Fotos: Jorge López Novales.
“Hemos puesto pasta los colegas pa algún grupo jevi contratar”. Comienzo de “Banderas de Roña”.
Gijón se preparó para la llegada de Gigatron en su gira celebración de su vigesimoquinto aniversario. No sé si trajeron cuatrocientas torres de bafles y un gran tráiler, pero sí que llenaron de tralla y caña la sala Acapulco este sábado de Carnaval.
Abrieron la noche para calentar al público el grupo asturiano “Bigote de Mujer” con una variedad de temas que iban desde la más romántica balada, con hincamiento de rodilla y embarazo incluido, hasta la amenazante “Legislación Vigente”.
Sus cachondas canciones, haciendo partícipes al público en varias ocasiones, hicieron cantar, reír, seguro que a alguno llorar y puede que salivar con sus “Albóndigas de la Abuela” (esas personas deberán buscarse un buen psicólogo).
Abandonaron el escenario entre ovaciones y retortijones cantando “Cagar”, una oda al descomer que fue coreada por todos los metaleros de la sala y temida por la pobre persona encargada de limpiar tras la actuación.
Con la sala ya en plena euforia, entraron en escena los dioses del metal, Dave Demonio a la guitarra, Kike Turulo al bajo, Johnny Cochambre a la batería y, en cabeza, Charly Glamour, dando berridos hasta donde le permite la sobredosis; con sus atuendos habituales válidos tanto para un apocalipsis, un ritual satánico, una entrevista de trabajo o una carnicería de pijos. Se encontraron frente a frente con una horda de fieles metaleros, vikingos armados con hachas, punkis furiosos y demás calaña cuyos atuendos poco tenían que ver con el carnaval y mucho con sus greñudos corazones de azabache.
Su repertorio, escogido por el público a través de redes sociales, comenzó con éxitos mundiales de su primer disco “Los dioses han llegado”, como el “Barco de Colegas” o “La Tierra del Rock” llegando a su punto álgido con “Te Peto el Kakas” en el que todo el público dio lo máximo que permitían sus amígdalas para entonar su glorioso solo de guitarra.
Continuaron cronológicamente con temas de “Mar de Cuernos” y el nunca publicado “Hit Trash Hit” como “Banderas de Roña” o “Grábame el de Slayer” en los que los fieles pusieron corazón y huevos para corear los himnos ya mundialmente reconocidos hasta en los rincones olvidados del volcán submarino más alejado de la civilización.
Cuando ya se sobrepasaba la mitad del concierto, entonaron los cánticos vikingos de su cuarto disco “Atopeosis 666” con varias generaciones de heavys mugiendo y preparándose para llegar al Valhalla con su hoz y su hacha. Los sentimientos de hermandad y revolución fluyeron libremente en canciones como “Queridodín” o “Metalocracia” pero la energía no hacía más que aumentar.
Y así llegamos a su disco más reciente “The Aluminium Paper Album”, en su enésimo cambio de atuendo de la noche, relató viejas leyendas como la de “El Conan” y antiguas escrituras como las profecías de los “Alluminati” para gozo del respetable, que atendía como buen grupo de sectarios. También hubo hueco para otros estilos de música, como el “Viking Bugui” en su álbum con más diversidad de estilos.
Para completar la velada, como no podía faltar en un concierto de los Giga, se entonó el himno del “Warrior of the Barrio” en el que se demostró que el público tenía potencia para aguantar otras tres horas de leña y se finiquitó con “Heavy hasta la muerte” y un Charly que se lanzó al público para ser zarandeado sin miramientos pero con el respeto que se merece.
Gracias al equipo de Franelrock Producciones por todas las facilidades.
Gracias On Fire.
© Diario de un Metalhead 2023.
1 comentario:
Al fin algo de metal de alto nivel 👀😃
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