martes, 22 de mayo de 2012

Road Report: Final de la W:O:A Metal Battle. Badalona 05.05.2012


Relatar la experiencia de haber viajado a Barcelona con Absentia se ha convertido en una tarea dura y arriesgada. Dura porque había muchísimo que largar y poner en orden todas las vivencias en la cabeza era difícil. Arriesgada porque al final de un artículo como éste, tienes que dar gracias a mucha gente y es complicado que no se te olvide algún nombre y sin quererlo dañes la sensibilidad de alguna persona a la que en el fondo aprecias.

Todo comenzó unas semanas atrás cuando el amigo Ian Alvarez, bajista de Absentia y uno de los tíos mas queridos dentro de la comunidad metalera asturiana, me proponía viajar con ellos en la furgoneta a la final de la Wacken Metal Battle de Barcelona.

No le hizo falta mucho empeño para persuadirme. Sabía que viajar con la banda iba a convertirme en uno más durante el fin de semana y me apetecía realmente saber que era aquello. Mis logros como vocalista de grupo de rock no me llevaron más lejos de Riosa, y eso como amante del heavy metal desde que era casi un niño no era gran cosa. Sentirme uno más, seguro que iba a ser toda una experiencia, y más viajando con una gente como Manuel, Julián e Ian y a un evento dirigido por gente querida y al que de momento en este país de catetos no se le está prestando la atención que se merece: la final de la Wacken Metal Battle.

Llegó el viernes y no veía la hora de partir. Toda la santa jornada, ¡que la jornada!, ¡toda la semana! pendiente del desplazamiento a Barcelona. A las once y media de la noche salí de casa y me senté al volante rumbo a Oviedo donde había quedado con Absentia. El "Into The Locust" de Machine Head me sirvió como banda sonora hasta la Capital. En veinte minutos estaba en el punto de encuentro. Llegaron un poco tarde, pero no demasiado. Antes de partir y en cosa de diez minutos, Ian, valiéndose de un poco de cinta americana y de cables y botones de esos que tanto le gustan y que también maneja, nos puso dos altavoces en el techo de la parte trasera de la furgoneta y un subwoofer. Además llevábamos dos pantallas para ver películas y una regleta con enchufes para los móviles y todo lo que hiciera falta. Otro cable servía para conectar nuestros teléfonos al equipo de música, de tal modo que podríamos ir turnándonos e ir pinchando cada uno la música que llevábamos en nuestros teléfonos. Una muy brillante idea que hizo que nos pasáramos la noche en vela y que la batería de mi iPhone no llegara ni a Logroño, aunque cargarla no fue problema gracias a la regleta.

Ni sé las veces que llamé "friki" y cosas similares a Ian por el montaje. Pero el tiempo, le dio la razón. Enseguida tuve que cerrar la boca porque nunca en la vida había subido en un coche en el que la música sonase tan bien. Manuel conducía y los demás tirábamos de 3G sin descanso subiendo "frases célebres", fotos y pantallazos al facebook. ¿La banda sonora? Fue realmente variada. Ian nos puso desde Gotthard a Kansas. Julián me hizo conocer a Revocation y Manu tiró de Dream Theater. Yo les puse unos cuantos clásicos que fueron los que realmente triunfaron. ¡A ver quién iba a superar el “The Evil That Men Do” o el “The Number of The Beast”.

El montaje de sonido de Ian

En Arrigorriaga llenamos el depósito y revisaron la presión de las ruedas. Las dos Monster de mi nevera ya habían pasado a ser historia hace horas, así que de allí salimos con latas de los tres sabores para comparar. Unos donuts entraron muy bien. Todos los Monster nos sabían igual, aunque acabamos llegando a la conclusión de que el de limón estaba mejor.

