sábado, 21 de abril de 2018

En familia. SECRET SPHERE + SAILING TO NOWHERE + TALESIEN. Oviedo 08.04.2018. Crónica y fotos.


Texto: Larry Runner.
Fotos: Sergio Blanco.

Tarde de domingo, mal día para que la gente se vaya de concierto y el mejor para ponerse excusas y quedarse en casa. El caso es que una vez más, y ya he perdido la cuenta de cuantas van, en la Sir Laurens estuvimos en familia.

Es espectacular el esfuerzo que hacen los responsables de esta sala porque el metal siga teniendo cabida en su programación a pesar de los pinchazos sufridos con nuestro amado estilo musical con el que pocas noches de gloria hemos podido vivir sobre dicho escenario.

Es increíble que en toda Asturias no se lleguen a juntar ni medio centenar de metalheads para ver a una banda del calibre de Secret Sphere. Vale que el atractivo de las bandas teloneras quizás no fuera del agrado de todos, con unos Talesien a los que cualquiera que mueva un poco el culo ya habrá visto más de una vez y con una banda acompañante en este tour, Sailing to Nowhere, totalmente desconocida para la inmensa mayoría de la gente y cuyo responsable de marketing o bien no existe o trabaja menos que el senado español.

Talesien

Malos tiempos para la sala que cuando apuesta por el metal suele encontrar poca respuesta, con la gente además gastándose los cuartos destinados a cerveza en el bar de enfrente porque son medio euro más baratas. Si algún día cierran a ver si los del chigre, que decimos en Asturias, nos traen conciertos. Para colmo de males, últimamente Sir Laurens empieza a sufrir acoso de algún vecino y de las autoridades de una ciudad que poco a poco se va quedando sin recintos para la música en directo gracias a una lamentable política cultural autonómica y municipal donde a día de hoy se respeta más el botellón o las palizas de los nazis a la gente de bien, que a la música en vivo. Así nos va en un estado donde te vas de rositas si pegas a un policía siendo ultra de según que equipo y te aplican la ley antiterrorista si protestas por algo que crees legítimo.

Las 11 de la noche es la hora límite para la música en vivo. Estaría bien si los conciertos, como en otros países, pudiesen empezar a las 6 de la tarde. Lo he vivido fuera de España, la fiesta comienza pronto y acaba también pronto, pero claro, a esa hora aquí está todo el mundo aún está trabajando. No se puede ser europeo para el ocio si lo laboral está a niveles tercermundistas.



Talesien

Es hora de ir educando a la gente, y si bien por semana actuar a las 6 y media de la tarde significa hacerlo frente a una sala vacía, el fin de semana no debería haber disculpa, y una apertura a las 6 debería ser respaldada por todos, que para esa hora un domingo puedes llegar ya descansado de sobra. Es cosa de actitud. Al fútbol la gente va y les da igual la hora, ni Tebas puede con ellos.

De todas formas, en este caso lo de los horarios dio exactamente igual. Sailing to Nowhere llegaron tarde a Oviedo, muy tarde, y con ello provocaron un buen retraso en la apertura de puertas. Ello influyó en los horarios una barbaridad, teniendo que ver recortado su repertorio, el de Talesien y lo que más triste, el de Secret Sphere, la banda por la que la gente había pagado su entrada.

Talesien cumplieron con creces, haciendo su repertorio habitual recortándolo en tres temas por las necesidades del guión. Que dos de sus miembros arrastraran gripe e incluso fiebre no impidió que dieran un bolazo, como en ellos es costumbre. Vimos a Isma a las teclas por vez primera mientras el anterior responsable de la parcela, Uri, sufría desde abajo por haber tenido que abandonar su puesto por temas laborales. Desde Bilbao se vino el pobre para ver a sus ex-compañeros, que evidentemente tuvieron un recuerdo para él en forma de dedicatoria.

Sailing to Nowhere

Sailing to Nowhere llegaron a Oviedo siendo unos desconocidos y se fueron agradando a parte de los parroquianos. Su puesta en escena con tres voces al frente, me gustó. Dos femeninas y una masculina en el centro, con una de las chicas haciendo voces de soprano. Ello les permite que en lo vocal suenen realmente bien. Sus compañeros no lo hicieron mal tampoco, aunque su supuesto attrezzo pirata deja bastante que desear. Deberían aplicarse más en lo visual, porque teníamos la misma sensación que cuando escuchamos a Raphael. Mejor no verlo. Hablo de los músicos, no de el y las vocalistas, que en ese sentido iban mucho mejor conjuntados. Y no me vengan ahora con cuentos de que la ropa da igual y todas esas mierdas, que luego se flipan ustedes con Ghost, Slipknot y demás historias disfrazadas como si hubiesen inventado algo. Lo visual importa, y mucho, pregunten a Gene Simmons si creen que estoy equivocado. Estos llevaban pintura en la cara, pero era todo como muy cutre.

Llegaron para presentar “Lost in Time”, su última obra y como digo, no sonaron mal. Lo mejor, el trío de voces, que se compenetra a la perfección. Aprobaron con su también recortado repertorio.



Sailing to Nowhere

Por fin llegó la hora de la verdad, Secret Sphere sobre las tablas de la Sir Laurens. Eran casi las 10 y media de la noche y a las 11 había que cortar. Menudo papelón para los de Alessandria y para la sala. Gracias a los caseros, para que luego haya gente que se queje, pudimos disfrutar de casi 50 minutos de show. No todos los días se tiene a un Whitesnake en casa y en Sir Laurens lo sabían y ellos también saben gozar de lo bueno aunque para ello haya que jugársela como el domingo.

Michele Luppi es uno de los mejores cantantes de Europa en la actualidad, que es casi como decir del mundo, David Coverdale no es tonto y sabe que ponerle de teclista es apostar sobre seguro y tener un respaldo constante de sobresaliente. Él lo sabe y nosotros también, por eso estábamos allí, para verle cantar a él. Lo demás daba igual.

Secret Sphere

Venían a presentar su disco “The Nature of Time” (2017, Frontiers Music), basando su repertorio en él y tocando todos y cada uno de los temas hasta llegar a “Faith”. Ahí cortaron para invitar a las tres voces de sus compatriotas y compañeros de gira romanos “Sailing to Nowhere” a interpretar “Lie to Me”, uno de los hits pertenecientes esa obra maestra que es “Portrait of a Dying Heart” un álbum que parece nunca vaya a ser valorado como se merece ni por ellos mismos.

Sonaron perfectos, pero aunque la banda no hubiese estado bien, habrían sacado nota igual, pues Michele Luppi es un cantante de lujo, además de ser un buen frontman capaz de despertar a una sala que parecía dormida y sobre todo fría por lo desangelado del ambiente. Muy grandes. Muy corto.



Secret Sphere

© Diario de un Metalhead 2018.

Más crónicas de conciertos aquí.