Por Diego Rodríguez Liébanas.
De vez en cuando recibo emails de Larry en los que me adjunta información y enlaces de un grupo con algo escueto como “Escúchalos, puede que te gusten” o similar. Como ya nos vamos conociendo el margen de error se reduce y, generalmente, suele acertar haciéndome llegar material interesante. En el caso de este disco de los italianos Ufosonic Generator ha dado completamente en el clavo ya que se juntan el hambre con las ganas de comer. ¿Por qué? Porque no sólo se trata de un gran álbum analizándolo de forma objetiva sino que procede de esa escuela Sabbath que lleva haciéndome disfrutar desde mi más tierna adolescencia. Si tuviera que quedarme con un sonido, con una forma de riffear, con una cadencia… elegiría precisamente al maestro Iommi como orco que sigue a Sauron.
Pero todos sabemos que detrás de esas palabras se esconde una falsedad ya que no son “un” sonido, “una” forma de riffear o “una” cadencia las que proceden de “El Maestro” sino que son múltiples las posibilidades que se ofrecen cosa que los hacedores de “The Evil Smoke Possession” han tenido muy en cuenta ya que son capaces de facturar canciones lentas, rápidas, largas, cortas, simples, rebuscadas, melódicas, planas… llevándose todas ellas calificaciones elevadas.
Partiendo de un Doom poco radical con reminiscencias de los setenta, enriquecen su propuesta a lo largo del disco con momentos Stoner que se alternan con otros Hard Rock endureciéndose también de forma ocasional en plan Heavy Metal. ¿Bandas que se me vienen a la mente además de Sabbath? Pentagram y la producción más asequible de Cathedral y Candlemass. Y es que se trata de una obra muy accesible que viene con diversión garantizada. Cada canción tiene su propio gancho y cuando se acaba un tema bueno no lo echas de menos porque viene otro mejor. ¿Quiénes destacan a nivel musical? Pues Gojira y DD Morris jejeje… Sí, no es broma. Ya sabéis cómo son los italianos con eso de ponerse nombres inventados y por lo que he podido ver estos de Ufosonic Generator son unos fumetas muy cachondos. Gojira canta pero no os esperéis, debido a ese nombre (Godzilla en japonés), guturalidades ni interpretaciones extremas de ningún tipo. No van por ahí los tiros, ni falta que hace porque su timbre, áspero y potente, proyecta fuerza y energía a raudales en cada intervención. Sin dejar de lado el gusto por la melodía lo suyo no es el detalle ni lo minucioso. Va a saco y arrasa pero sin apabullar.
No le va a la zaga DD Morris, una máquina inagotable de componer y ejecutar riffs molones que se compenetran a las mil maravillas con la voz de Gojira. Es sorprendente como te está molando una parte cualquiera, intuyes que viene el cambio de ritmo, porque les va mucho eso de cambiar de ritmo, y la parte que viene te deja completamente satisfecho ya que consiguen que cada corte alcance su máximo de potencialidad creciendo hasta su tope pero sin que suene recargado. Miguel Bell, bajista, endurece las canciones con un sonido compacto y rudo. No para de hacer de las suyas junto con el batería S. MacManchester como si de seres hiperactivos se tratara siendo básicos para que todos aquellos huecos que dejan cantante y guitarrista queden perfectamente pertrechados. Lo de las texturas, cadencias y grosores no les preocupa en demasía pero sí construyen los temas alrededor de una lógica que supone anticipar en cierta manera lo que viene después ya sea esbozando el propio riff anteriormente o tomando alguna parte y desarrollándola a menor y mayor velocidad.
Vamos a hablar un poco de las canciones. “A Sinful Portrait” da el pistoletazo de salida con ese riff de guitarra que se te queda grabado en la memoria, siguiéndole la magnífica y metalera “Anapest” con la que es imposible dejar de mover el cuello y en la que destaca sobremanera el trabajo de S. MacManchester. Vienen después la rápida “Master Of Godspeed”, con partes más rebuscadas y ese temazo que es “Meridian Daemon”, uno de los mejores del disco. En “Silver Bell Meadows” nos topamos con el corte más puramente Doom para terminar con el riff adictivo, facilón y efectivo de “Mowing Devil” y la canción definitiva, la homónima “The Evil Smoke Possession”, con la que consiguen sublimar su propuesta. ¿No tiene nada malo? Pues… No. Bueno, si me apuras, yo le hubiera metido otro sonido de bajo más grave y amplio pero ya ves que osadía por mi parte con el nivelazo que despliega Miguel Bell a las cuatro cuerdas. Seguramente daría al traste con la energía y el empuje que desprende el álbum. Cuando escucho este disco se me vienen a la cabeza las palabras de John Bonham acerca de “Supernaut”, su tema favorito de Black Sabbath, perteneciente al Volumen 4, del cual decía que le volvía loco la tensión y el nervio que destila. Tiempo después Iommi reconoció que ese vigor venía precedido en aquella grabación de un consumo de cocaína alocado.
Pues la gente de Ufosonic Generator ha logrado gestar una obra que recupera esa fortaleza y ese nervio pero a partir de un consumo alocado de marihuana. ¿Cómo lo han logrado? Misterio.