La poción mágica

A eso de las cinco de la mañana dejábamos Logroño a nuestra izquierda. Manu seguía al volante y decía encontrarse a gusto, así que no le relevamos. Gracias a Dream Theater dormí casi una hora. ¡Que paz! Las risas fueron continuas y así llegamos hasta tierras aragonesas. Nos quedaban un par de cientos de kilómetros para llegar a nuestro destino. Eran casi las siete cuando hicimos la parada grande. Desayunamos opíparamente y fue Ian el que tomó el volante. Ochenta kilómetros de carretera nacional para evitar un peaje absurdo y otra vez a la autovía. En menos que canta un gallo estábamos en Badalona y aparcábamos en la puerta de la pensión a pesar de estar en el centro de la ciudad. Eran menos de las diez y los de la pensión no nos querían dar la habitación hasta las doce. Nosotros no pensábamos más que en dormir un rato y luego tomar una buena ducha para salir hacia la Estraperlo con tiempo por si nos perdíamos.

Amanecer en La Rioja

Fuimos a tomar un café y durante ese momento abrí la aplicación de Booking para iPhone. Resultó que a dos kilómetros había un hotel que nos costaba apenas siete euros más por cabeza y con unas prestaciones infinitamente mejores. Al terminar nuestro segundo desayuno, en ese momento me acordé mucho de Bilbo Bolsón y sus compañeros hobbits, nos dirigimos al hotel pues realicé la reserva desde el teléfono inmediatamente.

¡Una cama por Dios!

Dejamos la Caddy en un parking vigilado, con todo el equipo a salvo de amigos de lo ajeno y llegamos al hotel. Una cerveza en la terraza y fotos en las hamacas. "La dura vida del rock n' roll". Allí nos encontramos con un langreano que prometió ir al concierto por la tarde si su trabajo no se lo impedía. Cumplió y se presentó allí con una chica, que resultó ser hija de uno de los componentes de los míticos Pacojones Band. El mundo es un pañuelo.

La dura vida del rock n' roll

Un poquitín de siesta y una ducha. Rumbo a la Estraperlo. Llegamos pronto y tuvimos un recibimiento de esos que siempre molan. Ni sé los abrazos y besos que nos dieron los y las que estaban por allí. Por fin pude conocer a Daniel de Ravenblood y a esos máquinas que son We All Fall. Fue genial encontrarse con Vero, Emma y Adri con los que siempre hablo en la distancia y a través de un teclado y a los que solo veo de año en año en Wacken. Eché de menos a mis amigos Crisix, pero ellos celebraban el "IV Years in Crisix"  en Igualada y ya sabía que no iba a ser posible verlos esta vez. El Absentia que nos faltaba, David, ya estaba a la puerta de la sala. Viajó en avión con la encantadora Andrewa, esa guapetona que va siempre con él con una sonrisa constante. Les agradezco que fuesen en avión, así yo pude viajar en la Caddy. Ir cinco habría sido un infierno. Seis inviable.

Para entonces ya había recibido la noticia vía sms de que mi chica estaba por Barcelona haciendo turismo acompañada de dos buenos amigos que también acudieron a apoyar a la banda. Luego llegó Rulo. Amigo de Absentia hasta la muerte, que se metió la pechada desde Madrid, viajando solo toda la noche para estar también en la importante cita. Además Rulo no es de los que apoya moralmente. Ayuda en el montaje, en la carga, en el merchan, hace que los demás parezcamos unos inútiles. Lokkie de Drinktim, viajó también en avión desde Madrid. Por apoyo que no quede. La acabamos fichando como colaboradora para esta página, aunque, por supuesto, seguirá con Drinktim también que no queremos que se nos enfade Felipe SM.


Cuando por fin abrieron las puertas de la Sala Estraperlo ayudé un poco en la descarga y a la hora de ir a montar todo el follón salí a la calle. Sentía que molestaba, no todos valemos para montar lo del escenario, yo no tengo ni idea. Estuve en un grupo cuatro días, pero yo me pedí cantante y con que me pusieran un micro ya valía.

Hice los honores de mano inocente en el sorteo del orden de actuación. Absentia serían los primeros por tener un batería zurdo, para acortar los tiempos de los cambios. El resto del orden de aparición sobre el escenario fue a sorteo puro.

