📝 Alejandro "Rochu".
📷 Mar Fuertes.
Por favor, una máquina del tiempo, “sólo” pido eso. Esta es la sensación que me dejó el concierto de GEOFF TATE en el espacio de vías de León el pasado 6 de Marzo.
Cómo me encantaría poder viajar al año 1990, cuando todavía estaba a punto de cumplir diez años, y disfrutar de ese directo que tenemos tan visto hasta la saciedad, el "Operation Livecrime". Una de las bandas más grandes que ha dado USA, con uno de los mejores cantantes de la historia del género, un grupo que se consolidó y supo ir ajustando su música a los cambios que surgían a lo largo de los 80, 90 y los 2000, pero siempre con su clase y su excelso progresivo por bandera. Siempre tendré esa espina con la banda de Michael Wilton y Scott Rockenfield, y aunque sea ahora, al final de su carrera, espero poder quitármela con Todd La Torre a la voz, porque hasta ahora me ha sido imposible totalmente, en uno de esos grupos que por muchos festivales que vayas nunca han acabado de cuadrarte en tus planes.
Vamos al lío que luego decís que me enrollo. El concierto fue un éxito de audiencia, con casi 250 personas en León, un jueves, y en una gira que les llevaba además por Barcelona, Madrid, Pamplona y Santiago, con lo que fue una grata sorpresa ver tanta animación. Ni que decir tiene que la invasión asturiana fue más que reseñable. Por desgracia no pudimos llegar para ver a la banda local SUNSET BLVD, pero por lo que oímos a la gente hicieron un buen show, así que la próxima vez que tengamos ocasión no nos los perderemos. Los siguientes en escena eran supuestamente IVORY LAKE, pero por problemas logísticos solo pudo acudir el cantante JOSS WATTS que le echó narices, agarró su acústica y se enfrentó el sólo al público. Se agradeció la buena intención de no dejarnos sin una banda y el chico lo hace muy bien, tiene muchas tablas a pesar de su juventud y un vozarrón increíble, pero siendo sinceros no era lo que pedía el día, y no sé hasta qué punto no hubiera sido mejor intercambiar el orden para que abriera él y SUNSET hubieran teloneado directamente a GEOFF. La mayoría de la gente se desenganchó pronto del show y se limitó a charlar, bromear y esperar la llegada del plato fuerte. Estos inventos al final no son justos ni para el público ni para el artista, que se come un marrón gordo delante de un respetable con cierta edad, por qué no decirlo, y que viene para otra música completamente distinta.
Llegaba el momento de quitarme la mitad de la espina, la de ver a una de las voces que más burro me han puesto en la vida, con un buen setlist basado en QUEENSRŸCHE exclusivamente (pero no el mejor ni de cerca, comparado con otras giras que ha hecho en solitario). Tenía duda y algo de “miedo”, pues la gente que si ha visto a Geoff en este siglo me había dicho que su voz había perdido mucho y que no venía bien acompañado normalmente, pero nadie me iba a quitar la ilusión de escuchar por fin muchos de los grandes temas de su repertorio. El show comienza con "Empire", casi nada, y arranca bien, el sonido promete y la voz de Tate, aunque todavía fría empieza a dejarnos a todos alucinados. La banda va con tres guitarristas, bajo y un batería, todos muy jóvenes; no tengo datos pero dudo que tengan más de treinta y pocos años ninguno de ellos. El show va medido todo a claqueta, y es necesario, porque a lo largo del concierto son muchas pistas las que van disparadas desde la mesa con acompañamientos de teclado, coros, etcétera. La puesta en escena tanto de Geoff como de la banda es perfecta, y es un gusto ver como un cantante con esa historia, en una formación que no deja de ser de versiones de otra banda, deja protagonismo a esos chicos y es capaz de apartarse del foco y no querer ser la estrella del evento, aunque lo sea. La única pega es esa batería eléctrica, y que aunque es resolutiva y tiene a un gran músico detrás, a veces deja esa impronta de sonidos prácticamente iguales durante todo el show. Por favor, baterías eléctricas en salas NO.
El setlist seguía con tres temas como "Desert Dance", "I am O" y "Sacred Ground", donde Geoff maneja otros estilos un poco más alejados de los representativos de QUEENSRŸCHE, y que aunque para mí no son grandes temas dentro de la historia de la banda, sirvieron para seguir poniendo el sonido mejor y mejor cada vez, y para comprobar la fuerza en el escenario de Geoff.
Tuve que irme a primera fila para intentar descubrir si había truco en la voz, porque es increíble la facilidad con la que saca ese chorro de voz y como sube y baja en las escalas. Por algo ha sido considerado una de las mejores voces de la historia, en la lista de los grandes barítonos con HALFORD, DICKINSON o DIO.
