By Diego Rodríguez Liébanas.
METAL CHURCH es uno de esos grupos que se quedó a
medio camino del éxito masivo pero cuyos cuatro discos iniciales son obras
imprescindibles. Los dos primeros, primitivos, oscuros, directos y algo sucios,
con David Wayne como cantante y los dos siguientes, ya con Mike Howe a las
voces, más eclécticos, melódicos y con un sonido más limpio.
Además de los cantantes, otro nombre se escribe con letras de oro en la historia de METAL CHURCH y ese es el de Kurdt Vanderhoof, fundador y principal compositor que en 1987 deja de girar para ocuparse de su estudio de grabación volviendo al seno de la banda en 1998. Durante todos esos años no dejó de componer material para el grupo ejerciendo de cerebro en la sombra.
Además de los cantantes, otro nombre se escribe con letras de oro en la historia de METAL CHURCH y ese es el de Kurdt Vanderhoof, fundador y principal compositor que en 1987 deja de girar para ocuparse de su estudio de grabación volviendo al seno de la banda en 1998. Durante todos esos años no dejó de componer material para el grupo ejerciendo de cerebro en la sombra.
Después de esos cuatro discos publican trabajos interesantes
pero que no gozan de la atención de los seguidores por lo que se toman un
descanso para volver en 1998 con David Wayne como cantante y un disco flojo como
es Masterpeace. Wayne abandona el barco definitivamente y el grupo desaparece
del mapa durante seis años. En 2004 entra en escena Ronnie Munroe, tercer
vocalista el cual, sin llegar a las cotas de carisma y calidad de sus
antecesores, llevó con holgura durante varios años el estandarte de METAL CHURCH en directo, con un estilo más prototípico pero poderoso, y debutando con
un buen disco como The Weight Of The World. Los siguientes trabajos, con otro
descanso largo de por medio, bajaron de calidad dejando a la banda bajo
mínimos.
Si nos fijamos en las fechas nos podemos dar cuenta fácilmente de que el nombre de METAL CHURCH es uno de esos que se debe señalar dentro de los pioneros en eso que llamamos Thrash Metal aunque su estilo se caracteriza por estar a medio camino entre el Heavy metal, el Thrash Metal y el US Power Metal. Como ha quedado referido anteriormente su sonido varía en sus primeras obras cuando su propuesta musical se puede considerar vanguardia durante algunos años. Después adoptan un estilo menos arriesgado sacando a la luz discos que, aunque no adolecen de cierto interés, parecen compuestos e interpretados con el piloto automático. Con estos antecedentes es innegable que la banda está ante una última oportunidad, no ya de reventar la banca, hazaña para la que perdieron todas sus opciones en el pasado, sino para reflotar un proyecto que les permita ganar prestigio y respeto y así poder girar por USA y Europa con solvencia.
¿Ha sido positiva la vuelta de Mike Howe? En los
retazos del proceso de grabación que nos han ofrecido vía redes sociales ya se
podía ver a un Mike Howe extramotivado pero es impresionante el estado de forma
en el que se encuentra y más si tenemos en cuenta que hace ya veinte años que
salió de METAL CHURCH y abandonó el negocio de la música. Hay gente que le incluye entre los grandes cantantes del género y siempre he pensado que
exageraban pero con este trabajo me quito el sombrero. Si lo escuchas con unos
cascos medianamente aceptables bien pareciera que está cantando cogiéndote de
la pechera y zarandeándote. Hacía tiempo que no escuchaba una interpretación
con tanta actitud, y subrayo lo de actitud, tan apasionada, agresiva y versátil
propios de alguien que lleva muy dentro el Heavy Metal y que tiene su propia
manera de interpretarlo. Nada que envidiar a los jóvenes talentos y muy por
encima de lo que nos están ofreciendo la mayoría de cantantes de su generación.
¿Recuperan las composiciones de este disco parte de la
garra, la calidad y la originalidad de la que hacían gala en sus buenos
tiempos? Tuvimos la oportunidad de escuchar Reset,
Killing Your Time y No Tomorrow, las tres primeras, antes de
que saliera el disco ya que fueron las elegidas para promocionarlo. Reset, agresiva y contundente, con un
aire muy NWOBHM nos obliga a poner nuestra atención sobre otro elemento
importante como es el buen trabajo realizado en la percusión del reputado Jeff
Plate, también en Savatage y Trans Siberian Orchestra. Killing Your Time lleva más carga melódica en las líneas vocales.
En ella también vemos como la labor de Kurdt Vanderhoof no se reduce únicamente
a la composición ya que junto a Rick Van Zandt realiza un trabajo de rítmicas realmente
excelente. No Tomorrow, tiene uno de
esos estribillos que se te incrusta en el cerebro razón por la cual seguramente
fue elegida para protagonizar videoclip.
La cuarta es Signal Path formada por diferentes partes
que se suceden con gusto y esa manera tan personal de interpretar que tiene
Mike Howe. Después de escuchar el disco varias veces tres canciones que en
principio no me habían llamado la atención emergieron con luz propia. La
primera es Sky Falls, canción que se
sustenta sobre un par de riffs rocosos para dejar carta blanca a un Mike Howe inmenso
que no desaprovecha la oportunidad. Después viene Needle & Suture, canción sencilla con un riff principal sobre
el que podría ir cabalgando hasta el fin del mundo. Shadow es un tema juguetón que tampoco hace mucho ruido de primeras
pero que con el paso de las escuchas se convierte en una delicatesen digna de
mención.
Después
de una serie de siete canciones de alta calidad el disco baja de nivel en su
segunda mitad. Blow Your Mind esboza
una atmósfera oscura aderezada por una serie de riffs
ampulosos pero a pesar de sus pretendidas ínfulas de canción grande no llega a
despegar. Soul Eating es un tema
correcto pero le falta sustancia cayendo irremediablemente en la mediocridad.
En It Waits se muestran ambas caras,
ya que después de una primera parte muy insulsa, consigue levantar el vuelo
proporcionando uno de los mejores momentos del álbum. Suffer Fools sigue en buena línea aportando espontaneidad, frescura
y cierto toque sucio convirtiéndose en uno de los destacados ya que es puro
nervio. Acabamos con Fan The Fire,
una canción correcta en la que adquiere protagonismo el bajo de Steve Unger. ¿Veredicto?
Prueba superada. Es verdad que con un par de temas menos el resultado hubiera
sido más redondo pero es innegable que esta decimoprimera entrega supone un
salto cualitativo importante con respecto a lo que habían publicado en este
siglo. A pesar de una segunda parte de disco irregular, el álbum tiene mucha
miga y nos pone en varias ocasiones frente a frente con la mejor versión de METAL CHURCH.
© Diario de un Metalhead 2016.
+ entradas firmadas por Diego aquí.
© Diario de un Metalhead 2016.
+ entradas firmadas por Diego aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario