lunes, 20 de junio de 2016

DELDRAC: One Day More, One Day Less (2016, Psm Music)


By Larry Runner.

Suenan como una apisonadora. Te vienen de frente, como una horda de vikingos o si prefieres como una banda de moteros enfadados y dispuestos a repartir. Son una bofetada sonora.

Sonido crudo, duro, intenso, como el rugir de un tanque, sin un ápice de artificio, con mucho de 80’s, para que los puristas puedan disfrutar de una banda como pocas surgen hoy en día. Con ese rollo auténtico de aquella época en la que los Legion de Quimi Montañés eran una de las cuatro bandas grandes del género patrio.

Su música mantiene aquella esencia del rollo de aquí, pero evidentemente brotan sonidos que te hacen rememorar a grandes bandas, sobre todo en el aspecto guitarrero. Hay mucho de Megadeth en el álbum, y quizás también de Anthrax, aunque quedarse sólo en eso sería demasiado pobre, porque también hay una esencia power americano en el fondo. Toda esa mezcla te hace ir poco a poco cogiéndole al gusto, a veces con un tono oscuro a lo Voivod o incluso a Slayer como en Race for Life.

Throught Police es muy thrash de New York. Ponte los Adidas y empieza a mover tus greñas, precisamente esta es de las pocas bandas que vemos a la vieja usanza, todos melenudos, en un look acorde a la música que practican, con un un Eric Moya que en canciones como Then Some Bells May Chime tiene ese rollo Belladona que tanto me gusta.


Anthrax y Megadeth, dos nombres que todos conocemos. A la hora de rasgar salen los primeros, a la hora de los solos aparecen los segundos y el cabronazo del Moya a la voz cuando sube de tono es muy Belladona, pero cuando baja te recuerda a Mustaine, aunque no te lo pierdas, porque en algunas partes te canta a lo Ozzy o a lo Petrozza y te llega a despistar.

Una y otra vez te estoy dando referencias, y es que escuchando el disco me vienen todas ellas a la cabeza y es imposible no citarlas. La mezcla surte efecto, y el disco va transcurriendo, los minutos van pasando, y tú casi no te enteras. Entra fácil y eso que de comercialidad no tiene absolutamente nada. Es un disco para gente iniciada, y bien, en la materia.

Si, toca etiquetar, es thrash. Rudo como decía al principio, con mala uva. Aquí no hay sonrisas, no hay bailes, no hay bromas. Seriedad y crudeza. Lo tomas o lo dejas. Han venido a encontrar su espacio y no van a admitir prisioneros. Bendita invasión.






© Diario de un Metalhead 2016.

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