martes, 12 de junio de 2018

OTERO BRUTAL FEST. 8 y 9.06.2018. Oviedo. Crónica y fotos.


Texto: Larry Runner.
Fotos: Sergio Blanco y Larry Runner.

Y ya pasó. Ya se celebró el OTERO BRUTAL FEST, la sexta edición, casi nada. Este año, cambiando la forma de trabajar para intentar subsistir y buscando no hipotecarse de nuevo. Y es que está bien que te plantees aportar a la escena a cambio de nada, pero que encima pongas pasta, no puede ser.

Este año la Otero Crew renunció en parte a su filosofía intentando que todo saliera bien en una clara muestra de huir hacia adelante. Renunciaron a tener un claro cabeza de cartel que les llevara la mitad del presupuesto como otras veces, y además, a los habituales hardcore y thrash, este año le sumaron presencia punk y punk rock buscando atraer a una mayor masa de público, aspecto que al final apenas se notó en demasía. Puede que el viernes hubiese más gente que el sábado por la presencia de Desakato, seguro que sí. Los asturianos son ahora el grupo que lo está petando y está claro que iba a haber gente que acudiese por verlos, pero si al día siguiente esos no aparecen, de poco sirve la apuesta por otros géneros más comerciales. Quizás en vez de punk haya que apostar por el heavy metal, un público más fiel y más consumidor de cerveza, que deja más cuartos en barra, pues todo suma. Es simplemente una sugerencia, pues en otros sitios funciona. Pregunten ustedes por ejemplo a la Plataforma Juvenil deTurón.

Entombed A.D.

Sea como fuere, algo tendrá que hacer la organización para hacer crecer al festival de verdad y no estancarse. El detalle no está en tener más kioskos de camisetas o más puestos de comida, que por cierto, este año solo había dos pero eran espectaculares y muy efectivos a la hora de atender a las hordas hambrientas. La historia está en configurar un cartel que atraiga a un público más amplio y que consuma en barra, el resto, poco a poco, lo están consiguiendo -hablo de empezar a parecerse a un buen festival con vistas a crecer-. 

Siguen fallando algunos detalles importantes, que se deben cuidar para no depender de la suerte a la hora de salir adelante. Este año en la segunda jornada se cumplió a rajatabla con los horarios, no así en la primera. Ese es un detalle importante si quieres parecer serio. Esta vez, aprobaron, aunque se puede mejorar, no los vamos a reñir por ello. Pero creo que ante futuras ediciones tendrán que tener mayor personal de seguridad, pues personalmente hubo momentos en los que lo eché en falta. La inmensa mayoría del público es educada y sabe estar, pero hay gente a la que se le sube el líquido o la química más de la cuenta y de repente no controla. Son esos los que con su actitud pueden arruinarte el trabajo de un año. No pasó nada, pero hubo momentos donde se tentó a la suerte confiando en que la educación de la gente, algo que no siempre existe. Y es que hay peña que se piensa que está en una fiesta de pueblo viendo a la orquesta de turno. Y no. Hay bandas internacionales y nacionales, artistas serios que pueden ir y quejarse a sus agencias o sus mánagers y que con ello el festival gane una reputación de poco serio que les pueda lastrar en el futuro. Como digo, no sucedió nada digno de gravedad, pero hay que saber estar y al que no sepa, a la calle. Una moza que se sube al escenario durante una actuación y fotógrafos que no controlan y son incapaces de cubrir su trabajo en tres temas con incluso algunos subiéndose al escenario. No es de recibo. Lo dicho, hay gente que no sabe estar y es por ello que necesitas que alguien les vigile, siempre con buenos modales, pero que esté ahí. Necesitamos que se respete el trabajo de las personas. Buen rollo sí, pero profesionalidad y seriedad también. En ese sentido me parece más grave la actitud de los profesionales que la de alguien que se deje llevar por la euforia del momento, la verdad. Quizás el error de la Crew sea dar por hecho esa profesionalidad a los que no la tienen.

