lunes, 25 de marzo de 2019

AQUELARRE: Noche de Brujas (2018, Metal Crusader)


Por Jorge López Novales.

Imagínate que tienes una banda que lleva funcionando desde 1984, con cierto renombre en Mataró (Barcelona) y zonas limítrofes. Tras varias maquetas, llega el momento que estabas esperando, grabar un disco (1992). Te queda enfrentarte casi a lo más difícil en aquellos tiempos, encontrar una discográfica que se encargue de distribuirlo, pero te encuentras que las discográficas buscan otro sonido. Puede parecer una excusa pero no se puede dar salida a este nuevo material en un contexto complicado para las bandas de heavy metal tradicional estatal. Tu banda, Aquelarre, acaba desapareciendo como otros muchos antes. Para colmo la maquetación y el máster de tu disco se pierden en los propios locales de AZ Music & Management, que se había encargado de buscar discográfica y distribución. Fin.


Hasta aquí podría haber llegado la historia de Aquelarre.

De toda esta experiencia sólo sobrevive una cinta casete que había pedido Jorge Pérez, el cantante del grupo, para poder escuchar “Noche de Brujas” antes de la mezcla definitiva, de la que en 2000 se consiguen realizar unas copias de una remasterización casera.

Metal Crusaders y Lullabye RCDS accedieron a ese material, poniéndose en contacto con los antiguos miembros de la banda con el fin de publicar “Noche de Brujas” en 2017.

Debido a los avatares por los que ha pasado “Noche de Brujas”, no tiene muy buen sonido, aunque eso forma parte de su encanto. Los efectos en las voces de Jorge no ayudan a mejorar este hecho, a pesar de ello, el cantante maneja con efectividad varios registros y dosifica bien los agudos. Se luce en “Poseído”, tema rápido con el que inician el disco, “Jugabas sucio” y “Ángel de la muerte”, cuyo estribillo no puedo quitarme de la cabeza.


Creo que la guitarra de Carlos Pérez, sin desmerecer a los demás miembros del grupo, es un punto fuerte de este disco y dota de gran solidez a sus ocho canciones. En “Instrumental” da rienda suelta a todos sus recursos de guitarra sin restricciones. El sólo del tema “Cautiva” es brutal, también es un buen ejemplo del buen hacer de Jaume Lafuente al bajo (se aprecia muy bien).

“Cabo chusquero” no me acaba de convencer. No me parece que sea acorde con los demás temas.

No entraré a valorar los temas extra que se incluyen en el disco, canciones grabadas en directo. Se agradece el material extra para hacerse un poco a la idea de cómo sonaba la banda en esa época. Sólo decir que “Alma en pena” es un tema que merecería ser regrabado en condiciones.

El libreto está cuidado, además de las letras, es un documento muy completo con fotos del grupo, de entradas a conciertos, y cuatro páginas de biografía en castellano y otras dos en inglés. Sólo eché en falta que los miembros del grupo estuvieran más claramente acreditados.

Es un disco que gana en cada escucha. Es una expresión tópica pero es que el sonido, de primeras, puede echar para atrás sin prestar atención a los detalles. El trabajo está dedicado a Jaume Lafuente, bajista de la formación original, fallecido en el año 2000.

Aquelarre ha dado un concierto en Barcelona a primeros de Diciembre del pasado año. Nunca es tarde para volver a la música. Esta vez la última palabra la tiene el público. Esta historia no se ha acabado.







© Diario de un Metalhead 2019.