La cosa se ponía seria con una maravillosa "The Thin Line", ahí estaba él con su saxo, su vestimenta de bohemio, muy lejos de su estética ochentera pero con su mismo carácter, gustándose y vacilón, y poco a poco calentando esa voz, que aunque ya no pueda estirar todo lo que quisiera sigue teniendo un timbre y una calidad únicas a sus 66 años. Tocaba disfrutar del segundo pelotazo de la noche "Operation Mindcrime", que acabó de dejarnos claro que íbamos a disfrutar de cada clásico que nos iba a regalar. Seguimos navegando ese gran disco con "Breaking the Silence", en la que el público ya coreaba los estribillos a todo lo que daba, pero menos que en la que venía a continuación en ese recorrido por el "Operation ...". Que pasada poder escuchar en directo "I Don't Believe in Love", una de las canciones que más he escuchado de la banda, y que posiblemente fue la que me los dio a conocer. Las más de 200 personas estaban entregadas a la causa, y no es para menos, el sonido fue perfecto, el bajo, tan importante en este grupo se oía perfectamente por detrás de las melodías, y los guitarras hicieron que todo sonara todo tal y como DeGamo y Wilton lo crearon; simplemente todo estaba cuidado al detalle.
"NM156" del "The Warning" relaja un poco el ambiente y prepara al cantante para lo que le espera en "Screaming in Digital", donde destacan además de la atmósfera y las afiladas guitarras, un Geoff que tiene un gran trabajo vocal que soluciona perfectamente, en una canción que puede que fuera de las más exigentes de la noche. Continuando en el "Rage for ORder" nos llegaba otro de esos temas que no pueden faltar, "Walk in the shadows", donde me quedo con el disfrute del público, pero sobre todo con la ejecución de los solos y con la interpretación de Tate, que me llevó directamente a otra época, y es que no es solo la voz, es ver como reaparece ese frontman de hace más de 30 años que marcó una época. Qué lujo de noche, y qué nostalgia.
De aquí al final todo sería un disfrute total, cabe decir que todo el show estuvo salpicado por las charlas trascendentales de Geoff, pero que debo decir que me dan buen rollo sobre su persona, tiene pinta de ser un tío que le gusta disfrutar de la vida, y que tiene ideas bien claras sobre el sistema en el que estamos inmersos; y es que en las letras de QUEENSRŸCHE siempre ha habido una temática sociopolítica muy importante. Se ve una persona cabal y pragmática, sé que disfrutaría de una buena charla con él.
Tocaba viajar por el intimismo que ofrece su disco "Empire", y de esa manera cayeron tres temas que son por derecho propio clásicos absolutos de la banda, "Another Rainy Night (Without You)" "Jet City Woman" y "Silent Lucidity". Qué decir, éxtasis general en la pista con estos tres temazos que dentro de su dinámica tranquila manejan una intensidad superlativa, emocionan y ponen a todo el público a disfrutar de cada solo, cada arreglo vocal y te provocan a corear cada estribillo y mover la cadera como el mismísimo Tate.
En este momento se retiraba la banda y volvían para los bises, empezando con una versión de PINK FLOYD, "Welcome to the machine", donde la banda se luce con una exhibición de técnica, dejando claro que Geoff no está girando por el mundo para vivir de su pasado, si no que quiere honrar como se debe a su gran legado en el mundo de la música. Finalmente la despedida llegó con dos temas de los inicios, "Take hold of the flame" y "Queen of the Reich", donde los registros de Geoff eran altísimos, y debo decir que las defendió perfectamente y que fue un broche de oro perfecto para esta gran noche del mejor metal progresivo. Quiero acabar con una reflexión, porque hay gente dispuesta a criticar gratuitamente detrás de un teclado, con tal de hacerse el interesante, diciendo que Tate está acabado, que no podría volver a QUEENSRŸCHE, o que Todd La Torre es mejor cantante. Pues bien Todd es un grandísimo cantante, llegó en un momento necesario a la banda, y es cierto que en cierto momento Tate pudo bajar el pistón, pero ahora a sus 66 años se ve que ha madurado en ciertos aspectos, ha trabajado duro y se ha puesto las pilas. Todd tiene 51 años solamente, y eso es una ventaja importante a día de hoy, pero el legado de GEOFF TATE merece un respeto y no desear que estas dos voces pudieran juntarse en QUEENSRŸCHE a día de hoy tiene delito.
A falta de un Delorean no me queda otra que seguir fantaseando con que ese día llegue…
© Diario de un Metalhead 2025.
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