By Sonia M.
Existen lo que yo denomino discos honestos. Este tipo de discos para mí son aquellos que lo que oyes es lo que hay, donde no hay mucho retoque y todo es muy claro y directo. Eso es lo que me encontré cuando me enchufé a los italianos HARD RESET.
Un hard rock honesto, diría yo, con toques del rock alternativo noventero que no desentonan. Todo ello sin mayores pretensiones que acompañar tus veladas de trabajo por casa o en tus paseos para despejar la mente. Con ello no insinúo que sea un disco aburrido y lento, si no que la velocidad es la adecuada y que a través de ella va brindándonos diferentes versiones de su buen hacer.
Ese toque previo a los "dosmiles", cuidado con mimo, con elegancia. Sé que suena raro pero para mí este plástico de HARD RESET es un disco amable, como un amigo cercano y sincero. No intenta venderte la moto. Te muestra lo que hay y así lo sientes.
Si hay algo que me ha atrapado mucho de esta creación, además de la parte instrumental muy centrada en armonías muy bonitas, es el registro de Sergio Strada a lo largo de los temas ya que para nada es monótono. Te hipnotiza con Tweed o Drawbridge o te hace levantar la vista del libro con Changing o What I hope to Find.
Sí, son 15 temas en 50 minutos y quizás en menos la cosa hubiese quedado más redonda, pero no les quito el mérito. Estas sonoridades me recuerdan a otros tiempos. Poder viajar gratis a través de la música es algo precioso. Y este disco es para disfrutarlo, para viajar con él. No es para romperte el cuello ni para gritarle cuatro cosas a la gente que te pone enferma. Es un disco para sentarte y leer tranquilamente, para degustar haciendo algo diferente. Matices de la tranquilidad, que también están muy bien. Date un respiro, que nunca viene mal.
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