sábado, 4 de marzo de 2017

FIREWIND: Immortals (2017- Century Media) Grecia.


Por Larry Runner.

Reconozco que mi adoración en los últimos años por todo lo que huele a Gus G. quizás no me deje ser crítico con él. Sí, mi admiración por el griego y todo lo que lleve su sello ha llegado a un nivel difícil de imaginar por mí mismo hace unos años.

De momento, seguiré igual. Y es que no es que este “Immortals” de FIREWIND sea para colocarse entre las 7 maravillas del mundo, pero sí que es un muy buen disco con un nivel de composición muy alto, en el que el virtuosismo se pone al servicio de la melodía, como tiene que ser.

Sí, el décimo álbum de la banda, si contamos los dos directos de 2008 y 2013, es un auténtico alucine y tras estar sin canciones nuevas desde hace más de cuatro años - “Few Against Many” su anterior disco de estudio es de 2012- , ya tocaba que nos deleitasen con material novedoso. La espera ha merecido la pena.


Con la duración de los discos más grandes de la historia, aquellos que entraban en la cara de una TDK de 90, “Immortals” contiene diez cortes a los que etiquetarán de power metal aunque en su adn incluyan la esencia del heavy metal más tradicional y por supuesto del hard rock más elegante. 
El certificado de obra grande viene de la mano de Dennis Ward, que además de hacer de ingeniero de sonido ha mezclado y masterizado el disco. No contento con ello, también ha aportado su trabajo en la composición al lado de Gus G. Todos sabemos de las genialidades del fenómeno que ha estado detrás de algunos de los mejores trabajos de grupazos como Unizonic y Pink Cream 69, pues bien, en este disco ha estado sobresaliente.


Evidentemente el trabajo de Gus G. a la guitarra es admirable , con solos que entran en el tema de manera natural, nunca forzados, rítmicas duras cuando se precisan y más suaves cuando incluirlas de otra manera estropearían la esencia de la canción.

A la voz, ojito, Henning Basse, al que hemos visto con Metalium, Sons of Season, Gamma Ray, Uli Jon Roth, Hypsnoside ... El alemán es clave al aportarle su feeling a unos temas que se hacen sobresalientes con su aporte.

Lo mejor: cortes tan fantásticos como “Ode to Leonidas” o “Warriors and Saints” que nos hacen sentir orgullosos de lo que es el heavy metal.

Lo peor: No he podido encontrar nada malo en el disco, nada que criticar. ¿Puede ser posible?

Casi perfecto.







© Diario de un Metalhead 2017.