viernes, 22 de julio de 2016

RESURRECTION FEST 2016. 7.8 y 9.07.2016. Crónica y Fotos. Parte 2/2.


By Larry Runner.

VIERNES
Una vez más tuvimos que perdernos buena parte de la jornada por motivos laborables. Llegamos cuando el abrasador sol de la mañana comenzaba a apagarse y perdiéndonos las actuaciones de grandes bandas como Desakato, [In Mute], Avulsed, Hamlet o Battlecross. Una pena, pues viendo algunos videos en youtube me doy cuenta de la dimensión de sus conciertos y de las que liaron, con algún wall of death realmente apoteósico.

Me llamó la atención escuchar de voz de alguna gente que “vaya como molan Hamlet en directo”, o “vaya bien que se lo montan [In Mute]”, como si fueran grupos que no tocan nunca. Todas las bandas de la mañana son famosas por dejarse la vida en la carretera cada fin de semana. Disculpas para no haberlos visto nunca antes, muy pocas. Todos los que hemos tenido interés en mover el culo del sofá los hemos visto en los últimos tiempos de una u otra forma y si hemos querido incluso varias veces. Por contar un caso muy reciente y modo de anécdota personal a Hamlet me los perdí en el "Resu", pero los había visto hacía nada en el Z! Live Rock de Zamora, aunque fue aquí donde pude hacerme una foto con Molly, al que pillé en el bar. A finales de agosto los podré volver a ver en el Unirock 2016. No será por falta de actividad en las bandas, ¿verdad? Siento no poder hablar de ellas, aunque en nuestra web son habituales.

Angelus Apatrida

ANGELUS APATRIDA fue mi personal punto de partida de la jornada. Fue asombrosa la capacidad de convocatoria de los de Albacete. Frente al Chaos Stage éramos muchedumbre y ya con el arranque se montó un animado círculo en el pit. Vomitive, Of Men and Tyrants ... hemos hablado mucho de ellos este pasado invierno, poco nos queda qué añadir. Son enormes, son una banda de nivel internacional y sus últimas giras por Latinoamérica, Asia y en la tierra de los koalas así lo demuestran. Nuestros lectores y oyentes les adoran, su último Hidden Evolution fue elegido disco del año por ellos. Son tan extraordinarios que empiezan a aflorar envidiosos enemigos que les critican como viejas desesperadas. Volvieron a brindar otra lección de lo que es el thrash metal de hoy en día, sonando modernos y a la vez sin traicionar lo básico del estilo. Muy grandes, como diría Oscar de Lujuria, “joda a quién joda”. El único pero, la coincidencia con RISE OF THE NORTHSTAR en el Ritual Stage. Me hubiese gustado verles también.

Angelus Apatrida

Los escenarios grandes estaban acaparados por las hordas metaleras y mientras los amantes del hardcore se sentían marginados en el Ritual Stage, pero llegaba el momento de desquitarse. HATEBREED en el Main Stage y lo del “Destroy Everything” parecía que no se iba a quedar en eslogan. Menudas palizas que se pegaron algunos en el pit. Menuda intensidad, menudos empujones, menuda locura. Parecía que algunos se habían estado reservando para el momento. Yo creo que de hecho algunos vinieron para ver a los de New Haven, a MADBALL y si me apuras un poco a MUNICIPAL WASTE. ¡Bru-ta-les! Y quizás indispensables en el RESURRECTION FEST. El “Resu de siempre” que tanto añoran algunos, había estado presente.

Gojira

Lo de los franceses GOJIRA en el Main Stage fue apoteósico. Si alguien está indignado con ellos por el giro que han dado con Magma, lo siento por él. Superiores en todos los sentidos ofrecieron un show sin demasiadas florituras visuales, con una lona negra con su logo de fondo, aunque, eso sí, tirando de fuego. Sin falta de trampas, sonaron impecables, de hecho fue la primera vez que experimenté la sensación de estar en un festival en el extranjero. Su repertorio, perfectamente escogido, fue mezcla de clásicos y de los nuevos hits del sensacional Magma, cuyos pepinazos Silvera y Stranded fueron recibidos con especial regocijo para desgracia de los nuevos “haters”. Impresionantes.

