lunes, 1 de octubre de 2018

INYOURFACE: Wildlife (2018, Vampire Productions)


Por Larry Runner.

Pertenecen a una generación joven, distinta y que ha mamado de una fuentes muy diferentes a la del resto de géneros metálicos. Ello no es óbice para que sean una banda a respetar por su buen hacer, por su calidad en la composición y por su buen directo.

El Metalcore va un poco por libre y tras unos años en los que ha reinado en las redes sociales y parecía ocupar más espacio que muchos otros estilos más tradicionales, con el tiempo todo se va asentando y como pasó antes con el Nu Metal, el Grunge y otros géneros transgresores comienza a haber una selección natural. A día de hoy, INYOURFACE sobreviven entre las bandas de nuestro país que llevan ya tiempo dándole caña. Su debut “Arctic // Antarctic” (2014, Blood Fire Death) me sorprendió por su calidad. Ahora con este segundo “Wildlife” parecen sentar las bases de un futuro que ha de ser suyo.

Pocas, muy pocas bandas de Metalcore llegan a mi casa para quedarse, pero ellos son una de ellas. Son sin duda de lo mejor de su generación y me encanta tener sus discos y disfrutarlos. Asentados en un trabajo fantástico a la percusión y con unas guitarras que son una auténtica muralla, los diez cortes de este “Wildlife” se pasan volados, casi sin que te des cuenta. El disco entra solo, con un Lucas Megías a la voz que está sobresaliente. La alternancia en las voces limpia/gutural lejos de ser cansina como pasa en la mayoría de las bandas del género, se agradece. Cada estrofa, cada grito, parece estar en su sitio.


A diferencia de lo que sucede con otros discos del género, los samplers y los sonidos nacidos de sintetizadores forman parte de las canciones, no son los protagonistas. Y es que INYOURFACE puede hacérselo bien sin ellos. Si están, mejor, porque dan más brillo a los temas, pero no se nos antojan imprescindibles porque el trabajo a las guitarras da la suficiente musicalidad para que lo otro quede como atrezzo.

Canciones llenas de melodía, coros que ayudan a que todo entre mejor y la intensidad necesaria para que guste a los más jóvenes, que son los que han de sustentar este género incomprendido por los más veteranos.

Producido por ellos mismos, el producto final suena a gloria bendita, con efectos que suponen un plus a los temas que han sido grabados, mezclados y masterizados por Alex Cappa.

¿Soy yo o lo que suena de fondo en “Reef” es de Depeche Mode? Quizás lo sea, no sé, nunca fui fan de esa banda, ni de lejos, pero me suena.


Gran trabajo para una formación que con el paso del tiempo, de seguir a este nivel, serán para las nuevas generaciones amantes de los sonidos modernos, lo que fue Barón Rojo para los que hoy en su mayoría o peinan canas o ya no tienen pelo. Gigantes.

wwww.vampireprods.com







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