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lunes, 6 de octubre de 2025

Astures y romanos. SALDUIE, Gijón, 27.09.2025. Crónica.


📝 Larry Runner.
📷  Jorge López Novales.

Salduie llegaron a Gijón para ofrecer una velada folk metal cargada de épica, una pequeña fiesta con sabor a tiempos antiguos.


“Dvatir” fue el arranque, con un sonido horrendo, algo que cambió con el paso de los minutos. El frío comienzo se convirtió en una posterior fiesta donde no faltaron pogos, coros y buenos momentos. 

La cosa iba mejorando y para “Caraunios” la sala ya se puso a corear como tirando de espíritu guerrero. No éramos muchos, no llegamos al centenar, un número demasiado escaso para un lugar tan grande como es la Acapulco, pero sí es verdad que los que allí se presentaron, se sabían las canciones y estuvieron en todo momento entregados a la causa.

Llega el momento de “La profecía de Clunia” y Nem Sebastián tira de gaita, para ser dos en escena. Tema a corear con el alcohol de fondo. Ese elixir que cura todo tipo de heridas. Las físicas y las del alma. La gente se lo pasa en grande. Se la sabe y la canta.

Llegado este momento me gustaría destacar la habilidad que tanto Diego Bernia (voz gutural y melódica) como Nem Sebastián (voz melódica y de vientos) demuestran a la hora de combinarse en el dúo sin pisarse. También el equilibrio entre lo metalero y lo folk. En ese sentido no me decepcionaron en absoluto. Lo logran, como en disco.

Con “Los fuegos de Belenos” -con sus dobles vientos- , y más tarde “Lugnasad”, el concierto tomó un aire digamos que casi de ritual, algo a lo que contribuyó sin duda el wall of death montado entre astures y romanos. 

Tras tanto exceso llegó un rato de calma donde el grupo se pasó al acústico. “Caelia” aplacó a las bestias que acabaron iluminando la sala con sus móviles para imitar el cielo estrellado de “Ambaxtos” con Víctor a la mandolina.  

“El canto de las madres” y la posterior “Imbolc”, con Diego Bernia apareciendo enmascarado y cubierto de pieles, mantuvieron el aura ritual hasta llevar al público casi al clímax con “Netón”.

Pero si hubo un momento especialmente coreado, ese fue “El agua del Tejo”, canción que vino acompañada de una pequeña performance en la que un cantante ofrecía agua al otro. La complicidad entre músicos y público se elevó aún más con la locura desatada en “Descarnatio”, donde el moshpit imitó el vuelo circular de los buitres con el bajista sumándose a la espiral.


La recta final con “Numancia” y “Hidromiel” sirvió como broche festivo, con bailes y un desenlace en el que Diego Bernia se mezcló entre la gente, cerrando la noche en una auténtica comunión entre banda y público.

Salduie demostraron que su propuesta es casi una fiesta, un viaje a las raíces. Gijón se rindió a su folk metal.

Lo mejor: sin teloneros que importaran a nadie. Lo peor: una hora de espera entre la apertura de puertas y el comienzo del show. Innecesario.

Gracias a Franelrock producciones y a Vampire Productions.

© Diario de un Metalhead 2025.


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