Dark Tranquillity

DARK TRANQUILLITY actuaron justo después de los franceses y también nos hicieron felices, si cabe en mi caso aún más. Tenían sólo una hora y eso, evidentemente, recortaron su repertorio  de gira habitual. Desde la inicial The Science of Noise, aunque no sonase bien del todo al principio, sabíamos que iba a ser inolvidable. Es increíble el encanto que desprenden desde el escenario sin falta de demasiados aditivos. Sin duda el grupo más infravalorado del sonido Goteborg. Canciones como The Mundane and the Magic ponían los pelos de punta y a más de una y también de alguno con barba, se le escapaban las lágrimas. Magia pura. ThereIn fue “el tema”. Fue muy emocionante ver como cantábamos aquello de “It was solid, Yet everchanging, It was different, Yet the same, So I starve myself for energy”. Se fueron con Final Resistance y Misery’s Crown entre los “oé, oé” y una gran ovación. Fue la única banda en todo el festival que realmente me dejó con ganas de más.

Dark Tranquillity

THE OFFSPRING deben ser sin duda el grupo más mainstream que ha pisado el “Resu”. Haría como 20 años que no escuchaba un disco suyo y casi me conocía todos los temas. Probablemente esa misma sensación tuvieron otros muchos presentes. Era ya tarde y la cerveza y otros aliados provocaban su efecto en la muchedumbre. Así que todo el mundo a bailar.

MADBALL son el grupo enseña del festival. Era -creo recordar- la quinta vez que se presentaban en el RESURRECTION FEST y su relación con la organización, su integración con Viveiro, es algo de lo que ninguna otra banda puede presumir, ni siquiera las estatales. Incluso se acordaron de Melchor Roel, el alcalde ya fallecido que pegó el empujón al festival. Enormes.


SÁBADO
El sábado era el día de IRON MAIDEN y punto. Daba igual quien tocara, la inmensa mayoría de la gente estaba presente por lo que estaba. No había más que observar la indumentaria del público, con abrumadora mayoría de gente ataviada con camisetas de “The Irons”. Y es que si hay unos fans fieles son los de la banda de Harris, para los que el sexteto es como un club de fútbol, casi una religión. Los fans de IRON MAIDEN acuden siempre “de uniforme”, puede gustar más o menos y como rezaba un eslogan de mi equipo de fútbol el pasado año "lo entiendes si estás dentro”. No es momento de ponerse a explicarlo. A los que somos realmente fans de la banda nos da igual que les critiquen, nos da igual que digan que Bruce Dickinson esto o lo otro, nos la sopla bastante. Si alguien pensaba que el RESURRECTION FEST se equivocaba contratándoles, es que sabe muy poco de lo que es montar un evento. Los que tenemos dos dedos de frente sabíamos desde el primer momento que IRON MAIDEN iba a reventar el “Resu”, y así fue. Sold-Out para la jornada del sábado y posteriormente para los abonos, pues muchos compraron el acceso para los tres días a pesar de que sólo tenían pensado acudir el sábado. Sí, IRON MAIDEN, aquí “los Maiden” y en el resto del mundo “The Irons” iban a actuar a las 21h, pero antes iban a ocurrir muchas cosas.


Tras dos jornadas de poco dormir y sin comer caliente, nos tomamos el sábado de forma más pausada. Necesitábamos descansar nuestro viejo cuerpo y aparecimos por el recinto cuando DESTRUCTION estaban a punto de pisar las tablas.

Destruction

Los teutones comenzaron con su orgía thrash con Under Attack y seguida llegó Curse the Gods. El sol castigaba nuestra espalda y las cervezas duraban nada. Los más precavidos se rociaban con protector para el sol y otros con todo tipo de sombreros, aunque no faltaban los que absurdamente ponían la mano en su frente por tener la visera de su gorra mirando para atrás. Nailed to the Cross pareció despertar en el pit a los hasta entonces aletargados metalheads. Quizás porque el técnico de turno se empeñaba en una y otra vez deslucir el show con un doble bombo ensordecedor y una guitarra muy baja de volumen. Aún así con Second to None ya había muchos atrevidos practicando el crowdsurfing, especialidad “deportiva” prohibida en tierras del sur y que aquí, como ocurre en todos los grandes festivales que se precien, sí se puede practicar. Lástima de sonido, pero a pesar de ello, bien.

SHINING (NOR) eran los siguiente en el Ritual Stage. Son de esas bandas que dan la sensación de querer hacer muchas cosas en su música y que en esa variedad, o te arrastran, te enganchan y te haces fan, o como es mi caso, pasas de ellas. Y es que acudí a verles un rato y me aburrieron soberanamente, aunque un buen puñado de fieles y algunos curiosos parecían disfrutar de lo lindo de los noruegos. Yo, la verdad, no entiendo su propuesta techno-jazz-metal con trompeta o como dicen los más entendidos: Avant-Garde. Demasiado eclécticos y vanguardistas para mí.


BULLET FOR MY VALENTINE. En 2004, cuando les descubrí con Hand of Blood y posteriormente con The Poison en 2005, era muy fan. Algunos amigos me dieron buena caña por ello en aquella época en la que yo les defendía en mi “Fotolog”. Scream Aim Fire fue el último disco que me compré de su ya larga discografía, y aún de aquella disfruté bastante con su música. Bien que me dejé llevar con aquello del “over the top, over the top”. Desde entonces he ido cuesta abajo con ellos. No es que sean malos, al contrario, creo que son mucho mejores músicos, pero su estilo se me hace repetitivo, casi diría que, cansino. El calor castigaba, el ansia me vencía. Me piré pronto para pillar un sitio decente en el Ritual Stage para ver por vez primera en mi vida a MUNICIPAL WASTE.

Municipal Waste

MUNICIPAL WASTE era una de las bandas que no me podía perder bajo ningún concepto. Los reyes del crossover actual por una u otra razón nunca se habían cruzado en mi camino, algo que me retorcía el estómago pues en mi estantería están todos sus discos y en el armario hay camisetas suyas pardas de tanto uso y hasta una chupa. Fue uno de los mejores momentos del festival a nivel particular. La locura en el pit fue bestial e incluso al bueno del colega Jaime se le salió el hombro del sitio. Celebro haber estado completamente cuerdo para no haber perdido los papeles y quedarme en segunda línea apuntando lo que iban tocando. Con una lona en la que Donald Trump figuraba volándose los sesos, abrieron con Unleash the Bastards como en ellos es habitual y a partir de ahí fue un no parar sin descanso alguno, con momentos especiales como el I Want to Kill the President que fue continuado con I Want to Kill Donald Trump. Terminaron a lo grande con todo el mundo cuernos al aire al son de Sadistic Magician y disfrutando muy mucho con la final Born To Party. A veces las cosas más sencillas son las que más te hacen disfrutar.

Iron Maiden

IRON MAIDEN. Y por fin llegó el momento, la hora que todos esperaban, unos por ser realmente fans, otros por curiosidad y algunos por simplemente decir que estaban allí para luego a la vuelta poder descargar bilis criticando. Llegó la hora de IRON MAIDEN que aterrizaron con todo su arsenal de escenario, sol mexicano en el techo incluido. Una fantástica explosión y combinación de luz y de sonido que empezó a las nueve en punto de la noche para ofrecer el habitual repertorio que están ejecutando en esta gira de The Book of Souls. Seis largos temas nuevos -que en vivo se me hicieron cortísimos- y ocho hits de los de toda la vida para contentar a los que les ven menos y no siguen su trayectoria o dicen no tener interés desde el Seventh Son of a Seventh Son, que de todo hay.


A los que como yo les seguimos habitualmente, les agradecemos enormemente que varíen el set-list, que metan temas del nuevo disco o que recuperen joyas del pasado como Children of the Damned. Fue la tercera de la noche y me tuve que poner las gafas de sol para disimular el agüilla. Powerslave fue también muy especial -con Dickinson luciendo careta de lucha libre mexicana- y el mono en el cuello y la careta al revés en Death of Glory demuestra que a pesar de los años a Bruce no se le pasan las ganas de fiesta y de disfrute sobre las tablas. En The Book of Souls arrancó el corazón a Eddie y lo arrojó al público. Espero que el que lo cazase sepa lo que vale esa joya. Ver luego la versión gigante de Eddie mientras sonaba Iron Maiden fue sentirse vivo.


