📷 Bea Lawless.
Gira tremenda para los amantes del metalcore, deathcore y beatdown, la que nos brindó Route Resurrection el pasado mes de noviembre.
Acudí al concierto de Bilbao, en una sala Stage Live a reventar y en un sold out anunciado hace tiempo. No sé si no había disponible ninguna sala de capacidad mayor, o si no interesaba a los promotores, pero viendo las ganas que tenía la gente en el concierto y viendo lo rápido que fue el sold out, seguramente habrían metido mucha más gente de las cerca de 500 personas que abarrotaban la sala. Una pena por la gente que se quedó sin entrada, pero hay que reconocer que Stage Live es un sitio perfecto tanto en comodidad como en sonido; la “hermana pequeña” de Santana 27 siempre es bien.
Arrancamos con la banda de Manchester, Guilt Trip. Ya los había visto en Hellfest en 2022 y me habían gustado bastante. Su estilo hardcore cercano al crossover thrash es siempre divertidísimo y anima a moverse sin parar. No se cortaron un pelo y salvo un par de temas de su primer y segundo disco, Guilt Trip y Thin Ice, el resto de temas recorrieron casi por completo su tercer y último disco Severance. El público demostró conocerse bien sus temas y lo dieron todo en unos pits brutales. Hacía tiempo que no veía al público tan asalvajado. También quiero resaltar que la media de edad era menor de la habitual en los conciertos de Metal, y es de agradecer, igual hay esperanza. En resumen, muy divertidos, no tuvieron el sonido contundente del resto de bandas de la noche y se escuchó algún fallito que otro, pero lo dicho, un estilo con personalidad definida y mucha actitud.
La segunda banda de la noche fueron los australianos Justice for the Damned, banda mucho más deathcore y beatdown, con un sonido que empezó un poco pasado, pero que rápidamente sonó como una apisonadora. Soy mucho más fan del estilo de Guilt Trip, pero hay que reconocer que los de Sydney tienen un sonido mucho más trabajado. El público pasó de moverse como loco a romperse el cuello en cada tema, la verdad que la respuesta de la gente fue perfecta toda la noche, se notaba que era viernes y que el estilo del bolo ayudaba. También aprovecharon para presentar su último disco, ya de 2020, tocando, casi todo temas de este disco menos uno o dos de su primer disco. No los conocía y tuve que pedir el setlist para saber qué temas sonaron.
"New song", "Guidance from the pain", "The house you built is burning", "Blister of the plague", "Final cataclysm" o "Pain is power" fueron algunos de las canciones elegidas.
Sylosis |
Llegaba el turno de Sylosis, el motivo principal para mi viaje relámpago desde Oviedo a Bilbao, nada más salir de trabajar para volver nada más terminar el concierto.
Llevaba desde 2012 con ganas de ver a los chicos de Josh Middleton, pero su poca frecuencia de conciertos en España, sólo recuerdo su última visita al Resu en 2011 en la que me los perdí, su posterior tiempo de descanso cuando Josh entró en Arquitects y su cancelación en el Resu de 2022, convirtieron esta fecha en un día marcado en rojo en el calendario.
Sylosis es una banda que me conquistó con su tres primeros discos, "Conclusion of an age", "Edge of the earth" y el "Monolith", y a partir de ahí, sus tres siguientes discos aún gustándome me dejaron un poco más indiferente. Su death core a toda velocidad de los inicios ha dado paso a un death melódico progresivo mucho más contundente pero menos rápido en mi opinión. Ojo, creo que la calidad de la banda es muy superior hoy en día, pero en directo creo que sería más divertido un setlist basado en sus primeros años. El concierto se me hizo muy corto, y dentro de lo corto que fue, los temas elegidos fueron más orientados a la última época, algo normal teniendo en cuenta que presentaban su sexto disco "A sign of things to come". Sonaron de sus dos primeros discos "Cycle of suffering", "The blackest Skyline" y "Sands of time", tocando de la época post 2019 "Poison for the lost", "Pariahs", "I sever", "A sign of things to come", "Worship decay" y "Deadwood". En cuanto al sonido, para mí, empezó tremendo, potente, limpio, se distinguían todos los instrumentos a la perfección, y los solos eran una locura. A mitad de actuación hubo un problema con la PA, se fue en mitad de una canción y estuvo sin sonido hacia el público cerca de un medio minuto que pareció una eternidad. Desconozco qué problema pudieron tener, pero desde ese momento el sonido empeoró algo, siguió con una buena potencia, y bastante limpio, pero de repente los solos dejaron de distinguirse bien, tema importante en la música de Sylosis. No fue gran cosa pero me deslució un poco el bolo. Sea como fuere pude quitarme la espina, y lo disfruté como se merecía. Para terminar, el propio Josh, al que estar con Arquitects no le ha convertido en una estrellita, bajó el resto de la noche al merch de la banda y se estuvo haciéndose fotos y hablando con todo el mundo, un buen detalle.
Aún faltaba poner el broche a la jornada, y este vendría de la mano de los británicos Malevolence, una banda que ya pude disfrutar en un par de ocasiones y que son garantía de buen sonido y actitud sobre el escenario. Su metalcore entremezcla sonidos beatdown o hardcore pasando incluso por sonidos más groove metal. No me gustan tanto como Sylosis a nivel compositivo, pero hay que reconocer que en directo son aplastantes. Fueron el bolazo de la noche, tanto en sonido como en conexión con el público, que estuvo durante una hora patas arriba literalmente, dándolo todo, haciendo pogos constantes y tirándose desde el escenario sin parar. El grupo se vio especialmente cómodo viendo lo bien que se lo pasaba la audiencia, hasta el punto que Alex Taylor estuvo con una sonrisa en la cara durante todo el bolo. Si tenéis ocasión de verlos en directo no perdáis la ocasión, que grupo más trabajado y más compacto, impresionante. El setlist fue variado, sonaron mayoría de temas de su último disco "Malicious Intent" de 2022, algunos fueron "Malicious Intent", "Life Sentence", "Waste of myself", "Still waters run Deep", "Higher place", dónde la gente demostró conocerse bien la letra de esta canción tan emotiva, y "On broken glass", tema comercial en parte pero que tiene una parte cañera demoledora y con la que cerraron el concierto. También metieron dos o tres temas de cada uno de sus dos primeros discos de los que destaco "Serpent’s Chokehold" y "Condemned to misery", de su segundo disco "Reign of Suffering", donde la banda se acerca al Sludge Metal; es increíble la versatilidad de esta banda.
En resumen, mereció la pena pegarse la paliza ida y vuelta en el día a Bilbo. Cuatro conciertazos, ambiente inmejorable y espina quitada con una de las bandas que más ilusión me hacía ver desde hace tiempo, que más se puede pedir???
© Diario de un Metalhead 2023.
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