lunes, 18 de julio de 2016

STUCK MOJO: Here Come The Infields (2016- Stuck Mojo Music) USA.


By Simón García López

No tenía pensado hacer esta reseña, pero al final me he decidido no tanto por la calidad de este disco que tengo entre manos sino por el grupo del que viene.

STUCK MOJO fue uno de los grupos más importantes dentro de la hornada de nuevo metal que a principios de los 90 comenzaron a salir por todos lados. Y destaco nuevo metal porque nacieron antes de que el Nu metal apareciese y explotase con Korn. Antes de todo eso había una serie de grupos que ya experimentaban mezclando el metal con el rap, con lo industrial, o con el funk. Faith no More, White Zombie, NIN o Rage Against the Machine eran grupos de esos que iban a lo suyo. En esa nueva ola estaban STUCK MOJO. Practicaban un rap metal con una base musical muy cercana a Pantera y junto a grupos como los suecos Clawfinger pusieron de moda esa mezcla de estilos tan curiosa y que tan bien funcionó en los 90.


Century Media los fichó sin pensárselo para editar su primer disco Snappin´ Necks editado en 1995 punto de partida de una prometedora carrera. Un grupo potente hasta el extremo con una gran actitud en directo. Tan solo un año después apareció su segundo disco y desde mi punto de vista su mejor trabajo y más original titulado Pigwalk. Para la producción se pusieron en las manos de Devin Townsend y eso se notó. Crearon un disco cargado de riffs bestiales (Devin estaba a punto de editar City con Strapping Young Lad desarrollando su vena más extrema hasta la fecha), consiguiendo una mezcla perfecta de rap metal industrial con mucho ritmo y estribillos pegadizos. STUCK MOJO se habían consagrado como grupo de referencia a nivel mundial.

Dos años después en 1998 regresaron con su disco más exitoso titulado Rising con el que llegaron al 48 del Billboard americano, en este caso con Andy Sneap a los mandos (Andy siempre te estaré agradecido por cómo hiciste sonar las guitarras del Disembody de Skinlab, de la misma manera que los vecinos siempre te odiarán por ello.)  Rising era un disco más cercano a Snappin´ Necks fuera de la influencia de Devin, profundizando los extremos de su música y sonando más brutal lo brutal, y más pegadizo y comercial lo pegadizo y comercial.

Tras la edición de su único directo HVY1, circunstancia que siempre suele ser un punto de inflexión la vida de un grupo y justo antes de su disolución, el grupo editó Declaration of a headhunter un buen disco de nuevo que ponía más de manifiesto la tendencia del grupo hacia los estribillos más comerciales sin abandonar la potencia, relegando a un segundo plano el aspecto rap que les había identificado desde siempre. Esto se explicaba por la ruptura de relaciones entre Bonz, el cantante de siempre y el guitarra Richard Ward.

A partir de ahí se disuelven y en 2006 vuelven a la actividad con el rapero Lord Nelson sustituyendo a Bonz.

Sinceramente desde su reunión nunca más me he vuelto a preocupar por la banda hasta esta semana que me he encontrado su nuevo disco Here come the Infidels. Disco flojito, como una lectura de verano. No hay nada malo en el disco. Los riffs, las melodías vocales y estribillos están bien, al igual que los punteos y el sonido que es perfecto, pero tampoco aportan nada de verdad bueno. Es una evolución inofensiva del Declaration. Me recuerda a la sensación que me causó Zeros & Heroes de Clawfinger. Está bien pero a estas alturas a un grupo así se le exige algo más. Clawfinger se dieron cuenta de la falta de entusiasmo que ese disco transmitía y en sus dos últimos trabajos potenciaron la fórmula aumentando la agresividad, complejidad dentro de los límites de su propuesta y potencia. Ojalá STUCK MOJO en un futuro lo vean de la misma manera. A día de hoy me recuerdan más a Linkin Park que a Pantera y a mí por ahí no me ganan.


Creo que el disco le puede gustar a un amante de la hornada más comercial del Nu metal y no lo digo como algo peyorativo, lo digo de corazón con lo cual creo que tiene su interés. Lo recomendaría y recomiendo a cualquier amante de ese estilo. Estoy seguro de que ellos disfrutarán este disco. Para todos los demás, si algún día se os apetece probar, hacedlo, pero si antaño habéis sido fans de la banda creo poder asegurar que volveréis a lo viejo y aparcaréis esto.

Destacaría del disco Rape Whistle un tema muy Rising, I am Legion y la entrada de Tamborine porque te sacan un poco del letargo general. Lo demás lo dejo para aquellos a quienes he recomendado el disco.


Por cierto, lo produce de nuevo Andy Sneap y como antes he destacado, el sonido es inmaculado, pero Andy me gustabas más hace 15 o 20 años. Creo que a día de hoy mis vecinos se alegrarían de ver tu evolución.








© Diario de un Metalhead 2016.

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