Tras el sorteo me fui a tomar una copa con la gente de la organización y se animaron muchos más. Fue agradable compartir conversación con gente de las Black Storm Legions (organizadores de la Metal Battle española), con los We All Fall y con parte de la expedición de los sevillanos Eslavón. Pocas veces se ve tan buen rollo entre los músicos cuando hay tantísimo en juego como lo había en esta ocasión. Luego vuelta a la sala. Llegaba la hora de la verdad.

 
Plaça Diplodocus donde tomamos "la primera"

Por cuarta vez se celebraba la final del concurso que llevará a una banda de nuestro país a tocar en el festival de heavy metal más grande del mundo y por primera vez yo estaba allí tras viajar con una de las bandas aspirantes. Más no se podía pedir. El triunfo iba a estar muy disputado. Conociendo a algunas formaciones que se habían quedado en el camino, estar en la final era todo un premio.

Me da auténtica pena ver como desde algunos "medios especializados" se les da cancha a algunas bandas que nada tienen que ver con el heavy metal y no se habla de ninguna de las jóvenes promesas de nuestro rollo, que son muchas y de una calidad asombrosa. Mas que darme pena, me cabrea. No entiendo que en esos medios que presumen de apoyar el heavy metal, a los que se les llena la boca con la etiqueta, luego se llenen de información de bandas de rock urbano y otros géneros que son muy respetables, pero que no tienen nada que ver con el metal. Si quieren hacer eso que se pongan un nombre más genérico como hacen por ejemplo  "Rockzone" o "Rock Estatal".

We All Fall, grandes dentro y fuera del escenario.

También se llenan páginas web y páginas escritas de información sobre festivales que poco tienen que ver con el género. Se les da cancha a eventos que presumen de "mestizaje cultural" e historias similares. Tras muchos años de viajar a festivales por toda la geografía española e incluso fuera de nuestras fronteras, sigo sin verle la gracia a tener que cruzarse en los baños con peña que no comparte contigo nada en esta vida y que incluso a veces te mira por encima del hombro cuando algunos son incapaces incluso de llevar el pelo o los pies limpios. ¿Mestizaje? ¡Mis cojones! Eventos que se llenan de nombres (siempre los mismos) y que luego a veces ni pagan lo prometido a los artistas.

Sin embargo unos chavales, desde la independencia y sin ninguna ayuda ni patrocinio, se rompen el culo trabajando todo un año para mandar a un grupo español al mayor festival de HEAVY METAL del mundo y nadie les hace ni puto caso teniendo que escuchar y leer alguna que otra estupidez del tamaño de China con opiniones venidas desde la más absoluta de las ignorancias. Y sí, puede que viajar a Wacken le vaya a costar dinero al grupo que se gane el pasaporte, pero al menos no paga por tocar, que es que lo hacen otros en festivales que no llegan ni al tobillo al alemán ni en cartel ni en instalaciones, tema en el que seguimos a años luz con respecto a los alemanes.

Actuar en Wacken es un enorme premio y todavía me parece increíble que los chavales que organizan la Metal Battle en este país nuestro lo hayan conseguido por sus propios medios. Pero claro, como no hay dinero por medio, no interesa. Esos no tienen un duro, no vamos a hablar de ellos que no pagan. ¡Viva la autenticidad! Aquí a partir de ahora no vamos a hacer eso. Les vamos a apoyar a tope, Diario de un Metalhead ha pasado a ser el programa de radio oficial del concurso español y como tal, la Metal Battle estará presente en nuestra programación musical habitualmente.

Pasamos a la batalla.


Venían de causar una grata sensación en la semifinal de Madrid y no eran pocos los que en la sala deseaban la victoria de los asturianos. Salieron a por todas. Personalmente les vi mejor que nunca, y eso que ya son unas cuantas las veces que he disfrutado de su directo. Saben lo que es actuar al lado de grandes grupos. En su día compartieron escenario con Brainstorm e incluso han compartido gira con The Haunted y con los alemanes Forever It Shall Be, pero nunca se habían visto en una tesitura como la de la final, con tanta presión encima.


