martes, 19 de diciembre de 2017

EN MEMORIA DEL ETERNO MARK REALE. GABONAK IN HELL VI. Irún 03/12/17. Crónica y fotos.


Por Sonia M.

El pasado 3 de diciembre vivimos una de esas noches mágicas. Una buena tropa de casi 60 pamplonicas, gracias a la unión del bar Krawill, Neón y Rock 'n Rebel Taberna nos dirigimos en un mismo autobús organizado a la Sala Tunk para poder ver a RIOT V. Pamplona mola, y a veces salen cosas como están. Aunque a última hora quedó algún hueco vacío, fue una pasada.


Salimos tarde de Pamplona dirección Irún, con la noche casi cerrada, campos nevados dignos de película y entre cánticos futboleros y demás historias. El viaje se me pasó volando con alguna que otra parada para ir bajando los litros de cerveza que el personal, con nevera incluida, se iba metiendo en el cuerpo. Unas cuantas vueltas míticas a la rotonda de Irún para llegar a la sala y ya allí, al lío. 


El sexto GABONAK IN HELL ya había dado comienzo hacía rato y llegamos con la última canción de KONTRABÄND. Aproveché para echarle un ojo al único puesto de merchan con discos muy apetecibles y camisetas de RIOT tipo saco para chica. La sala presentaba un aspecto inmejorable para cuando empezaron SNAGORA su actuación. Los malagueños se pegaron un buen viaje para mostrarnos en vivo su álbum debut "Larga Espera". Su propuesta me entretuvo. Un hard rock/heavy metal con algún arranque power metalero como "Dame más", no muy exagerado. Pero lo que más me encandilo/flipó/dejó a cuadros fueron esos temas que sonaban a puro SANGRE AZUL (“En la mina” o “Piel de fuego”). Incluso con toques progresivos muy raros. Vamos, los temas entre sí eran bastante raros pero cuando llegaba la vena SANGRE AZUL, Fran Romero al micro lo bordaba aunque le quedaba mejor la voz melódica sin exigir mucho. Fue toda una sensación ese toque SANGRE AZUL. Una que tiene mucha morriña de aquello. Muy recomendables la verdad.


Tras SNAGORA tocaba caña con ELBERETH. Viejos conocidos a los que he podido ver en diversas ocasiones, tenía muchas ganas de verlos de nuevo con su nuevo disco "Karma". Actuaron bajo la supervisión en la mesa de sonido andante en forma de tablet de J.I. Izaguirre, bajista de LAMPR3A. Su actuación comenzó fría, con una sala petadísima pero inmóvil, como sin sangre y conexión con los vascos. Sin embargo, conforme fueron pasando los temas y cuando se arreglaron los problemas de sonido de la guitarra de Iker Manso aquello comenzó a crujir como debía y subió como la espuma aunque no animó al personal como yo esperaba. De menos a más. ELBERETH son mucho más grandes de lo que a veces nos muestran y de lo que la gente les valora. Pero esto, como todo.

Y sobre las diez y media de la noche, si no me falla la memoria, los americanos RIOT salieron a escena. No cabía un alfiler. Aquello estaba a punto de caramelo. A pesar de que ya no está Mark Reale para hacernos vibrar ya que nos dejó tristemente en 2012, el combo es espectacular. Formado por Don Van Stavern al bajo, Mike Flyntz a la guitarra bien escudado por el miembro más joven, Nick Lee, Frank a la batería y un increíble Todd Michael Hall al micro.


Este último fue todo un descubrimiento para una servidora, haciéndome disfrutar de estos RIOT V como si me encontrara en los 80 junto a la salida de “Thundersteel” lo menos. Una pasada. Aquello fue de menos a más en cuanto actitud y sonido y lo petó de una manera exagerada. Daba igual donde miraras, había espectáculo en todas partes. Stavern liándola en el bajo y con la botella de whisky, Todd con su voz y posteriormente con su momento Manowar y pecho al viento. La hora y media que nos brindaron fue todo un lujo. Los tenía casi delante de mis narices a pesar de que a veces me resultaba muy difícil mover las melenas como una posesa, y aún así fue mágico. Temazo tras temazo. Que si os colamos "Fight or fall" al principio para que lo gocéis así como después "On your knees". "Flight of the warrior", auténtico pepinazo que me dejó patidifusa en vivo. Y un largo set donde alcanzaríamos casi los 20 temas. Y obviamente cerraron la velada con "Thundersteel".

Poco más puedo añadir. Que fue la hostia, que a pesar del bunker que fue el autobús que parecía un submarino ahumado, de la espera para la vuelta bajo la lluvia y el frío aquello quedará grabado en mi retina y en mi conducto auditivo como algo brutal. Rodeada de muy buena compañía, conocidos, gentes varias. Una fiesta que había que vivir a pesar de que alguno intentó arruinarlo a última hora no sabiendo respetar a la gente. Ya no porque seamos CHICAS, si no porque somos PERSONAS y todas merecemos disfrutar sin tener que soportar las mierdas de nadie por muy borracho/drogado/lo que sea que se vaya. ¡He dicho!

Muchísimas gracias a la gente que la lió en el autobús, a las bandas por los conciertos, a Todd por ese striptease en el escenario sin que nadie se lo pidiera (se lo perdonamos porque tiene unas cuerdas vocales que MADRE DE DIOS) y bendita máquina de comida de la Tunk que nos abastece en horas chungas de dulces varios y cosas   sanas. ¡Lo quemamos todo!

Gracias a MPR por las facilidades, por esos 10 años que van a cumplir o que están ya celebrando y a Txarli por traer a estos americanos tan cerca de nuestra casa.

¡Por muchos Gabonak más!

© Diario de un Metalhead 2017.

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