 

Espero que nadie interprete mal mis palabras, simplemente procuro hacer una crítica constructiva hacia lo que me parece que es la mejor iniciativa que tenemos en Asturias, porque si hay una gente a la que quiero de nuestro entorno es a la de Otero, y ellos lo saben. Citaré un ejemplo ilustrador para intentar que se me entienda. Otero lleva desde 2013 y Vagos, en Portugal, con una filosofía muy similar a la suya -de gente que lo hace por amor y que apuesta por el metal más cañero y el hardcore-, va este año a por la tercera edición. Aquí todo sale hacia delante a duras penas y allí ya han conseguido crecer hasta el punto de este año tener ya tres días de festival y un segundo escenario. Y repito, su filosofía es muy parecida. Vale que a buen seguro tienen más ayudas, sobre todo de los organismos oficiales, pero su forma de trabajar es, en algunos aspectos, la misma de los grandes festivales como Wacken o nuestro más cercano Resurrection Fest. Espero que este año, sin haberse tirado a la piscina con una banda que les lleve casi toda la pasta, los números salgan adelante y tengamos Otero el año que viene. Personalmente la fórmula de no jugársela toda a una carta, no me desagrada, pero de abrir el abanico, metalízalo más y punkorréalo menos, aunque también hay que decir que si las bandas de punk, son tan auténticamente punks como The Black Panthys Party, me vale.

Por contra hubo detalles realmente fantásticos. El recinto estaba adornado con lonas con las que poder hacerse una buena foto de recuerdo y a ambos lados del escenario había unas grandes pantallas donde se proyectaron una y otra vez emocionantes imágenes de pasadas ediciones además del espectacular teaser de esta edición. En la zona de comida, dos puestos, uno vegano y el otro no. Los que le dieron a lo verde me hablaron muy bien de ello. Los que le dimos a la carne, ya os digo que estaba todo espectacular. Al lado un mercadillo donde hubo espacio gratuito para asociaciones sin ánimo de lucro. Otero Crew apoyando buenas causas cuando son ellos los que más necesitan el empujón.


Llega la hora, al fin, de hablar de lo musical, lo que más importa a muchos y de lo que pasan muchos otros. Muchas bandas con gran variedad de estilos, lo cual cuando comentabas con la gente hacía que se produjera el simpático detalle de que lo que para unos era una maravilla para otros era la mayor de las basuras y viceversa. Personalmente, el cartel me parecía bueno. Sabiendo que el presupuesto era limitado y que la gente del Crew cuando las cosas no salen bien ponen la pasta de su bolsillo, no se les puede reprochar nada. Al Otero vienen las bandas que la organización cree convenientes pero quizás basándose en principio en sus gustos personales, que a veces no son los del gran público. Aires de romanticismo que no siempre salen bien, pero que son esas cosas que llenan a uno y de esas tengo yo alguna también en la espalda. Así todo yo me apuntaba a ver a Evil Impulse, Gama Bomb, Grave, Sinister, Emtombed AD y Xentrix. Aunque estando allí, íbamos a ver a todos, por supuesto o al menos intentarlo. No siempre se puede. Hay gente que no calla la puta boca, ya sabes... Tú miras al escenario y ellos te cuentan su historia durante siete canciones.

El viernes se empezaba a las 5 de la tarde, temprana hora para los que tenemos la suerte o la desgracia de trabajar. A pesar del retraso llegamos habiéndonos perdido a las tres primeras bandas, maldiciendo no haber visto de nuevo a Evil Impulse, de los que me hablaron maravillas y perdiéndome la última oportunidad de ver a Hummano que se despiden habiéndolos visto solo en su anterior visita a Oviedo. Menos pena me da lo de Blobfish, pues además de haberlos visto ya, sé que seguro que los volveré a ver, no me queda la menor duda. La afrenta a Evil Impulse, la compensaremos con una pronta reseña de su disco. Palabra.

