📷 Jorge López Novales.
Han pasado ya cinco largos años sin ver a WarCry en vivo. Desde aquella despedida en el Ifema de Madrid, no había tenido la oportunidad de disfrutar de su directo nuevamente. Así que, cuando vimos la fecha en Bilbao, la marcamos de inmediato en el calendario.
Sabíamos que no podíamos faltar, sucediera lo que sucediera. Con el coche a rebosar, partimos rumbo a la ciudad más grande del mundo, y a la que hacía mucho tiempo no volvíamos. Bilbao nos roba el corazón cada vez que la pisamos, como fuésemos de allí. Ya se sabe: los de Bilbao nacemos donde queremos.
Llegamos temprano y tuvimos el placer de saludar a Rober y Santi antes del concierto, incluso de inmortalizar el momento con una fotografía. Siempre es un honor verlos y, aunque solo fuera por unos minutos, compartir con ellos ese instante ya nos alegró el día. Luego nos dimos una buena caminata para encontrar un bar decente, donde el sonido no fuera un tormento. La espera estuvo amenizada por Platero y Tú, lo cual no estuvo nada mal.
De vuelta a Bolueta, nos reencontramos con muchos amigos y nos adentramos en la sala. La Santana 27 colgaba el cartel de "Sold Out" para recibir el Daimon Tour, la penúltima cita de WarCry en España en este 2024 que ya comienza a agonizar.
El concierto arrancó con "A por ellos", que dio el pistoletazo de salida a un repertorio de veinticuatro canciones, complementado con el siempre impresionante show de Pablo García, que no podía faltar. Desde el primer acorde, el público se entregó al karaoke. "Que se vaya" fue la segunda canción, proyectando imágenes de nieve en la inmensa pantalla del fondo. Estábamos inmersos en el Daimon Tour y lo iban a dejar claro. Las dos primeras canciones del disco abrieron la noche con fuerza, sin miedo.
"Nuevo Mundo" adquirió un tinte especial esa noche. Estaba rodeado de personas latinoamericanas que no dejaban de cantar, grabar y emocionarse. "Contra el viento" subió aún más el volumen del karaoke. Víctor García podría haber dejado de cantar y el público habría seguido sin problema. Aunque, por supuesto, sí que cantó.
Observamos a un Víctor García pletórico, mucho mejor que hace cinco años. Pero no solo él está en su mejor momento; la banda también lo está. WarCry se nos presentó como una maquinaria de precisión milimétrica. Todo ocurría en su justo momento, como un reloj suizo. Cada canción iba acompañada de imágenes, en muchos casos, el videoclip de la propia canción. Lo sorprendente era la sincronización perfecta entre el directo y las imágenes proyectadas. El Víctor García de la pantalla cantaba a la par del que sostenía el micrófono en el escenario. Jamás había visto a WarCRy con tal nivel de excelencia.
No dejamos de disfrutar de momentos especiales entre canciones y en los discursos del vocalista. Los teclados de Novoa en "Espíritu de Amor", el inicio a capella de "Devorando el corazón" o el final apoteósico de "Coraje" con un Víctor deslumbrante en los gritos del cierre, fueron solo algunos de los puntos álgidos de la noche.

Con la llegada de "Ardo por dentro", Novoa volvió a acaparar el protagonismo en el comienzo. La gente ya la estaba cantando antes de que empezara. "Desde el dolor" con su introducción de tintes doom permitió bajar las revoluciones y tomar un respiro. Fueron dos horas y media de concierto, una auténtica proeza, como para no levantar el pie del acelerador.
Llegó entonces el momento del show de Pablo García. Sus potentes riffs casi se descontrolaron, hasta el punto de romper una cuerda, algo que él mismo admitió: "nunca me había pasado en 22 años". En este interludio, sonaron fragmentos de Black Sabbath e Iron Maiden, y la sorpresa culminó con la aparición de Juan Torre Díaz, el técnico de monitores, que se animó a cantar un fragmento del icónico "Crazy Train" de Ozzy.

"Cielo e Infierno" nos devolvió al setlist tras la pausa. Observar a Víctor García bebiendo agua me provocó una sonrisa; no es algo que veamos a menudo. Tenía a Pablo García cerca, disfrutando del momento, y no pude evitar recordar lo mal que lo pasó hace unos años cuando una lesión le complicó la vida. Qué alegría verlo recuperado.
"Ego" fue la única canción del repertorio que me dejó algo indiferente, y creo que no fui el único. Pero "Quiero Oírte" devolvió el ambiente a su lugar. "¡Arriba Bilbao!", gritó el vocalista mientras Rober, a pocos metros de nosotros, seguía animándonos sin parar. "Cobarde" llegó después, coreada a pleno pulmón por la abarrotada Santana 27.
El medley que vino a continuación nos transportó a los inicios de la banda, con "Luz del Norte", "Alejandro" y "Señor", terminando de forma magistral con el grito final. A sus cincuenta y cuatro años, el vocalista más heavy que el viento sigue brillando con luz propia.
"Condenado" nos devolvió al universo de Daimon, y debo decir que en directo me gustó más que en el disco. Al fondo el fabuloso videoclip acompañaba a la banda.
Es habitual que el público cante junto al grupo, pero hacer karaoke a la introducción de "La Maldición del Templario" es otro nivel, al igual que el mar de brazos que siguió a continuación. El frío de la pantalla en "Capitán Lawrence" no se trasladó al público, que seguía eufórico. Luego llegó "Tú Mismo", una de mis favoritas, con Rober dominando el escenario. "Sólo Sé", con su energía desbordante, puso a Víctor y Pablo corriendo de un lado a otro, mientras la banda mantenía una precisión impecable junto a la proyección del videoclip de Titi Muñoz. Nos despidieron con esta, pero sabíamos que habría más.
Para los bises, nos regalaron cuatro canciones adicionales. "Huelo el Miedo" fue la primera, seguida por "La Vida en un Beso", un respiro cargado de emotividad, especialmente al ver en el vídeo a una querida amiga que ahora vive lejos. El clímax llegó con "El Guardián de Troya" y, por supuesto, el himno "Hoy Gano Yo", que siempre enciende al público.

WarCry dejó claro en Bilbao que están en un momento excepcional, quizá el mejor de su carrera. A pesar de los parones y el paso de los años, siguen siendo una banda muy respetada y querida. Su público es fiel hasta el extremo, y el lleno absoluto lo demuestra. Muchos otros no podrían ni soñar con algo así.
Sin duda, fue un concierto memorable. Si no fue el mejor que les he visto, estuvo muy cerca. La verdad, lo disfruté enormemente. Veinticuatro canciones y aun así, todos nos quedamos con ganas de más. En mi caso, extrañé dos temas: "El Gran Mago", olvidada hace años, y "La Vieja Guardia", que no entiendo por qué no está en el setlist. Mi único "pero" en una noche inolvidable.
1. A por ellos
2. Que se vaya
3. Nuevo Mundo
4. Contra el viento
5. Alma de Conquistador
6. Espíritu de Amor
7. Devorando el Corazón
8. Coraje
9. Ardo por dentro
10. Desde el dolor
11. Show de Pablo García.
12. Cielo e Infierno
13. Ego
14. Quiero Oirte
15. Cobarde
16. Medley: Luz del Norte, Alejandro, Señor.
17. Condenado
18. La maldición del Templario
19. Capitan Lawrence
20. Tú Mismo
21. Sólo Sé
Bis:
22. Huelo El miedo
23. La vida en un Beso
24. El Guardián de Troya
25. Hoy Gano Yo
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