Por Larry Runner.
¡Vaya! Otra banda de thrash, claro, ahora como está de moda ... ¿Cuántas veces más vamos a escuchar esa puta mierda?
¿Cuándo cojones ha estado el thrash de moda? De moda está ahora el death metal y todo aquello que acaba en core. Eso sí que es una moda, que de que cada 10 discos que llegan, 8 son de esos palos. Cansaditos nos tienen tocando todos lo mismo.
El thrash es el estilo de metal más genuino que existe, así de claro. No necesita disfraces. No hay nada mejor sobre un escenario que una buena banda de thrash, y te lo digo yo, un fulano al que llaman friki de Maiden y ha visto dos veces a Anthrax en el papel de teloneros merendándoselos con Eddie y todo.
Thrash y solo thrash es lo que ofrecen estos barceloneses en este tercer disco, segundo largo. Caña burra a base de buenos riffs y unos endiablados cambios de ritmo que se complementan con buenos solos y una voz nacida realmente para este rollo. Sí, no inventan nada, ni puta falta.
Una contundente rítmica y unas guitarras que invitan al bote con influencia de los más grandes del estilo sin falta de complicar demasiado las cosas para no entrar en mierdas aburridas, porque el thrash ha de ser divertido y con ese tono a mala hostia que te haga vibrar y te ponga las pilas a tope. NUCKIN’ FUTS lo tienen, dan el nivel técnico (escucha “Abyss”) y lo saben combinar con la mala uva que hace que el thrash sea honesto o no.
Buenos riffs, buenos temas y el mejor cantante del estilo que me cruzo desde que descubrí a Crisix hace casi una década. 37 minutos de música disfrute sonando de putísima madre tras haber grabado en los Axtudios de su ciudad y dejar el masterizado en manos del maestro Miquel Riutort “Mega”. Con la cantidad de mongol que hay por ahí pensando que sabe tocar ... si llego a tener una banda, ahora mismo lo dejo.
El disco me ha llegado que ni caído del cielo, que andaba yo un poco flojeras con la música estos días y hacía falta mover el cuello en condiciones. Desde el "Spiritless" de Trallery que no recibía yo un disco del estilo tan cojonudo. Gracias Blood Fire Death. ¡Pura droga!
© Diario de un Metalhead 2017.
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