Cannibal Grandpa

Llegamos para Cannibal Grandpa, una banda que hace dos años se quedó en el camino a Wacken 2016, habiendo llegado a aquella final de la W:O:A Metal Battle en la que triunfaron al final Legacy of Brutality. No sonaron bien; fue todo bastante abarullado casi hasta el final, lo cual hizo que me sonaran muy lineales y creo que fue una sensación bastante general. Cuando mejor estaban sonando, como yo les recordaba de la vez anterior, llegó el final. A buen seguro que volverán a Asturias y que será mejor. Espero no perdérmelo, porque son mucho mejores de lo que vimos esta vez.

Gama Bomb

Gama Bomb fue para mí lo mejor del día con diferencia. Desde la inicial “Slam Anthem” lo pasé en grande, de lo lindo. Sí, thrash metal, muy sencillo todo, pero qué bien lo hacen. Estuvieron mejor que el año pasado en Vagos, me gustaron bastante más y como allí, me hice foto con ellos. Dejaron buena impresión y en el pit, a pesar de que aún era temprano, ya se lió.

Desakato

Detrás llegaba el momento Desakato. Un grupo es cabeza de cartel no por donde lo sitúen en el mismo, si no por la hora a la que actúa y la gente a la que congregue. Los asturianos demostraron que lo eran. Son los que más gente juntaron frente al escenario y los que más la movieron, con muchos entregados cantando sus temas. Los grandes triunfadores del día sin duda. Lástima que muchos de los que se pasaron a verles no volviesen el sábado. 

The Casualties, desde Nueva York gustaron incluso a los más heavies. Quizás porque su mezcla de hardcore y punk es bastante más accesible que el hardcore puro, teniendo ellos unos aires de melodía y comercialidad a base de himnos que los hacen cercanos a todos los oídos. 

The Casualties

Grave fueron la gran decepción del día. No fueron pocos los que acudieron para ver el show de los veteranos suecos de Century Media. Un concierto que se fue a la mierda por culpa de la actitud de su técnico de sonido que se empeñó en ser el que más alto sonara aunque para eso se cargara el show, las ilusiones de la gente y casi hasta el equipo de sonido, llegando a tener acaloradas discusiones el sordo en cuestión con los técnicos de Siapro, la empresa que se encarga de la forma más profesional de todo lo que acontece en el Otero Brutal Fest desde su nacimiento. Se podrían haber ahorrado el sueldo del nota. Sonar más fuerte no es sonar mejor. En los últimos tiempos lo he sufrido varias veces y la verdad es que acabas cabreado o simplemente marchando. Los últimos conciertos que he visto de Hamlet y S.A. o el de Angelus Apatrida en el mismo Otero Brutal Fest me parecieron una ruina por eso. Hay tíos a los que hay que limitar. Si ellos están sordos no es culpa del público. Tras aquello, lo de Lendakaris Muertos sonó a gloria bendita a los últimos valientes.

Black Panda

Los locales Oklahoma abrían la segunda jornada a la hora de la sobremesa y ante un muy escaso público. Lo mismo le tocó a Worth It, estos llegados desde Euskadi como parte de la audiencia, aunque ellos se vieron ya un poco más beneficiados por la presencia de los posteriores Bloodhunter famosos por haber tenido no hace mucho a su emblemática Diva Satánica en un realitiy televisivo.

Black Panda a los que no conocía, fueron personalmente la más agradable sorpresa del festival. Con una base que me recordaba mucho a Motörhead y la apuesta de tener a dos vocalistas cantando con diferentes registros, me impresionaron a la par que me gustaron. Sin duda alguna a a partir de ahora prestaré más atención a los coruñeses. Ya no partimos de cero.