Comenzaron con “The End of the Line” y ya durante los 25 minutos de su actuación no hubo descanso. Lo justo para saludar a la gente y dar las gracias por el apoyo a los presentes. Fueron cinco temas interpretados a la perfección, sin un solo error en un show estudiado al segundo. Preparado a conciencia, con mimo y con mucha dedicación. Desgranaron lo mejor de su “Our Bleeding Sun” y causaron una grata sensación. Entonces bien pensé que podían ser los ganadores. Daban el “perfil Wacken” y lo habían hecho bien. Al menos tendrían alguna opción.


Set list:
The end of the Line
If Only I
Dead Winter
Darkest Tranquility
Is Heaven Crying?

Ahora Lokkie os va a hablar de Eslavón y de An Endless Path:

Esta banda de cafres (con cariño) sevillanos se cruzaron todo el país hasta Badalona para presentarnos su thrash extremo, con la esperanza de acabar en Wacken o como mínimo de que la gente lo pasara bien escuchándoles.

A pesar de las carencias de la sala, en mi opinión los Eslavón fueron los que consiguieron un sonido más compacto y compenetrado esa noche. Eso, junto con las intros de La Chaqueta Metálica y sus temas absolutamente demenciales, debería bastar a cualquiera para disfrutar los 25 minutos que tenían de concierto y darse cuenta de que aunque no ganaran, no son ni mucho menos una banda del montón.


Marcando el ritmo impecable (¡y descalzo!) estaba Almo, mientras adelante estaban Mula, Hector e Ismael haciendo ruido y dejándose los cuellos. Saben muy bien como mezclar los sonidos extremos modernos y de repente meterte un solo que suena a puro thrash clásico. Mientras tanto, la voz de Rappa no decae en ningún momento, desgranando temas de su trabajo "Estado Psicótico" y algunos adelantos de su próximo álbum, como "101 voces". Eso sí, el concierto no podía terminar sin su tema más cafre, mítico y cachondo: ¡El "Mono cabrón"!

Más mérito tiene si cabe lo de estos canarios, cuya escena suele ser bastante (injustamente) ignorada en la Península, y cuyo estilo metalcore fue quizá uno de los más predominantes durante esta edición de Metal Battle. Y sin embargo, se apañaron para llegar a la final y darlo todo, de tal manera que consiguieron que el público, algo más parado hasta entonces, empezara a dar vueltas y armar pogos.

Sorprendente que con apenas 3 años de andadura y aunque aún no tengan del todo preparado su disco debut, estos isleños impactaran tanto en los jurados y en la audiencia como para llegar y tocar al nivel que lo hicieron en la Final.


En su media hora escasa de concierto no faltaron temas que saldrán en ese trabajo que aún tienen a medias, como "Suicide" o "The pain you feel", sus singles, y otros tantos que tiraban algo más hacia el deathcore, en los que para mí lo más impresionante fueron los chillidos guturales y desgarradores que daba Kevin, el cantante. Y digo esto como un cumplido, a veces parecía una banshee en pena.

Viendo lo que calaron, esperamos que vuelvan pronto por la península, porque no parece que vayan a pasar desapercibidos. Y aunque no vayan a Wacken esta vez, les deseamos suerte en su andadura por Europa este verano.

Contaban con una enorme ventaja: jugar en casa y con mucho público a su favor. Se les vio tranquilos. Seguramente no lo estarían, pero dieron esa sensación. No les pesó para nada la responsabilidad, salieron a por todas y me gustaron muchísimo. En honor a la verdad, les veía ganadores. Aunque hasta entonces todas las bandas me habían gustado mucho los catalanes, con un magistral Josep Bergadá a la guitarra, estuvieron a un nivel muy alto.

Solo veía un factor en contra: no son un grupo de los que se vean habitualmente por Wacken. He visitado el festival los últimos siete años y sé bien de qué hablo. Para que un grupo con una apuesta de metal moderno como la de Breakdown Collapse pueda ir a Wacken y sea tenida en cuenta y respetada, debe ser ya una banda con larga trayectoria.

No es que a Wacken solo vayan bandas clásicas o que el público sea excesivamente purista (que lo es bastante), es que para que esas bandas allí sean tenidas en cuenta ya tienen que tener un status muy reconocido. 

