martes, 11 de abril de 2017

¡UN ÉXITO! 01.04.2017. Madrid. SOUTHERN METAL FEST. Crónica y fotos.


Por Diego Rodríguez Liébanas.

Tercera edición del Southern Metal Fest que en esta ocasión cambia de ubicación para trasladarse de la mítica Sala Gruta 77 de Carabanchel, donde se celebraron las dos primeras ediciones, a la no menos mítica Sala Hebe situada en el corazón de Vallecas.

Las dos primeras entregas del Southern estuvieron encabezadas por Hell´s Fire (los cuáles acaban de sacar su tercer disco: “Rest In Riffs”) quiénes estuvieron acompañados de bandas del calibre de We All Fall o Grapeshot. Para esta edición se ha apostado, como suele ser tradición, por bandas madrileñas como MotherSloth, Krazark y Dieaway dejando el liderazgo del elenco para los asturianos Soldier. A las 20.15 llegamos a los aledaños de la Hebe y ya había algo de ambientillo por allí. La sorpresa tremenda me la llevé al entrar y comprobar que cualquier parecido a lo que mi memoria tenía registrado acerca de la mítica sala  era pura coincidencia. Está claro que desde que la pisé por última vez, hace bastantes años, ha habido reformas de bastante calado porque no sólo la recordaba diferente sino mucho más grande. Aun así el lugar era perfecto para albergar el evento ya que su tamaño era el justo para estar holgados pero con un poco de roce que siempre viene bien.

Mothersloth

Después de una minuciosa prueba de sonido, saltaron al escenario los madrileños MotherSloth. Hace poco publicamos la reseña de su reciente trabajo “Moon Omen”. Todo parece indicar que la salida de este álbum ha supuesto toda una catarsis para los miembros de la banda y se puede decir que es normal que después de un parto tan accidentado y prolongado el engendro que han alumbrado es tan bestial y rabioso como pudiera esperarse. De lo que no me cabe duda es de una cosa: Dani, Adrián y Óscar disfrutaron del concierto mucho más incluso que los asistentes ya que estuvieron arrolladores y exultantes desde el principio. ¿Para qué se tiene un nuevo disco si no es para estrujarlo en directo? El set list de los madrileños se basó casi exclusivamente en su reciente trabajo comenzando su actuación con “The Firemill” a través de la que se pudieron comprobar varias cosas como por ejemplo que las canciones iban a tener otra vida en directo. Una vida más rabiosa, intensa y agresiva. También quedaba claro que la banda estaba muy compenetrada, dominaba la situación y que el sonido iba a ser bueno. 

Daniel, el guitarrista, es el que se lleva todas las miradas, volcando toda su rabia y sacando fuego por la boca, hacía retumbar el local con cada uno de sus riffs. Adrían le acompañaba al bajo cual fiel escudero dejando claro que pese a ser el último en llegar ya vive la banda como si llevara en ella desde el inicio. Al fondo en la batería estaba Óscar, único miembro original, en el que desde la lejanía no era difícil adivinar una sonrisa perenne dibujada en su cara ya que participar en eventos como el de esta noche es un premio a la tenacidad y al trabajo de años y él mejor que nadie lo sabía. Para ser la primera banda del festival no podía haber queja acerca de la asistencia, bastante numerosa y que ya iba dejando señales de estar satisfecha con lo que estaba presenciando viniéndose arriba poco a poco. Otro tema al que hay que hacer referencia fue, sin duda, “Doomsday Cyborg”, con una parte intermedia muy psicodélica en la que las pedaleras y los acoples fueron los protagonistas sobre una percusión muy a lo Led Zeppelin en “Whole Lotta Love” provocando que la peña explotara de satisfacción cuando volvieron al riff principal. La cosa estaba calentita por lo que no pudieron elegir mejor tema para terminar que “Shadow Witch”, mi tema preferido de “Moon Omen” que fue un puntazo disfrutarlo en directo. Si bien se pierde un poco del dramatismo que viene de serie con el tema, gana mucho en dinamismo, frescura y pegada. Y la cosa llegó a su fin con la pena de que se quedara en el tintero la versión del “Wheels Of Confusion” de los Sabbath por cuestiones de tiempo. Grandísima actuación de MotherSloth.

