jueves, 26 de mayo de 2016

AND HARMONY DIES: Totenamt (2016 - Sliptrick Records) Italia.


By Larry Runner.

AND HARMONY DIES es una buena muestra de la decadencia que el heavy metal va experimentando con el paso del tiempo gracias a la manía de querer buscar nuevos sonidos, innovar y todas esas historias que a veces buscan los músicos para obtener la medalla de ser los primeros en algo.

Y es que con el paso de los años hemos pasado de heavy metal a metal, metal extremo y luego ya sólo extremo, sin metal siquiera. Algo así es lo que pasa con este dúo italiano, que de tanto querer innovar se les ha ido la pinza. Tanto han querido meter en este Totenamt (título en alemán que significa algo así como cadáver) que la han cagado. Y es que si bien hay partes metaleras y que tienen su rollo, hay otras realmente insoportables.

Canciones de funerales, agonías, penas y muertes. El tema puede dar mucho juego y realmente hay cosas buenas en el disco, pero cuando termina pareces sentir como una liberación. Y es que tanto cambio, tanta experimentación, tanto mestizaje y mezcla, hace que acabes hasta el culo. Aunque dependiendo de las inclinaciones de cada uno, quizás alguien considere Totenamt como una obra maestra, que de gustos no hay nada escrito.


The Day of The Spring Breeze, el tema que abre el disco es de lo mejor del álbum. Recuerda mucho al black metal de Dimmu Borgir cuando se ponen a full en el tema de orquestación. De ahí tiran los italianos en gran parte del álbum y en este corte con bastante acierto en algunas partes. En su afán por la experimentación meten algunas historias que sobran, pero el tema libra y hace que pienses en darle una oportunidad a uno de los discos más raros que seguro te vayas a encontrar. Voces limpias y guturales salidos del infierno en una onda Immortal con campanas de fondo y algún riff propio de Slayer que se ve cortado por orquestaciones en plan Béla Bartok. Raro de cojones.

Sometimes tira de blast beat y te hace pensar que el disco puede llegar a estar bien. Doble bombo y sigue con rollo made in Norway hasta que una vez más les da por romper el ritmo de la canción con milongas, violines y chorradas. Una pena. Cuando las guitarras desaparecen llega a ser infumable. ¿Os acordais de Mortiis? Pues algo así, ese rollo ambiental. Tanta atmósfera empieza a oler. Quizá para una banda sonora pueda llegar a tener un pase, eso sí. Demasiado Avantgarde para mí, pudiera ser.


The Fragility of a Moment (Intermezzo) es un corte sin nada de metal. La voz va en plan gótico, grave, como la de Ville Laihiala o más bien como la de Him. Gracias a Dios, dura poco. Es el claro ejemplo de las idas de pinza de la gente del metal cuando se deja influenciar por otras historias que nada tienen que ver con nuestro rollo. Prescindible.

A medida que van pasando los cortes el disco lleva ese rollo, mezcla de black metal con todo tipo de estilos musicales. Tan pronto te encuentras un solo en plan Brian May, unos pasajes doom como en Birthday -de lo mejor del álbum-, influencias jazz e incluso pop y techno. Siempre pasando por las orquestaciones, el piano, etc. Demasiada historia. Difícil de escuchar y más difícil intentar llegar a cogerle el punto o el ritmo.

Eso sí, la presentación y los textos son realmente estupendos. El digipack es acojonante. Si te va el rollo Avantgarde seguro que lo disfrutas. Si no, probablemente lo aborrezcas. Y es que en gran parte del disco el metal, como tal, no está.







© Diario de un Metalhead 2016.

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