He visto a grupos como As I Lay Dying, Heaven Shall Burn o incluso Walls of Jericho que han triunfado, pero desde uno de los escenarios grandes. En cambio he visto a bandas de metalcore desconocidas dar grandísimos espectáculos sin contar con apenas público. Fue el caso de los británicos Severenth el año pasado. Me fui con la sensación de haber descubierto a una banda enorme y en el auditorio del Bullring éramos apenas un par de centenares. ¡Si lo harían bien que les han vuelto a contratar para la edición de 2012!.

Resumiendo. Breakdown Collapse habían estado excelentes pero habría que ver si el jurado iba a apostar por ellos o no. Si hay que ir a representar a un país hay que hacerlo bien e intentarlo teniendo opciones. Con Breakdown Collapse yo no veía demasiadas, la verdad, y el jurado al final pareció pensar lo mismo. Eso sí, salen en el Resurrection Fest y lo ponen patas arriba independientemente del horario. Muy grandes.

Set-list:
Black Hole
The Beginning Of The End
Tears And Fairies
Irascible
Massacre In...

También jugaban en casa y apostar por ellos era casi hacerlo a caballo ganador. Su música agresiva con tintes folk, en la onda de bandas vikingas como Ensiferum o Eleuvetie convirtió la sala en una fiesta. Eran muchos los presentes que se habían acercado para estar a su lado y motivarles. Con la confianza de verse apoyados por los suyos, lo hicieron muy bien.


Daniel es un vocalista impresionante y tiraron de lo mejor de su aún corto repertorio para sorprender a público y jurado. Llevaban partes pregrabadas, es cierto, como también las llevaban Absentia. Coros y alguna historia más, y les valió alguna crítica. Si es verdad que tal material sirve para dotar al espectáculo de un plus que dota al mismo de más brillantez, pero ello no contribuye a que la actuación de la banda sea más sencilla. Todo lo contrario. Obliga al grupo a no poder cometer ni el más mínimo error. Pues si la interpretación no se realiza milimétricamente se puede ir al traste, y si hablamos de un concurso, como en este caso, un fallo de ese tipo te autoelimina. No fue el caso, su actuación fue impecable y hasta se permitieron la licencia de originar un “wall of death”, algo que, por cierto, en Wacken no podrán repetir por estar prohibido este año. Incitar a ello significará la interrupción inmediata de la actuación. 

Set-list: 
King among slaves
Little viking
Human hunter
Pathfinder
Wave wings

Si bien antes del espectáculo los daba como favoritos para la victoria, a medida que fue avanzando la noche me iba dando cuenta que los amigos de Aranjuez lo iban a tener difícil. No lo hicieron nada mal, pero al igual que en los casos de Breakdown Collapse y An Endless Path, no daban el perfil Wacken. Y las dos bandas modernas anteriores lo habían hecho muy bien, sobre todo Breakdown Collapse. 

Ser los últimos en pisar las tablas les hizo daño. Tras viajar desde Madrid y llevar toda la tarde de pie y lo que iba de noche, a la hora de subir al escenario debían estar ya cansados. A pesar de todo, la banda lo hizo muy bien, pero vi a Victor, el vocalista, como fatigado. Cuando acabaron su actuación pensé para mis adentros que no iban a ganar, y eso que cumplieron con creces. Me impresionó la actitud sobre todo de su bajista Natxo Esperón, una bestia parda sobre el escenario.


Acabadas las actuaciones llegaba el momento de la deliberación por parte de un jurado que fue secreto hasta la hora de anunciar los ganadores. Gente de diversos medios, hombres y mujeres, tuvieron la responsabilidad de decidir y nombraron vencedor a Ravenblood, una de las bandas con “perfil Wacken”. No es que se viera venir, pero me parecía que cabía esa posibilidad. Ravenblood estuvieron muy bien y su música encaja en el festival. Si el jurado tenía en cuenta cual era el premio, actuar en Wacken, estaba claro que tres de las bandas lo iban a tener más crudo, y que la cosa iba a estar entre Absentia y Ravenblood porque el estilo de Eslavón ya representó a España el pasado año con Exquisite Pus y la banda murciana no obtuvo demasiado éxito.

