Por Simón García López.
La verdad que da gusto cuando Atrocity se meten de pleno a componer música extrema y dejan de lado los experimentos musicales, las versiones y demás excentricidades que a Alex Krull le resultarán geniales, pero que a mí sinceramente siempre me han parecido incomprensibles por no emplear otra palabra que todos sabéis que ahora mismo me muero de ganas de decir.