miércoles, 11 de enero de 2017

COTARD: Ojibwa (2016 - Autoedición).


Por Larry Runner.

COTARD son una banda de Alcalá de Henares, que si bien llevan años dándole, es ahora, con la entrada de una mujer al frente, cuando han empezado a llegar a un público más amplio. Tras el título de “Ojibwa” presentan un puñado de canciones que pueden hacértelo pasar bien.

A medio camino entre el hard rock y el heavy metal; entre el metal de este siglo y el heavy más clásico; entre el rock n’ roll y el prog; es decir, sumando de todo un poco, nace un disco con diez temas más intro que no te pueden dejar indiferente si les das una oportunidad.


Sin artificio alguno, COTARD basan toda su energía en una contundente sección rítmica sobre la que destacan los agresivos riffs de la guitarra de Carlos Sánchez. Rítmicas con buen cuerpo y solos que no roban protagonismo a los estribillos, son la esencia de un buen puñado de canciones que enganchan.

El disco gusta más cuanto más se escucha, aunque puede, digo puede, que no entre de primeras, salvo, por supuesto del hit inicial “Al Despertar”, un temazo que no te cansarás de escuchar una y otra vez.


Las letras, compuestas de forma inteligente, son ejecutadas a la perfección por la mejor nueva voz femenina que he escuchado en el último año: Celia Noguera. Espectaculares las dotes vocales de la moza, el chorrazo de voz que desprende y que te deja perplejo. Desprende una energía que hace crecer las canciones probablemente mucho mas allá de lo imaginable cuando se compusieron. Enorme el trabajo de la vocalista que sin duda alguna es el principal activo de la formación.

De todas formas, a pesar de ser un muy buen disco, creo que “Ojibwa” va de más a menos. Estando en la primera mitad del álbum lo mejor del mismo con la citada “Al Despertar”, “La noche de los tiempos” o la fantástica “Mi hora”. En la parte final del álbum, el feeling decrece en parte, las composiciones quizás no sean tan buenas y ni siquiera la colaboración de Oscar Sancho de Lujuria en “Contra el Muro” hace que mi opinión pueda cambiar. La cara b sin ser mala, no está al nivel de la primera. Si así fuese, estaríamos hablando del disco del año en 2016. Aún así es un disco bárbaro. 

Por muchos años: COTARD.








© Diario de un Metalhead 2016.

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