The Black Panthys Party

Los horarios se cumplían y a media tarde llegaba la hora del momento más transgresivo. The Black Panthys Party son a día de hoy el grupo más punk y valiente que yo haya visto. Con la que está cayendo, y a ellos se la sopla. No dejan títere con cabeza. Viejos amigos del Otero Brutal Fest, desde que en la primera edición provocasen a los presentes hasta con himnos futboleros de equipos poco queridos en la ciudad, saltaron a liarla y lo consiguieron gracias a que su cachondeo tiene un magnífico fondo musical. Sin duda alguna lo que marca las diferencias es tener al frente al mejor frontman del mundo y el tipo ideal para dar salida a su comedy punk. Unos genios que pusieron el pit patas arriba y de los que no contaré más detalles para no dar pistas a los hijos de puta que no lo merecen. Que se lo curren. Si no los has visto, lo siento por ti. Yo no me pienso perder un solo bolo suyo a partir de ahora. Como le decía al compañero Juanjo de "Noche de Lobos", si todas las bandas punk fueran así, yo tendría un programa de punk. Sólo por llevarlos a la radio estoy pensando en hacer solo uno. Enormes.

Knuckeldust

Knuckeldust venían detrás. Que me perdonen los entendidos y amantes del hardcore, pero los británicos me parecieron una chapa infumable; sonando todas las canciones iguales, lo cual hizo que a mitad de su actuación aprovechase para hacerme los 60 kilómetros que separaban el festival de mi casa entre ida y vuelta y recoger a mi mujer, que estaba trabajando y que se tenía bien ganado disfrutar del resto de la jornada. Lo siento, del metal no viven ni los músicos de este país, los plumillas peor. Así que mientras la gente lo pasaba en grande con No Turning Back, yo me peleaba en la carretera con el mayor chaparrón que haya visto en años, habiendo pasado incluso un susto por el camino que podía habernos chafado el día o quién sabe, incluso la vida. Todo quedó en anécdota afortunadamente. 

No Turning Back

Llegamos para ver la traca final, justo cuando los holandeses Sinister, para mí la gran decepción de la noche, saltaban al escenario. Sonaron demasiado lineales, con unos solos metidos a calzador, muy poco naturales. Viendo a las bandas que hoy en día tenemos oportunidad de disfrutar tanto en salas como en festivales, esperaba muchísimo más de ellos, al menos algo más de interacción con el público. Esperaba mucho más de una banda a la que aún no había visto en vivo y que siempre tenías ahí en pendiente porque lleva toda tu vida como referencia. Fríos.

Sinister

No tenía ni idea de quienes eran Slapshot, pero tras verles en vivo sí te das cuenta de que el hardcore cuando se hace bien, mola muchísimo. Enormes los de Boston, una banda con la que no quisieras tener una bronca en un bar. Vale que el hardcore puede ser sencillo de tocar si lo comparas con otros estilos, pero puedes sonar bien o ser una puta pesadilla como me parecieron Knuckeldust unas horas antes. En este caso, los de Massachusetts me parecieron una maravilla. A pesar de no conocerles por no ser mi estilo, grupazo. Gracias Otero. Me encanta conocer buenas bandas. 

Slapshot

Al igual que había pasado el día anterior con Desakato, los hubo que fueron hasta Oviedo por ver a Entombed A.D., y eso que los suecos habían estado hace unos años tocando muy cerca, en Grado, en aquel tristemente desaparecido “Mutant Fest”. La banda de Petrov me sonó infinitamente mejor que en aquella ocasión. En Grado no me dijeron gran cosa y reconozco que aquella noche hasta me pareció una banda sobrevalorada. Nada que ver con el concierto ofrecido en Oviedo, con un show mucho más dinámico, nada lineal y que puso el pit patas arriba. Sin duda los triunfadores de la noche con diferencia, gracias a que sonaron potentes, destructores, pero con melodía y con suficientes momentos para agitar las cabezas como para enganchar incluso a los que tenemos que reconocer que no somos fans del grupo. La muestra de que son una banda grande. Y el grupo que en definitiva me hizo pensar que el Otero Brutal Fest a poco que de con una fórmula que funcione de verdad, puede ser un festival muy grande. Eso sí, eché en falta a mucha gente que presume de ser fan del grupo. Los hay que llevan parches suyos y no aparecieron. Mucho postureo es lo que hay. Que se jodan, se perdieron un conciertazo. Aunque al Otero Brutal Fest su ausencia no le vino nada bien.