Musicalmente son insuperables y el único pero podría venir en el ataque a su vocalista. Pero amigos, Bruce Dickinson demostró ser el más grande. A pesar de sus 60 años y de haber superado recientemente un cáncer de lengua -con un feroz tratamiento con quimio- corrió arriba y abajo incansable, mostrando una forma física de la que muy pocos entre la audiencia podrían presumir aún teniendo la mitad de años. De voz está intratable, y no hay nadie con una trayectoria como la suya a la espalda que lo haga mejor. Dicen que en algunos agudos separa el micro. Eso lo hacen hasta algunos con 40 años menos. 


He leído en los últimos días en alguna parte que no sonaron bien. Supongo que dependería un poco de la situación de cada uno frente al escenario. Yo los vi bastante alante y sin ser el lugar ideal para percibir el sonido en todo su esplendor, lo escuché todo de puta madre. Sigo sin aceptar las monadas de Janick Gers, a veces llega a ponerme nervioso, pero procuras llevar la mirada a Adrian Smith, a Harris o a cualquier otra parte y asunto arreglado. Dickinson tuvo el detalle de felicitar al anfitrión Iván Méndez por su trigésimo cumpleaños. IRON MAIDEN han sido sin duda alguna el mayor acierto del RESURRECTION FEST. Habrá un antes y un después. El festival ha dado el salto, se ha colocado en el mapa mundial y ha creado un precedente para que futuras grandes bandas sepan que en Viveiro ya pueden con todo y que no les asustan los retos. Enormes, inmortales, como ya lo es el RESURRECTION FEST.


Tras el bolazo de IRON MAIDEN acudí a recuperar fuerzas sacrificando la actuación de ENTOMBED A.D. a los que vi no hace mucho en Asturias y a los que podré ver en apenas dos semanas en Wacken y mi regreso al campo de juego fue para ver a ABBATH.

Abbath

ABBATH fue un poco decepcionante, y lo digo porque creo que el show nunca llegó a coger ritmo, con largos parones y un líder que parece ser que no se encontraba en las mejores condiciones de salud. Saltó a escena echando fuego por la boca a ritmo de To War! Una vez más regresó a mi la sensación de estar en un festival europeo, por el sonido, por lo grandioso del Main Stage y por la puesta en escena de los noruegos, aunque éramos muy pocos los presentes frente al Main tras la desbandada post-Maiden. En mitad del concierto Abbath detuvo el show y abandonó el escenario. Tras un par de minutos de incertidumbre su bajista saltó de nuevo para improvisar un solo y unos minutos más tarde continuaron con una actuación que como digo, nunca llegó a coger el ritmo. Temas de su disco en solitario, el Warriors de I y algunos clásicos de Immortal completaron su repertorio que terminó más frío aún que empezó con el One by One de Immortal. Congelados.


El físico no daba para más. Alguno se ofenderá por no habernos quedado a ver al resto de bandas, pero de las cuatro siguientes a tres ya las había visto en la distancia corta, que es donde uno realmente ve a los grupos en todo su esplendor. Los inviernos son muy largos, y por aquí sabemos aprovecharlos.

Se acababa el “Resu”, el mejor de la historia. Fue genial ver a tanta gente en Viveiro. Se dice que 80.000 personas en el total del festival. A ver dónde leches se meten cada fin de semana y por qué vamos a las salas siempre los mismos.

Gracias RESURRECTION FEST. Gracias por tantas horas de felicidad y gracias a Viveiro, a ese pueblo que nos acoge con los brazos abiertos. Eso es algo fundamental en el éxito de un festival. En otros sitios sería impensable montar algo así.

Larga vida al RESURRECTION FEST!

© Diario de un Metalhead 2016.

+ sobre el RESURRECTION FEST aquí.