📝 📷 Larry Runner.
Una vez más acudí al Mieres Underground.
Este año teníamos una banda de metal en el cartel. Si siempre hemos acudido al festival por cercanía y por conocer nuevos grupos aunque no fueran de nuestra onda, en esta edición, con los regresados Repugnance en el cartel, no podíamos fallar.
Los brutos mierenses cerraban la jornada del viernes. Antes hubo espacio para otras dos bandas.
Abrieron los progresivos Ethiva, con una apuesta sesuda que si bien me pareció de calidad, sí es verdad que se me hizo un tanto bola. Me gustó el buen hacer de su frontwoman Camil Cinnamon, pero tengo que reconocer que este rollo psicodélico no es lo mío y aunque lo cogí con ganas, acabé aburriéndome. Sonaron bien. Son buenos, lo otro va en los gustos.
Con los coruñeses Moura un poco más de lo mismo. No me disgustaron del todo. Tienen su punto de psicodelia aunque ellos tirando más hacia el stoner. Desde luego por originalidad que no quede, le meten un rollo folk al asunto que hacen que viéndoles no recuerdes haber visto nunca nada igual. Esa apuesta étnica es muy llamativa. Sonaron muy bien también y me parecieron también realmente buenos, pero tampoco salí de allí siendo un nuevo fan.
Cerraron Repugnance (foto de portada), que quizás sonaran peor que las dos bandas predecesoras, pero que por gustos obviamente disfruté mucho más. Tras el concierto reciente de presentación en la Gong de Oviedo, creo que disfruté más que allí. Puede que fueran las cervezas que ya se iban acumulando en el organismo pero seguramente también que los temas ya están mucho más interiorizados. Calcaron el repertorio de Oviedo y creo que conectaron bastante bien con la parroquia. Lástima que no nos acercáramos todos un poco más al escenario, aunque también es verdad que ellos no hicieron demasiado por que así fuera.
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Bronca |
El sábado también hubo jornada rockera con otras cuatro bandas en una jornada que cerraron unos Onza que evidentemente congregaron a una buena cantidad de gente. Como curiosidad señalar la aparición a la guitarra de Pablo Desakato, que sustituyó al ausente Sete, saliéndose por un día de su actual rollo indie cantautor o como coño se quiera llamar eso a lo que se dedica ahora.
Actuaron también los indies madrileños Katovit; Break the Senses, llegados desde Málaga y a los que de haber conocido más seguro que los hubiese disfrutado mejor; y los streetpunk de Gijón Bronca. Estos últimos fueron sin duda los que más me gustaron con su rollo reivindicativo echándole un par de esos con sus comprometidas letras y su atrevida puesta en escena. Congregaron a un buen número de adeptos llegados de fuera y fueron los que más movieron al público de todo el fin de semana. Mucha parte de la culpa la tiene su emblemática vocalista Ayeshka y por supuesto el buen hacer de su guitarrista Pitxe.
Y esto es todo cuanto quería contar del Mieres Underground 2025. Escribo estas líneas por dejar constancia un poco de lo ocurrido, por no dejarlo pasar de largo del todo. Acudí al evento más con ganas de pasármelo bien y despejar la cabeza en un mes personalmente muy duro, que no como amante de la crónica. Ni siquiera fotógrafo llevamos, las fotos son de mi teléfono. Era indispensable pasarlo bien y olvidarse de esto que a veces pasa a ser un segundo curro.
Gracias a todo el maravilloso crew de Mieres Underground. Buen sonido, y un servicio inmediato y amable en las barras donde encontrabas unos precios razonables para los tiempos que corren. Orgullo de Mieres. Por muchos años.
© Diario de un Metalhead 2025.
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