sábado, 10 de diciembre de 2016

AIRBOURNE: SOLD-OUT FOR THE ROCK N' ROLL. 05.12.2016. Bilbao. Crónica y fotos.


Texto: Larry Runner.
Fotos: Sergio Blanco.

Llevaba tiempo sin pisar la ciudad más grande del mundo, Bilbao, mi querido Bilbao ahora y siempre. Demasiado tiempo sin visitar esa amada ciudad de la que guardo tantos y tan buenos recuerdos. La visita de AIRBOURNE era una excelente disculpa para regresar y Sergio Blanco no tuvo que forzar demasiado para convencerme de irnos a ver a los australianos. Iba a ser una noche de rock, con sold-out y en la que veríamos a algunos amigos que por la distancia hacía tiempo que no lográbamos coincidir. Siempre viene bien intercambiar abrazos.


La expectación era enorme. No había más que echar un vistazo al foso y ver que los mejores fotógrafos del cantábrico estaban allí metidos jugándose el salir rociados de cerveza por el señor Joel O'Keeffe como así fue. Blanco, Malvido, Sanz, Endemaño y bastantes más se las vieron y desearon jodidas para poder revolver en su reducido espacio espacio de trabajo para que otros podamos disfrutar de las fantásticas instantáneas que luego nos regalan como las de Sergio Blanco que acompañan esta entrada.


AIRBOURNE pasaron por la Santana27 de Bilbao como un bombardero. Sus canciones fueron una avalancha sin recesos. Como es habitual en esta gira "Ready to Rock" sirvió para arrancar una intensa actuación que no bajó de revoluciones en ningún momento. La sala a reventar, con el “Sold Out” en la puerta y cuernos en alto con todo el mundo coreando el tema como si en ello les fuera la vida. Desde el primer instante todos entregados a la causa de los australianos, que con AC/DC y Rose Tattoo dando los coletazos del ahogo final, muy pronto serán la referencia del rock de su país.

Con ellos esta forma de hacer hard rock que implantaran en su día esas bandas referencia está asegurada para muchos años. Y es que los hay que siguen diciendo que han copiado el sonido y que eso lo hace cualquiera. Pues no, no es tan fácil. Lo han intentado muchos, pero nadie lo ha llevado a la altura de AIRBOURNE. El cuarteto que capitanea Joel O'Keeffe a base de temazos, se ha ganado una reputación más que merecida a base de himnos, de canciones que ya son clásicos como “Too Much, Too Young, Too Fast”, y que en cuanto suenan en un bar todo el mundo ya reconoce. El famoso hit fue la segunda de la noche para definitivamente lograr la subida de temperatura que ya no bajaría en toda la noche.



En dos temas nadie podía acordarse ya de LEOGUN, los británicos setenteros que les acompañaban. Y es que si bien el trío no se lo montaba nada mal, su dosis de psicodelia y el rollo místico virtuosista acabó un poco por aburrir. Aunque bien es verdad que hubo momentos especiales como con “Medicine” donde arrancaron buenos aplausos, aunque luego volvieron a las andadas y consiguieron que al despedirse a nadie le diese demasiada pena.

“Chewin' the Fat” es acompañada de palmas y detrás llegó "Rivalry", la primera de las nuevas de su  nuevo “Breakin' Outta Hell” que en teoría venían presentando, aunque maltratándolo bastante en su repertorio, pues tiraron más de hits que del nuevo álbum, del que apenas sonaron 2 ó 3.


Y es que con tanto temazo en sus discos, comienza a ser complicado ofrecer un repertorio en el que no se queden temas emblemáticos fuera. Cualquiera se atreve a dejar apartadas canciones como “Girls in Black” que vuelven loca a la gente y también a la banda y al mismísimo Joel O'Keeffe. Sabíamos que alguna iba a liar, y ante la ausencia de torres a las que subirse, fue a mezclarse con la gente por las pasarelas de parte alta de la sala y patearse toda la zona de lado a lado no sin antes colgarse en la barandilla más alta. Todo ello sin dejar de tocar, por supuesto. Todo por el rock n’ roll. 

A falta de llamas, fueron bienvenidos los chorros de humo colocados en la parte delantera del escenario que les acompañaron en “Breakin' Outta Hell”, la canción que da título a su nuevo trabajo. Fue  justo antes de sacar un enorme foco y dar luz directa desde el escenario al público para hacer cantar una y otra vez.  “Stand Up for Rock 'n' Roll” la empezaron de espaldas al público y a la vuelta cervezas al viento. Se despidieron con ella. Pero era demasiado poco y tuvieron que volver para un bis.


“Live it up” de su anterior “Black Dog Barking” volvió a poner la Santana 27 patas arriba. Fue justo antes de despedirse del Basque Country, y comenzar con la traca final del “Runnin' Wild” en el que tiró del show de abrirse las latas de cerveza con la cabeza. Las primeras filas salieron regadas del zumo de cebada, como ya les había ocurrido a los fotógrafos en el comienzo. Agua bendita para un público que salió contento y al que la noche se le hizo corta, aunque con bandas como AIRBOURNE eso es normal. Si hubiesen tocado media hora más, también habría sido corto. Siempre pasa igual con los muy buenos.

© Diario de un Metalhead 2016.

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