📝 Paula Huelga.
Podría empezar por cualquiera de los inicios: en esto que os escribo hay varios. Cada uno lleva a un lugar distinto: al mito, a la leyenda, a los excesos, a la soledad, a él, a ella, a su libro… Pero he elegido este porque no me lleva al escenario ni al personaje. No quiero estrella ni pose; quiero al tipo detrás del humo y los focos. A la persona. A Phil Lynott.
Nació con la piel marcada, no solo por el color, sino por el peso. Fue un muchacho mulato de madre soltera, en ese Dublín donde la mirada ajena pesa más que la lluvia. Y en ese escenario gris, hay una grieta por la que entra la luz. Una brecha por la que colarse. Su voz, como arma.
“Supo sacar partido a su negritud en la Irlanda abrumadoramente blanca de la época. Aprendió que si se reía primero de sí mismo, se metían menos con él. También aprendió que si te crees tu personaje, los demás también lo acaban creyendo. El peligro estriba en que llegue un momento en que ya no sepas quién eres. O que el personaje se convierta en una condena.”
A Marta, uno de los personajes principales del libro de Bego Arretxe No creas una palabra (Catedral Books), le han encargado escribir la biografía del cantante de Thin Lizzy, uno de los grupos que formó parte de su juventud.
“Sentada frente al ordenador, abre el documento de la biografía; le quedan por escribir dos o tres capítulos. Atravesar el declive de Phil Lynott tiene sabor a venganza y dolor. Relatar la época de mayor éxito ha sido un paseo. Aunque el camino tiene sus trampas. Sus heridas. Las piedras con las que acabará construyendo su propia tumba…
El reconocimiento, el dinero, la soledad. Los excesos, los caprichos, la soledad. Las canciones compartidas, las giras, la soledad. La camaradería, la desconfianza creciente, la soledad. El amor, la paternidad, los chismes de las revistas, la soledad. Los conciertos multitudinarios. Las mujeres de paso, la soledad. El desgaste del grupo, la responsabilidad de la gestión y las entrevistas, la soledad. El desamor, el alejamiento de sus hijas, la soledad. Las drogas, la soledad…”
Por distintas razones, la intención de Marta de reflejar en su texto el interior del hombre está siendo fallida. He sido osada al intentarlo yo misma. ¿Cómo pudimos creer, ni por un instante, que se puede alcanzar el mundo interior de alguien y habitarlo?
El tiempo apremia, y no puedo empezar de nuevo. Quiero entregarle a Larry este escrito prometido. Tampoco quiero deshacerme de estas palabras, huir de este contexto. Sería injusto, porque no se borra a quien canta con tanta verdad.
© Diario de un Metalhead 2025.
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