domingo, 11 de junio de 2017

INGLORIOUS: "II" (2017- Frontiers Music) UK.


Por Larry Runner.

Te pones el álbum, le das al play y salta “I Don't Need Your Loving”. Erección inmediata. Lloro cada vez que pienso que a Whitesnake le queda un telediario y que su feeling es inigualable, que me quedo sin una de las sensaciones musicales que han marcado mi vida, sin una de mis bandas favoritas. Dado que no soy yo de tirar de nostalgia de continuo, de escuchar una y otra vez discos del pasado, si no más bien de buscar de continuo nuevas sensaciones que me mantengan al día, que me transpiren aires de juventud, que llegue a mis manos un disco como este “II” de INGLORIOUS es la felicidad plena.

Y es que aún no están al nivel de Whitesnake, vale, todavía les faltan hits, pero cuidado, porque viendo su progresión del anterior disco de debut del pasado año a este, en el futuro podemos tener aquí a una banda top si es que no lo son ya con “II”.

Gran parte de la responsabilidad la tiene Nathan James, una mezcla de David Coverdale con Glenn Hughes que me hace vibrar como ninguno de los vocalistas actuales. En estos tiempos en los que la guturalidad ocupa el 95% de los discos que nos llegan y no aparecen cantantes de verdad, que canten, escuchar una voz como la del frontman de esta banda británica es emocionante. 


Capaz de hacernos transmitir toda la esencia Coverdale en “I Don't Need Your Loving” al empezar, ya sabes que lo que tienes entre manos es uno de los discos del año y que no pararás quieto y no cesarás de escucharlo al menos hasta que los tengas vistos en vivo, cuenta pendiente que tengo anotada desde hace meses y que espero saldar en cuestión de días en el Azkena Rock.

“Taking The Blame” bien podría ser un tema de Glenn Hughes. Me emociono, casi lloro pensando en “the voice” y en lo bien que canta Nathan y lo mucho que se puede acercar a la voz del cantante que en aquel “California Jam’74” me hizo saltar las lágrimas de emoción con su voz.

Está claro que Nathan y toda la banda han mamado de esa esencia de la “Purple’s family”. El sonido de esa legendaria saga musical está tan en el adn de INGLORIOUS que por momentos casi podrías pensar que detrás de estas enormes canciones están ese grupo de músicos que tan felices han hecho a generaciones de las últimas cinco décadas.

Pero no, aquí hay una banda nueva que sabe llevar todo lo bueno de esos monstruos a su terreno, lo filtra, lo actualiza, le da su toque personal y como resultado obtienen un disco al que nuestra puntuación máxima de cinco muñequitos casi le queda corta.


Sublimes en los tres primeros cortes, los dos citados y “Tell Me Why”, tres canciones que ya merecen de sobra que tengas que tener este disco, llegan a “Read All About It” y la llevan a un terreno más personal.  “Change Is Coming” con esos coros y ese sonido Hammond detrás no deja bajar el nivel compositivo. Otro temazo y van cinco seguidos. No encontrarás muchos discos con un comienzo tan sumamente glorioso. 

Serafino Perugino, presidente de Frontiers, debió salir de su despacho e ir al baño a autoaliviarse cuando escuchó el disco por vez primera y sabía que era su sello el que lo iba a publicar. Porque no sé hasta donde llegará “II”, quizás no funcione en este mundo actual de ignorantes musicales, pero vamos, que este es uno de los mejores discos del año lo sabe todo aquel que se lo lleve a los oídos y tenga un mínimo de criterio. 

“Making me Pay” es la sexta y venga, temazo otra vez con un Nathan sublime, que llega hasta donde quiere y que en el tema muestra que tiene un registro enorme. Su trabajo es tan sumamente deslumbrante que casi te olvidas de que hay una banda detrás. ¿Hay alguien que cante tan bien como él? ¡Madre mía que forma de cantar! Y así es en todo en el álbum, el tío está a otro nivel y el resto de la banda, parece quedar ensombrecido por tal derroche de aptitudes. El nivel compositivo es realmente alucinante. Si el mundo se vuelve loco por The Dead Daisies, al loro, INGLORIOUS no tiene nada que envidiar. Escucha “No Good For You” y me cuentas. Nivel Top. No me extraña que Nathan fuese escogido en su momento por Uli Jon Roth para su banda o por la mismísima Trans-Siberian Orchestra. Con él, el classic rock está salvado, porque además canta sin trampa ni cartón. Nada de efectos de artificio, únicamente algunos pianos y órganos sumados a guitarras, bajo y batería. Sin conservantes ni colorantes.


En definitiva, un disco actual con la esencia de lo mejor que ha dado una de las sagas y uno de los sonidos de los últimos 50 años. Unos músicos jóvenes con un enorme talento para la composición, para crear canciones con un sumo gusto que engancharán a todo aquel que ame un estilo del que muchos han hecho una forma de vida. No es para menos. Feeling, fuerza, excitación, un cantante excelente y una banda que instrumentalmente cumple a la perfección con especial atención al sueco Andreas Eriksson a la guitarra. Son especiales, para volverse loco.

Producido por la propia banda, Kevin Shirley (Journey, Iron Maiden, Aerosmith, Europe, Black Star riders, Page, Doro, Rush, Dream Theater, Bonamasa, Tesla ...) se encargó de la mezcla, lo cual explica la perfección del álbum y Toni Draper de la masterización, que tiene tanto trabajo que no actualiza su web desde hace un par de años al menos. Sublime desde el primer riff. Mi disco del año.








© Diario de un Metalhead 2017.

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