Krazark

Los siguientes en salir a escena fueron Krazark. La formación está integrada por Esteban, también cantante en Grapeshot y anfitrión del evento, la guitarrista Kiara, el bajista Álvaro, quien formara parte de Dover en su mejor época y Joan a la batería. Habida cuenta de que las otras tres bandas con las que compartían escenario superan los diez años de existencia y Krazark no existían hace siquiera diez meses podemos decir que superaron con holgura el reto. El carisma, el saber estar y la labor de frontman que realiza Esteban tiene mucho que ver con ello ya que es capaz de coger a todos y cada uno de los asistentes y metérselos en el bolsillo uno a uno. Empezaron con “Ride The Hell” y la actuación marchó bien desde el principio. Quizá no tengan todavía muy pensadas las cosas acerca de por donde quieren llevar el sonido de la banda pero eso que podría parecer negativo puede convertirse en virtud si uno no se mete en berenjenales. Era su tercer concierto y en el sonido sobraba desparpajo y frescura hasta tal punto que tocaron “Southern Metal Fest”, canción que el día anterior no estaba siquiera acabada y que sonó bastante bien.

Krazark

No hace falta decir que la experiencia de Álvaro sobre las tablas es más que sobrada por lo que el tío no paró de disfrutar en todo momento cubriendo cada hueco con un bonito y gordo sonido de bajo. Kiara parecía más cortada pero esa timidez fue desapareciendo a lo largo del bolo sacando la máquina de repartir riffs a pasear en cada canción. Esteban nos dice que “hoy en día hay orgullo de todo, orgullo negro, orgullo blanco, orgullo gay, orgullo hetero… Mejor menos orgullo y más amor, porque si antepones tu orgullo a todo lo demás te puedes quedar más solo que la una” para que la banda ataque con la rápida y pegadiza “No Pride”. También hubo momento para el tema de moda: los putos youtubers a través de “Freak Show” que con su rollo crossover y su estilo vocal medio rapeado sirvió como preámbulo estupendo a la canción que marcó un antes y un después en el festival que no fue otra que la incendiaria versión del “Green Machine” de Kyuss con la que la peña metió la directa para comenzar el desmelene. Muy buena actuación de Krazark. Si con tres apariciones son capaces de esto… ¿qué no harán con un poco más de experiencia?


Dieaway

Era el turno de Dieaway. Los miembros de la banda más veterana recogieron el testigo lanzado por sus antecesores y supieron continuar con la escalada de fiesta, desfase y despendole generalizado. Lo hicieron a su manera ya que no se mostraron tan locuaces como los anteriores y se dedicaron a despachar temazo tras temazo desde el inicio. Todavía se podía percibir un cierto vacío delante del escenario debido a que la peña se había ido a la zona de avituallamiento a nutrirse de minihamburguesas y perritos cuando la banda se introdujo en uno de los temazos de la noche, la intrincada e intensa “Amber Nebulae”, con la que demuestran su versatilidad y dejan claro que no es nada fácil el tema de las etiquetas con ellos. ¿Metal? ¿Alternativo? ¿Grunge? ¿Stoner? ¿Ramalazos progresivos? Lo del Grunge es imposible dejar de mencionarlo ya que viene de serie con la voz de David que vive una bendita bipolaridad a través de la cual nos muestra su parte más Chris Cornell en las zonas más agresivas y su parte más Eddie Vedder en las más melódicas como fue el caso de “Eternaeon” donde la banda se deja ir un poco más, pierde velocidad y fluye de forma más melancólica y profunda.

Dieaway

No podemos dejar de mencionar lo bien escoltado que iba David a sus flancos. A su derecha campaba, muy concentrado en su labor pero sin dejar de moverse, Raúl que nos hacía disfrutar del sonido de su bajo como, por otra parte, fue la tónica general del concierto, ya que todas las bandas gozaron de buen sonido no produciéndose en ningún momento barullo ni nada similar. Fue una jornada muy tranquila y placentera en este sentido. A la izquierda de David, riffeando de lo lindo estuvo Mario que no se dejó nada dentro al igual que Oli a la batería. El protagonismo total del set list se lo llevó su nueva obra “Light Echoes”, aún por ver la luz de la que además de las anteriores sonaron también “Human Motion”, con un toque más sencillo que la gente agradeció subiendo el diapasón de pogos, contactos y cabeceos, la homónima “Light Echoes” y “Phosphene Sun” para terminar por todo lo alto ya que se trata de una canción que te lleva hacia arriba in crescendo y que supuso un buen final para el sobresaliente concierto de los madrileños dejando al personal con ganas de más y a mí con mucha curiosidad acerca de su lo que podrán ofrecer a través de su nuevo disco ya que los temas tienen muy buen pinta.