Ravenblood, ya vencedores, posando para la prensa.

Terminada la velada, nos desplazamos al piso de arriba para disfrutar allí de la fiesta. Fueron unas horas especiales pudiendo intercambiar opiniones, saludos y abrazos con algunos de los músicos de las bandas y compañeros de otros medios. El alcohol corría en grandes cantidades y la representación asturiana como siempre dio la talla, o la nota, depende de como se mire. El caso es que nuestros amigos Jack y Jagër, junto con la señorita Estrella (de apellido Damm), compartieron con nosotros todo el rato mientras el equipo de música, comandado por el amigo Adrián, escupía buena música y hacía sentirnos como en casa cuando sonaban temas de Absentia o WarCry.

Ian de Absentia muy bien acompañado con Lookie e Ireth, de The Drinktim

A las seis de la madrugada, la Estraperlo cerró sus puertas. Tras dos intentos y después de despedirnos mil veces, partimos rumbo al hotel donde la cama nos iba a dar cuartelillo unas horas. Pero antes de pisar la habitación visitamos la cafetería para tomar algo caliente y para que alguno mostrara su “amor” por la amable camarera.

El despertar fue durísimo, para unos más que para otros, claro. Me levanté sin resaca ninguna. Desayunamos por segunda vez, y al fin partimos. El plan del día anterior era pararse en Igualada, pero haberlo hecho habría sido una locura. Habríamos llegado de madrugada y el lunes hubiese sido muy duro para los que tenían que trabajar. Ir un lunes a currar tras tres noches sin dormir es demasiado. Mientras Ian y Julián dormitaban con las tres películas de Regreso al Futuro, Manuel conducía y yo le pasaba de vez en cuando un trago de agua o cualquier cosa que pudiera necesitar. También aproveché para sacar algunas fotos guapas.


Comimos en algún lugar perdido de Aragón, y a partir de ahí tomé el volante y ya no lo solté hasta Asturias. Por el camino tuvimos sol, preciosos cielos estilo Simpson, lluvia y todo lo que os podáis imaginar.


Llegamos a Oviedo a medianoche, la despedida por mi parte fue rápida. Dejé a aquellos tres cadáveres tirados en la furgoneta y me fui. Al cuentakilómetros le faltaba poco para llegar al segundo millar. A ellos aún les quedaba ir hasta el local, descargar todo el equipo y devolver el vehículo a su propietario. Ignoro si a estas alturas David sigue hablándose con su padre. Supongo que la furgoneta no quedó en las mejores condiciones, aunque a estas alturas de la película, no creo que nadie que tenga en su familia a un músico, se asuste de como pueda quedar un vehículo por dentro tras dos días de ajetreo.


Quiero dar las gracias desde aquí a mis compañeros de viaje: Manu, Julián e Ian. Sois la leche. Me lo pasé como pocas veces en mi vida.

También dar las gracias a Adri, Vero, Emma y Xavi por el recibimiento y por dejar a Diario de un Metalhead ser el Programa Oficial de la Metal Battle Española.

Saludos y agradecimientos para David y Andrewa, sois tan buenos que duele. También a todos los We All Fall, una gente excepcional. A Daniel de Ravenblood, que seguro que nos vendrá a visitar pronto. A Josep de Breakdown Collapse, me has ganado en todos los sentidos amigo. A Rulo, “Oviedo hasta la muerte #sibajais”. A Laura, Ireth y Frank de Drinktim (Felipe suertudo, con gente así cómo no van a salir bien las cosas). A la gente de Eslavón, que como les prometí sonarán en Diario de un Metalhead muchas veces. Estamos en contacto chavales.

Y por supuesto a mi mujer, que aunque sé que me echa de menos cuando me voy a un jaleo de éstos, no me pone pegas e incluso me anima para que no me lo pierda. La vida contigo es muy sencilla. Gracias.