viernes, 15 de diciembre de 2017

SI FUE POR DINERO, ME DA IGUAL. HELLOWEEN. Madrid 09/12/17. Crónica y fotos.


Texto: Larry Runner.
Fotos: Sergio Blanco.

Cuando se anunció pensé para mis adentros: “vaya cara tienen, es todo por dinero”. Casi hasta me indigné. Qué coño, me enfadé. ¿Qué pintaba dejar a Kiske entrar en un sitio del que se fue pegando un portazo? ¿Le van mal las cosas? Que se joda. No hay perdón para los desertores del rock.

Así las cosas, no tenía pensado acudir a esto que han vendido como reunión sin llegar a serlo de todo. Bien es verdad que probablemente no hayamos echado en falta a los que han quedado al margen, pero reunión, lo que se dice reunión, como que no lo era del todo. Sergio Blanco fue el que me convenció para acudir y una vez más, piqué. Así que nos plantamos en el ahora bautizado como Wizink Center madrileño para gozar de lo que al final fue una agradable noche.


El pabellón casi hasta arriba y los alemanes anunciando grabación de DVD. Abren con “Halloween” y todo suena exageradamente bien, sobre todo la voz de Kiske, que va clavada a como era en el disco, sonando más alto que el resto. ¿Falta de confianza en esa canción? Pudiera ser. De todas formas mi mal rollo se esfumó con “Dr. Stein”, que fue la segunda de la noche y ya sonó a voz natural. Eso sí, Weikath se cargó el solo. “I’m alive” dejó bien a las claras que Kiske no es el que era, por mucho que sus acérrimos digan lo contrario.

Deris salió en solitario para “If I could Fly” y la reacción fue alucinante, como lo fue también con “Are you Metal?”. Me encantaron y disfruté más que con las tres primeras. No era el único, el pabellón se mostraba entregadísimo. Deris hace de maestro de ceremonia y se dirige al público en español e inglés y recoge los elogios. Su buen hacer, su simpatía y un fantástico estado de voz hace que Kiske no le pueda ensombrecer a lo largo de toda la larguísima velada, con casi 3 horas de show. 


El concierto se ve acompañado en todo momento de unos fantásticos visuales que aparecen en una inmensa pantalla que cubre todo el fondo del escenario. Para poder lucirse el escenario cuenta con un saliente que acerca aún más a las estrellas a su entregada audiencia. Los cambios se ven amenizados por unos cortos dibujos animados en el que dos calabazas (Said & Done) corren sus divertidas aventuras.

Llega la hora de destacar algunos momentos puntuales que se convirtieron en realmente mágicos a lo largo de la noche. Resaltaré unos cuantos que para mí fueron especiales, aunque en honor a la verdad, todo el concierto lo fue. Era normal, esas canciones forman parte de la banda sonora de mi vida y es lógico que consiguieran emocionarme.

“Perfect Gentlemen” con Deris luciendo chistera y bastón será el primer tema en el que me detenga. Con su americana roja de lentejuelas y en un estado vocal fantástico, el ex-Pink Cream 69 dejaba a las claras que hoy por hoy se merece el puesto de frontman más que nadie. La canción está al nivel de las mejores de los “Keeper”.


“Heavy Metal is the Law” con Kai Hansen en el frontal haciendo cantar a todo el pabellón como si fuese un semidiós. ¿Hay algo más heavy que el “Heavy Metal is the Law”? Ya te lo digo yo: ¡NO! Esa canción es EL HIMNO, y disfrutarla con Hansen al micro es de lo más grande que veremos en nuestras vidas.

“I Can”. Desde que se publicó el single, que por supuesto me compré, se convirtió en mi favorita. Si me hubiese tenido que ir al terminar ya me hubiera dado igual. Sólo por esos minutos ya estaba justificado el viaje.

Un aparte merece el momento del solo de batería de Daniel Löble a dúo con el tristemente desaparecido Ingo Schwichtenberg. El fallecido en la pantalla y Löble debajo dando el callo en directo a la vez. Precioso homenaje.


“Livin' Ain't No Crime” llegó tras el solo de batería. Kiske muy bien a la voz y Hansen a los coros. Temazo, como también lo fueron las tres siguientes con Deris pletórico. El anillo no paraba de girar en pantalla y caían “Why?”, “Sole Survivor” y “Power”. Impresionante. Hasta 25 grandes éxitos sonaron a lo largo de la noche y aún así se hizo corto.

La traca final a modo de bis fue la apoteosis, terminando con “I Want Out” con el pabellón inundado de enormes balones y confeti. Algunos esperaban más de Kiske, casi los mismos que descubrieron tras más de 20 años a Deris. Personalmente me alegró ver que el pelón no hace falta alguna y a pesar de lo de esta especial ocasión seguiré sin perdonarle. Lo de Kai Hansen sí que aportó un plus al show, lo del antiguo vocalista no lo tengo tan claro.

Si fue por dinero o no ya no me importó. A la salida todo eran caras de felicidad, abrazos y frases que incluían lo de “el bolo del año”. Probablemente no se vuelva a repetir. O sí, vete tú a saber. Volver a tocar en salas tras llenar pabellones quizás no sea tan atractivo. El tiempo lo dirá. Sea como fuere, inolvidable. Lo que sí tengo claro es que desde ya mi piel se merece llevar a Said o a Done, o quién sabe, quizás a los dos.


Repertorio:
Halloween (Kiske/Deris)
Dr. Stein  (Kiske/Deris)
I'm Alive  (Kiske)
If I Could Fly (Deris)
Are You Metal? (Deris)
Rise and Fall (Kiske)
Waiting for the Thunder (Deris)
Perfect Gentleman (Kiske/Deris)
Starlight / Ride the Sky / Judas (Hansen)
Heavy Metal (Is the Law) (Hansen)
Forever and One (Neverland) (Kiske/Deris)
A Tale That Wasn't Right (Kiske)
I Can (Deris)
Drum Solo (Dani Löble & Ingo Schwichtenberg)
Livin' Ain't No Crime (Kiske)
A Little Time (Kiske)
Why? (Deris)
Sole Survivor (Deris)
Power (Deris)
How Many Tears
Bis 
Eagle Fly Free (Kiske)
Keeper of the Seven Keys (Kiske/Deris)
Guitar Solo (Hansen)
Future World (Kiske)
I Want Out (Kiske/Deris)

© Diario de un Metalhead 2017.

Más crónicas aquí.