesto para un concierto.

Sôber traían sus propias luces. A un fotógrafo le puede ser incómodo unas fuertes luces detrás de la banda. No cabe duda de que ofrecieron más vistosidad al espectáculo.

El Set está siendo bastante homogéneo en esta gira. Con algunas pequeñas variaciones. Sôber sabe perfectamente lo que funciona y saben dónde escoger. Así se retoma el contacto con la banda después de este parón y se tira de grandes temas de “Elegía” que dieron mucho juego como es el caso de “El día de la liberación”. Se convirtieron en clásicos instantáneos

Empieza "Back in Black" de AC/DC. Llega el momento esperado. El público está impaciente. Los músicos pisan el escenario y se hacen con él. De primeras, un trallazo, “Mi heroína”.

Si antes hablamos de sentimiento y energía en las dos bandas anteriores, Sôber atesora estas dos cosas. Carlos Escobedo como frontman presenta un montón de registros. Sabe moverse y con cada cosa que hacía, enardecía a su gente y el climax fue mezclarse con todos los asistentes.

Como curiosidad en un de los pasajes más “thrash” de la banda, Carlos Escobedo intentó incitar a la gente a un circle pit. No sé hasta qué punto la gente entendió lo que estaba pidiendo, ya que se quedaron como estaban.

Jorge Escobedo y Antonio Bernardini no son los guitarristas que más se muevan en el mundo. No lo necesitan. Poco a poco, van interaccionando cada vez más con el público según se van sucediendo los temas.

Manu es un batería cojonudo. Al fondo del escenario no se podía apreciar muy bien todo lo que estaba dando. Tuvo su momento de protagonismo en los instantes acústicos. Impresionante como quedó el tema “Eclipse”.

Tocaron diecinueve temas sin despeinarse. Aún así su gente, su público, pedía más.

Fue un concierto mayúsculo. Si eres fan de la banda, no dudes en pasarte por alguno de sus conciertos.


Set-list:
Mi Heroína
Elegia
Vulcano
Blancanieve
Máscara de hierro
Blanco y Negro
La Araña
Tic Tac
Verona
Sombras
Día de la Liberación
Hombre de Hielo
Estrella Polar
Eclipse
La Escalera
Morfología Medley
Arrepentido
Naufrago
Diez Años

© Diario de un Metalhead 2022.

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