Por Simón García López.
Pocas cosas han cambiado en LOCK UP desde que en 1999 apareciese “Pleasures pave sewers”. Pocas o casi ninguna. Además ni quieren ni tienen porqué. El grupo se hizo como un proyecto de Grind al estilo de Terrorizer o Brujería en su época y el concepto se mantiene intacto. Ni tan siquiera el desgraciado fallecimiento de Jesse Pintado lo alteró.
Han cambiado de vocalistas, pasando figuras tan destacables como Peter Tägtgren o Tomas Lindberg hasta llegar a Kevin Sharp de Venomous concept (también Embury está ahí), ex Brutal Truth, y han evolucionado su sonido influenciados por las tendencias de las diferentes épocas, pero siempre manteniendo ese sonido “Colin” del que Napalm se apropió, y del que en la reseña del último de Brujería hablamos y que los define sin duda a día de hoy. Y es que el núcleo central de Brujería es el de Lock up (Embury, Barker, Reisennegger), formando los dos primeros un núcleo súper activo a día de hoy que ha participado y participa además de en las dos referencias dadas, en Liquid graveyard, quienes por su influencia han abandonado su peculiar progresivo/avant garde para adentrarse en terrenos más Death. Y bueno, la actividad de Shane, que como ya se ha visto y es sólo una parte, debe de ser la persona más activa de la música extrema mundial.
Después de “Necropolis transparent”, un clon de su segundo “Hate breeds suffering”, y que personalmente supuso una cierta decepción por su falta de convicción, por no aportar nada de nada, por transmitirme que era un disco para cumplir el trámite simple y llanamente, nos encontramos con un “Demonization” que mantiene las bases de pasadas entregas, sí, pero quizás plantea un disco un punto más variado y más punk en ciertos momentos, amplificado por la influencia de Sharp. No es que no haya velocidad, la hay, claro que la hay, mucha y extrema, pero también nos encontramos con temas hasta cierto punto novedosos como la primera “Blood of emptiness” sin ir más lejos, canción que podría recordar el Extreme noise terror en su perfil más Crust, “Foul from the pure” o “Demonization”, tema pesado y denso de más de 5 minutos que me recuerda al ambiente de “Contemptuous” del “Utopia banished”. El resto, siendo los temas un poco más complejos que en otras ocasiones, es Lock up puro y duro. Así lo demuestran canciones como “The decay Within the abyss”, “Demons raging”, o “Sunk” o las más extremas “Locust” o “Mind flight”.
Un disco enfocado para los amantes del Grindcore con mucho toque Crust, más variado y extremo que nunca. Buena culpa de este resultado, como antes decía, la tiene el trabajo de Kevin Sharp a la voz, quien adapta su gran variedad de registros vocales a cada parte, alejándose del tono sin duda más monótono de Lindberg. Un acierto su inclusión a pesar de que al principio tenía ciertas reticencias, quizás motivadas por otras jugadas del estilo que resultaron absolutamente nefastas. Jugadas de mercado, o de colegueo que demolieron algún que otro disco de calidad musical indudable. Seguro que todos tenéis alguno en mente.
En el disco, mención aparte merece el sonido de timbales de Barker, más propio de Black que de Grind. Tengo que destacarlo a la fuerza a pesar de ser un aspecto anecdótico por su peculiaridad y porque cada vez que los usa es lógicamente a una velocidad extrema me entra la risa floja. Uno nunca deja de sorprenderse.
Intensa e interesante propuesta de LOCK UP, alejándose hasta cierto punto de su fórmula clásica. La capacidad compositiva de Shane y compañía es casi siempre la misma, pero ilimitada y siempre de calidad. Para muestra otro botón.
© Diario de un Metalhead 2017.