Soldier

La noche iba llegando a su fin con los asturianos Soldier como último plato. Es indudable que el buen hacer en su último álbum “The Great Western Oligarchy” les ha proporcionado una cierta notoriedad a nivel nacional y les ha abierto la posibilidad de tocar en eventos como, sin ir más lejos, la última edición del enorme Resurrection Fest, del que formaron parte por méritos propios. Ningún cambio en la formación desde la última que les pude ver también en Madrid hace poco más de un año ya que el cuarteto sigue formado por Pei al bajo, Lucas a la batería, Dani a la guitarra y Phil comandando el batallón.

Soldier

El cronómetro estaba en marcha y había que cumplir con el horario por lo que los asturianos fueron el grupo que menos tiempo dejó pasar para comenzar su actuación. No olvidemos una cosa que suele jugar en contra en este tipo de eventos que no es otra que la de ser el último grupo y ser el foráneo. Además, a pesar de que Soldier cumplen sobradamente con la etiqueta “Southern Metal” su Thrash Metal se aleja bastante del Stoner que había funcionado como denominador común anteriormente. De hecho al inicio no es que hubiera mucha peña delante del escenario ya que o bien estaban repostando o bien echando un pito. Comenzaron con temas nuevos, que comienzan a no serlo tanto, como “Warbourne” o “Corrupted” con las que comprobamos que el sonido, como con los otros grupos, iba a ser bueno aunque algo liviano bajo mi punto de vista y tampoco hubiera estado nada mal algo más de volumen.

Soldier

Después de acabar una gran “Christoholic”, Phil introduce “Between Two Masters” diciendo “hemos comenzado con varias canciones de nuestro segundo disco. Hay que amortizarlo. Nos costó un huevo de pasta.” Tenemos que decir que “Between Two Masters” supuso un antes y un después en la actuación ya que el público decidió dar el resto y sobre todo una docena de alocados headbangers que empezaron a hacer el tipo de peripecias que se echarían en falta en cualquier festival que se precie. Phil introduce la siguiente: “Fucker Caiman” ¿Eh? ¿Nuevo tema? No, no… La mascota del festival, un cocodrilo hinchable, hizo su aparición en escena haciendo las delicias del respetable que jugaba con él, llegando a lanzarlo al escenario en numerosas ocasiones. ¿Fueron un poco pesaos con el hinchable? Sí. Pero bueno, se lo pasaron bien y la sangre no llegó al río. El propio Phil se morreó en varias ocasiones con el reptil. Eso sí, se formó una zona donde circulaban los que hacían el cabra y comenzaban a no llevar nadie al volante y más atrás, dejando espacio suficiente, se situó la peña que no tenía el día para tantas aventuras.

La banda seguía a lo suyo dando cera y puliendo cera dándole caña a su primer disco “Gas Powered Jesus” con tres canciones seguidas como “Stand Your Ground”, “Kill My Soul” y “Destroyers”. La energía que le ponen Pei y Dani en cada nota de cada tema es digna de mención. Le dan al cuello como si no hubiera mañana y siempre con una sonrisa en la boca funcionando perfectamente como contraste de los “enfados” de Phil. ¡Son unos putos cracks! Y para finalizar... ¡Dinamita! Dos de sus temas más cañeros: “Axis Of Evil” y, por supuesto, “Revolt” que pusieron fin a una actuación de casi una hora que se pasó volando. ¿Y no tocaron “Cowboys From Hell”? No. Pasaron. No lo hicieron… Jajaja… ¡Y una mierda! ¡Pues claro que la tocaron! ¿En qué cabeza cabe que teniendo la guinda del festival en sus manos se la llevaran para Asturias? Ya sin guitarra entre las manos Phil se desató como suele ser habitual dando el máximo para homenajear como se merece a una de las bandas más importantes del Metal. 

Soldier

Iba a decir que con esto el festival llegó a su fin pero no es exacto del todo ya que la fiesta continuaría después en la Sala Inferno con música elegida especialmente, invitaciones a chupitos y la presencia de los músicos para poder tomarse una birra o charlar con ellos tranquilamente. La sensación generalizada que me provoca la jornada es que fue un éxito. Hubo una buena asistencia, las bandas rayaron a gran altura, la gente se lo pasó bien… Así que poco a poco, el Southern Metal Fest crece y comienza a funcionar como un punto de encuentro anual en el que se congrega peña con gustos afines para pasar una tarde cojonuda. ¿Hay algo más bonito que eso?

© Diario de un Metalhead 2017.

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