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domingo, 4 de junio de 2017

Faltaron 200. TYLER BRYANT & THE SHAKEDOWN. Oviedo 31.05.2017. Crónica y fotos.


Texto: Larry Runner.
Fotos: Sergio Blanco.

Tyler Bryant & the Shakedown pasaron por Oviedo en su primer día libre en España. Bajaron del cielo al barro en menos de 24 horas. Del estadio a la sala medio vacía en menos de nada. De los 30.000 espectadores a los 30 y contrariamente a lo que se pudiera pensar, ofrecieron un concierto por el que apostaría una mano a que fue mejor que el de San Mamés teloneando a Guns N’ Roses el día antes.


¿Cuántas pudieron tocar en Bilbao? ¿Media docena? ¿A qué volumen? ¿Sonando cómo? ¿Alguien los escuchó realmente? En Sir Laurens estuvieron sobre el escenario 80’ de los de verdad y la entrega fue total, disfrutando como críos sobre las tablas, ofreciendo una profesionalidad digna de adultos cuando aún no han alcanzado la edad para que así se les etiquete.

Cuatro chavales disfrutando ante una audiencia que no llegaba al medio centenar, cuando debería haber habido al menos 200 personas más sin duda alguna. Sí, era laborable, pero a las 23:30 yo, que vivo a media hora de Oviedo, ya estaba en casa viendo a Buenafuente como todos los días. Los que acudimos al concierto cambiamos ver a Tyler Bryant & the Shakedown por el programa de televisión de turno, porque ahora ni Champions hay para poner excusas baratas. Lo siento por esos al menos 200 que se lo perdieron, quizá nunca más los vayan a poder ver de cerca, sonando tan sumamente bien y ofreciéndose al público durante y después de la actuación.


¿Qué ofrecen Tyler Bryant & the Shakedown? Pues siendo originarios de Nashville, casi te lo puedes imaginar: Rock. Musculoso rock con alma de blues, como otras muchas bandas que nos visitan cada año entre la indiferencia de muchos otros. Grupos así han pasado sobre todo por Gijón de la mano de The Promouters a decenas, pero a diferencia de otros, la forma de llevar el show adelante de esta banda es mucho más de heavy metal kids. Tal cual te digo.

Su forma de vestir delata sus gustos. No es que vayan con chinchetas ni mucho menos, pero su indumentaria es diferente a la de las bandas que suelen pasarse por aquí tradicionalmente, y esa influencia heavy se deja mostrar en el show, donde los chavales se muestran como auténticos salvajes. 


Así se mostraron desde la inicial “Weak 'n' Weepin'”, no en vano su primer disco se titulaba “Wild Child”. El hit psicodélico “Criminal Imagination” vino inmediatamente después, para hacernos ir entrando en calor, y dejando las chupas aparcadas. A partir de ahí el show fue subiendo el tono, combinando temas de “Wild Child” con las de su ep “The Wayside” y mostrando toda esa esencia venida del blues, todo ese classic rock pero comportándose como auténticos heavy metal kids en su actitud, en parte porque muchas de las canciones acaban con punteos salvajes en los que Tyler se muestra como un desquiciado.

Evidentemente, los que le rodean, invitan a ello. Tenías que ver como se agitaban con “House on Fire”. Graham Whitford, el otro guitarrista, hijo del Whitford de Aerosmith, es el complemento ideal para Tyler. Sus agresivas rítmicas ayudan a que el tono salvaje no decaiga, si a eso le sumas que Caleb Crosby, el batería es un auténtico animal, ahí lo tienes.


Sí, Caleb Crosby es el típico batería loco. Con sólo fijarte en él ya tienes tu show. Aporrea duro como pocos he visto en mi vida, y es incapaz de estarse quieto. Fue incluso capaz de coger la caja y ya no irse a la primera fila, que lo hizo, si no acabar bajándose a la pista como hacen en ocasiones algunos vocalistas e incluso guitarristas para llamar la atención. Nunca había visto a un batería liarla así, y mira que he visto conciertos. Su sonido en disco es completamente light, lejano al directo. Ni siquiera el sonido de sus videos “Live From Sputnik” deja entrever al auténtico Caleb.

Cantamos con “Last One Leaving”, alucinamos con el feeling de “Lipstick Wonder Woman”, cabeceamos con la enérgica “Downtown Tonight” y acabamos cabeceando con “House That Jack Built”.


Una ejecución impecable, dos guitarristas fabulosos con un Tyler Bryant que es un auténtico guitar-hero a pesar de contar sólo con poco más de 20 años, un batería alucinante y un bajista, Noah Denney, que además de cumplir con creces en su instrumento ofrece unos coros muy bien llevados. El mejor miércoles del año.

Nada más terminar el show, salieron como balas al puesto de merchan y allí firmaron e hicieron cuantas fotos se les pidió, sin un mal gesto, accesibles a todos y ganándose a cada fan. Muchos debieran aprender de la actitud y aptitud de estos chavales. Sobre todo lo segundo, no se me ocurre una banda cercana a este nivel. Alucinantes.

Gracias a los responsables de haber vivido algo tan bueno en casa: Doc Producciones, FranelRock y Sir Laurens.

© Diario de un Metalhead 2017.