“Suckcess” es lo nuevo de GRAPESHOT, una de esas bandas sin suerte que pululan por la escena más olvidada de nuestro país de forma inmerecida, porque todo el mundo se queja de que “la gente siempre escucha lo mismo”, pero nadie tiene los huevos de escuchar otras cosas.
Ellos se lo pierden. Allá cada uno si no quiere conocer emociones nuevas. Bien es cierto que no todo lo nuevo vale, no todo es bueno, pero en este caso, la banda que nos concierne no es que lo sea, es que además se supera con creces en este nuevo disco.
“Suckcess” es el mejor álbum que haya presentado este grupo madrileño hasta la fecha. Han evolucionado en su sonido, sonando menos groove y un poco más stoner. Han ganado en melodía y perdido un tanto en fiereza. Ello les lleva a sonar más personales, distintos, a figurar en la liga de los elegidos, de esos grupos que no son iguales que los demás. Para bien y para mal.
Lo que no hay duda es de son distintos, pero es este un disco vibrante y que marca un salto de calidad en todos los sentidos. A nivel de composición es, en mi opinión, mejor. Los temas me parecen más elaborados, más redondos, más canción, encontrando además una fuerza en los estribillos que en anteriores trabajos ya intentaban aunque sin llegar al nivel de este “Suckcess”.
Y es que por fin han conseguido ofrecer canciones de esas que no dices que sean buenas, si no que horas más tarde de haber escuchado el álbum estás tarareando. Temas como “Cold Hustler” son de esos que cuando vas en el coche le das al rewind para volver escucharla antes de pasar al siguiente corte.
La autoexigencia de la banda ha hecho que parieran su mejor disco. Ha sido tal la intensidad en las ganas de crecer que se ha llevado por delante a uno de sus guitarristas, Javi Pina, que si bien aparece en el álbum bordándolo a la guitarra, y por supuesto en los créditos del álbum, a la hora de escribir estas líneas es tristemente ya un ex del grupo.
Por ahí hablan de sludge, thrash y mil tiquetas más. Quizás tengan un poco de todo, pero a lo que suena este disco es a GRAPESHOT, no a una copia barata de Pantera como hay por ahí miles y como algunos les pudieran achacar en sus inicios. Son una banda con personalidad, lo cual saben que les pone el camino más difícil en este país de “bienquedas”.
Su música es una lluvia de potentes riffs, de melodías de guitarra intensas, con mucho cuerpo, tirando de afinaciones graves y apoyadas por una sección rítmica a la que yo de le habría dado un poco más de cuerpo. Sobre todo ello la mejor versión de y la rugosa voz de Esteban, que en "We'll Return" casi me vuela la cabeza. Sobresaliente trabajo al micro. Solos como el ofrecido en “Right On”, donde coquetean con el progresivo, me vuelven loco. Canciones como “Walk in Sand” en vivo tienen que sonar tan bestiales como la brutísima "A Hostias" que cierra el disco. Ojalá tocaran el disco entero en sus conciertos. Ojalá les veamos pronto.
Un disco que escapa de la mediocridad que empieza a llenar, por desgracia, mi buzón. Un álbum fresco y que además han redondeado con una portada y un libreto en forma de Juego de la Oca que es una auténtica obra de arte. Eso sí, mirándolo con detenimiento, miedito me da. Tiene 45 casillas y creo que voy por la 42. Evidentemente no he pasado por todas. Ya sabéis que la cosa consiste en el "de oca a oca".
Uno de los discos del recién terminado 2021. Mola hasta la galleta interior.
Algunos les comparan con Devildriver. No estoy de acuerdo. Si sonaran a eso me aburriría con ellos y no es lo que sucede con este "Suckcess" precisamente. Discazo.
© Diario de un Metalhead 2021.
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