jueves, 11 de mayo de 2017

CODE ORANGE: Forever (2017 - Roadrunner Records) USA.


Por Simón García López.

Hace apenas una semana que descubrí Code Orange. No había escuchado nada ni había oído su nombre hasta ese momento. Que este tipo de cosas me sigan sucediendo a día de hoy es algo que no deja de sorprenderme porque me considero alguien que está atento en general al panorama y a las novedades que ofrece, pero ya veo que no. Y es que además Code Orange no es un grupo ni mucho menos desconocido a día de hoy. Sigo preguntándome en este momento cómo coño pudo ser posible. Pues ocurre y menos mal que ocurre. Además en estos últimos días he descubierto también a Sunless y Deathspell omega. Todo gracias a los amigos, que para algo están. Transmisión de conocimientos. Podéis criticar mi incultura o falta de atención sobre el panorama musical que amo. Para eso la pongo en evidencia, para que me lapidéis, para algunos será lo más importante en la reseña. Para los que no, sigo.


“Forever” es el tercer disco de los americanos, disco que profundiza la línea iniciada en “I am King” y para mí descubrirlos en este momento ha sido algo hasta especial y que necesitaba como una especie de desahogo por lo que a día de hoy aporta de originalidad la escena. Puede que muchos no les vean nada especial pero yo sí les veo muchas cosas. En primer lugar, me parece un grupo con un mensaje musical original, sí original. Aunque todo suene a todo, aunque cada riff, cada cambio pueda sonar a algo, el conjunto de su propuesta es original. En partes me recuerdan a Gojira, en otras a Suicide Silence, en otras a Neurosis, en otras a Alice in Chains, a una escena americana de los 90 que no tenía miedo a mezclar el Hardcore con el metal, con lo Industrial, con Punk, incluso Grunge, o el Death, una escena con la que crecí y de la que añoro su apertura mental a la hora de experimentar y fusionar estilos e influencias. A día de hoy hay muchos grupos, más que nunca en la vida, pero todos dentro de un esquema que parece costar romper o transgredir, salirse del mismo. 

En Code Orange la voz predominante, la del batería del grupo, Jami Morgan, es casi clavada a la de Tim Williams de Vision of disorder en su época más extrema de “Imprint” aportando una esencia Hardcore muy marcada y lo acompañan el gutural más Deathcore de Eric Balderose y la también más Hardcore y a en “Bleeding in the blur” voz limpia de Reva meyers, canción al igual que “Ugly” que rompe con el estilo más marcado del grupo (oscuridad, agresividad y brutalidad), y donde se ven aspectos más cercanos al Grunge o al estilo alternativo de grupos como Helmet. Ponedle vosotros a eso la etiqueta que queráis. Todo esto en una batidora con un sonido que en este último disco aplasta, muy parecido al de Suicide Silence en “The Cleansing” es Code orange.


Hay varias claves en su estilo además de las comentadas:
1. Canciones cortas.
2. La influencia industrial es una de ellas, muy presente en todo el disco, como profundización de la atmósfera, como forma de sorprender cortando de raíz el desarrollo de la canción, etc. 
3. Otro de ellos es la constante variación del tempo dentro de una misma canción, subiendo velocidad para dar dinamismo o bajando velocidad para aumentar la pesadez de los riffs. 
4. Además gustan de llenar de disonancias los espacios de los temas lo que acrecienta la sensación de tensión y violencia musical. 

El resultado es un disco intenso y amenazador, sin medias tintas ni mensajes positivos. Solo hay música de concepto brutal hecha sin tapujos.

Con Code Orange no puedo quitarme la sensación de viajar a los 90 cada vez que los escucho y por todo lo que aquel tiempo representó, son más que nunca un grupo necesario, y “Forever” es un disco necesario en nuestro tiempo, que romperá la cabeza de todos aquellos que necesitan etiquetar antes de escuchar.

Si como yo, aún había alguien que desconocía su existencia, para bien o para mal, no los dejéis pasar. 







© Diario de un Metalhead 2017.

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