Entombed A.D.

Toda la vida oyendo hablar de Xentrix, desde crío, y sin oportunidad de verles. Estaba reventado, sobre todo porque estar tantas horas de pie y no poder ayudarse de al menos algo de alcohol se hace jodido. Pero había que conducir de regreso a casa y no iba a arriesgar ni lo más mínimo. Así que sí, estaba cansado, pero iba a quedarme hasta el final como fuese. Sabía que iba a merecer la pena y así fue. Impresionantes. Nunca han llegado a nada porque jamás tuvieron esos temas realmente emblemáticos que te hacen triunfar y que llamamos hits. No. Siempre han sido un grupo de culto, underground, solo para los más puristas, lo cual hace que tengamos que aplaudir al Crew su inclusión en el cartel. Más de dos décadas sin material nuevo, y con solo dos componentes de la formación original, reflotaron la nave hace poco con el en Blaze Bayley Jay Walsh a la guitarra y a la voz. Sonaron a banda gorda y a día de hoy disfrutar de canciones como “Reasons for Destruction”, himnos de cuando eras adolescente, es un lujo. Aunque bien es verdad que a día de hoy suenan más crudos que en aquellos mágicos discos. Me pasé un rato apoyado en la valla y por momentos me sentí en el antiguo Wet Stage de Wacken, el auténtico. Con eso lo digo todo. Sólo por ellos ya habría merecido la pena el festival. 

Xentrix

Llega el momento de los agradecimientos y de la reflexión final. Sé que no es fácil la tarea de la Otero Crew, es más, sé que es jodidísima. Conseguir un cartel respetable, con bandas poco vistas, es jugar con fuego, pero también muy de agradecer. Lo visto el pasado fin de semana en Oviedo no fue lo de siempre. La presencia de bandas nunca antes vistas en la ciudad, ni siquiera en Asturias, es algo que nos tendría que poner de rodillas ante esta gente. Es fácil hacer lo que hacen todos, lo difícil es conseguir triunfar teniendo personalidad. Ojalá los números hayan salido y tengamos una próxima edición, para que el año que viene puedan meter a la típica banda que guste a un buen número de gente que les haga ganar pasta para traer a un resto de cartel acorde a la filosofía Otero. Encontrar ese equilibrio es vital y no es fácil. Por eso me parece imprescindible que sigamos todos ayudando en lo que podamos. Dando soporte en los medios, en las redes y acudiendo al festival. Y sobre todo, por favor, señores políticos de la ciudad, apoyen, no me sean rastreros, y ayuden a estos chavales, que son de Oviedo y lo hacen por amor a la música y a su ciudad. No por negocio. Si algunas iniciativas privadas reciben ayudas públicas, con más derecho la gente del Otero Brutal Fest las ha de recibir. 

Gracias Otero Crew. Larga vida al Otero Brutal Fest.

N. de R. Siempre es complicado analizar cualquier tipo de evento, sobre todo cuando llevas este en el corazón como en este caso. Vaya por delante que he pretendido realizar una crítica constructiva, como siempre. Si alguien piensa que en mis palabras hay motivo alguno para querer hacer daño o similar, se puede ir por donde ha venido, y a poder ser, que no se pase más por aquí. En Diario de un Metalhead trabajamos por aquello en lo que creemos y si damos caña a veces, es por aportar y por querer que la gente crezca, sobre todo aquellos a quienes más queremos, como a la gente del Otero Brutal Fest. Nunca vamos a herir, el que piense en eso será porque tendrá su conciencia sucia por obrar él así en la vida. No es nuestro estilo. Espero no haber sido demasiado duro. Dolfo, Tono, Rochu, Fanjul y compañía: se os quiere.

© Diario de un Metalhead 2018.

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