jueves, 23 de febrero de 2017

VENENO DESDE VALHALLA: Las redes sociales y los niños burbuja.


By Leonidas Trismegisto.

Desde que las redes sociales, han modificado cada día que vivimos, nos hemos adentrado en un mundo, donde actuamos sin que las consecuencias hagan acto de presencia.



Quien más y quien menos, hemos sido testigos de trifulcas, broncas y salidas de tono en las redes. Pequeños seres que, detrás de su teclado, se sienten seguros poniendo a parir, de manera gratuita, a quien se le ponga por delante. Los llaman trolls, pero yo los llamo cobardes hijos de puta.

Las redes, se llenan de transgresores de attrezzo que llevarán la contraria a todo. Darán una opinión antagonista de cualquier tema candente si el más mínimo criterio. Se creen geniales, lobos solitarios, coyotes de la estepa… pero en la mayoría de ellos, si rascas un poco el papel de plata, verás que son pobres sabandijas cuya única finalidad es hacerse un nombre tocando los cojones.

Hasta aquí todo bien. Defenderé con mi vida el derecho a la libre opinión y al libre “hacer lo que me sale de los cojones” de cada individuo. Pero molestar sin consecuencias no es lo que nos enseñaron a los que ya tenemos unos cuantos años encima. En los 70, 80 e incluso en los 90, si te burlabas de alguien, le amenazabas o le molestabas por deporte, sabías que te estabas jugando que te inflaran la cara a hostias, así que andabas con más tiento o simplemente lo que buscabas era el enfrentamiento directo. Crecimos con Van Damme, Rambo, Norris, y Daniel San. Lo que se solucionaba a hostias no se volvía a repetir.

Ahora, detrás de los teclados, hay mucho experto en faltar al respeto, de insultar, de atacar a ciertos grupos sociales. Mucho niño rata con los que la diplomacia, está demostrado que no sirve.
Veo un claro paralelismo entre los seres de facebook y un aula de instituto. Dividiría a estos sujetos en los siguientes:

- El callado, que un día creó una cuenta y sigue inactiva desde 2007. En su muro no pasa ni el viento.

- El sabelotodo, que siendo realmente una base de datos andante, siente el deber moral de hacer saber al resto lo listo que es. Suele despertar la furia de los mediocres.

- El copión, que ante uno de los multiples debates insulsos que pueblan la red, apoya sus ideas con descarados “copiapegas” de la Wikipedia. Suelen ser inofensivos aunque faltos de coherencia.

- El graciosete de la clase que tiene un chiste o un meme para cada ocasión. Son, tal vez, los que crean un ambiente más distendido y agradable.

- El caótico neutral. Suele faltar al respeto con bromas. A veces cae bien y a veces mal. No está exento de que de vez en cuando le aplaudan la cara pues no entiende de restricciones y el bien o el mal le importa poco. Suelen ser payasos solitarios que de vez en cuando nos brindan las mejores risas.

- Están los y las exhibicionistas. ¿Quién no se acuerda de aquellos compañeros con los que la madre naturaleza había sido generosa? Se pasan la vida subiendo fotos donde ver sus músculos y sus escotes (en este caso tanto hombres como mujeres). Estos son los más vulnerables, pues su autoestima depende de la aceptación que tengan. Aún así tienen ese toque de rabia que les hace saltar con la mínima provocación, todo fruto del elevado concepto de si mismos que tienen. No confundir con las personas que reafirman su sexualidad. Son la excepción a este grupo, ya que poseen profunda empatía con grupos animalistas, veganos y luchan ferozmente por la igualdad entre hombres y mujeres. Son gente informada y concienciada que apoyarán con datos cualquier tipo de razonamiento. Los cuñados las suelen llamar feminazis, veganazis, mariconazos y demás términos fruto de haber aprendido a leer demasiado tarde o de un cortocircuito en la incubadora.

- Los abusones. De mente obtusa, se mueven y opinan en manada. Tienden a reírse de la opinión de los demás y son proclives a la violencia verbal. Cuando les citas en el parque para dejarles la cara como un puto Ecce Homo, suelen seguir el juego, pero sólo delante de la pantalla.

- El soccerman. Sólo habla de futbol. Fin.

- El “jevi”. A la mayoría de aquí nos toco serlo y lo seguimos siendo en las redes. Entendemos de nuestra música, se nos ve de lejos y tenemos tendencia a la bondad. Plantamos cara a los abusones y nos hemos llevado alguna que otra hostia por nuestra rebeldía. Somos los que primero saltamos cuando algo es injusto y no toleramos que nos pisen, ni a nosotros ni a los nuestros. Nos molan las espadas y la historia. Con los años somos todos vikingos y lo hacemos saber con cuervos, hachas y drakkars atracados en nuestros muros.

La gran diferencia entre un aula y facebook, es que en este último no hay consecuencias por insultar o amenazar. A no ser que hagas un rap sobre el rey y te metan 3 años en la cárcel.

Este veneno va especialmente dedicado a quienes se divierten en las redes molestando, insultando y humillando por las opiniones de los demás. Bullies siempre los hubo, pero las redes les dan inmunidad que no tenían en el patio del colegio.

Salgamos a los parques, hablemos a la cara, volvamos a ser auténticos. Las redes nos están convirtiendo en niños burbuja que no son capaces de enfrentarse a la realidad y sus consecuencias.

Salid de casa y pagad al verdugo.


© Diario de un Metalhead 2017.

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