By José A. Ruiz.
José Andrea , el que fuera la voz de los principios en el mundo del metal de mucha gente llegaba a Barcelona.
Segunda fecha de ese fin de semana y una de las primeras tras mucho tiempo en la península. Y es que no sé el porqué (o sí que lo sé) el ex de Mago triunfa mucho mas en Latinoamérica con su nueva banda JOSE ANDREA UROBOROS.
Segunda fecha de ese fin de semana y una de las primeras tras mucho tiempo en la península. Y es que no sé el porqué (o sí que lo sé) el ex de Mago triunfa mucho mas en Latinoamérica con su nueva banda JOSE ANDREA UROBOROS.
En fin a lo que vamos, en la Sala Bóveda, que algún día entenderé por qué grupos de cierto renombre siguen contratando, se presentaba como banda invitada SOMBRAS. Y digo se presentaba porque prácticamente así era. Tras la marcha de su cantante y alma mater y la mas reciente noticia de la también salida de su bajista y batería, presentaban a su nuevo vocalista. Y bueno... No sé bien cómo expresarme. Un grupo frío en el escenario, cero compenetración entre miembros (salvo cuatro pasos coreográficos) y un cantante con mucho camino por recorrer. Que sí, que era su primer concierto juntos, que sí, pero me pregunto yo... ¿Merece la pena dar un concierto tan mediocre sólo por no perder la oportunidad de telonear a un grande? Yo pienso que no. Habrá otra ocasión para verlos (o no).
Con Resurrección bajo el brazo venía el bueno de José Andrea. Un disco que en su día ya analizamos y que pese a que en un primer momento a mí no me llamó la atención, gana con las escuchas. Con una gran puesta en escena del cantante y con un José, en forma y embutido en uno de sus míticos pantalones de cuero apretados, se daba el pistoletazo de salida a una gran noche. Fueron cayendo temas de su último plástico y como perro viejo que es, colocó La Mujer Lobo, quizás su tema más complejo en cuanto a voz se refiere, al principio del concierto.
Sobre la banda, poco que decir... Gran compenetración de Peri y Quisquilla, forjada en tantos y tantos bolos con Mago y en esta nueva etapa y dos bestias a la guitarra. José Rubio era a priori una de las atracciones para mí de la noche y lo fue, pero sin lugar a dudas Chino fue el que más me sorprendió... ¡Que manera de tocar! El solo que nos brindó a medio concierto fue acojonante.
Por destacar, destacaría El Tren, Vanidad, Para que Nunca Amanezca y su grandísima Sobreviviendo. Obviamente también hubo tiempo para clásicos. No faltaron Hasta Que El Cuerpo Aguante, El Que Quiera Entender Que Entienda y Molinos de Viento, que cerró un gran Show en el que la gente disfrutó de nuevo de la magia del que fuera el 50% de Mago de Oz.
Aquí haré una reflexión, para aplaudir la actitud de José Andrea en esta aventura con Uroboros. Tres canciones de Mago de Oz, lo demás cosecha propia. Eso es echarle cojones al asunto. Lo fácil hubiese sido tirar de canciones anteriores y poner la sala patas arriba... Tocas El Pacto, Requiem, Jesus de Chamberí, El Fin del Camino y otras dos o tres y lo petas, pero no, todo lo contrario. Mi admiración completa. Fíjate tu por donde, que otros que yo me sé, no dejan de mirar al pasado, incluso habiendo renegado de él en su día ...
Resumiendo, una gran noche de rock con un gran cantante, que pese a no ser lo que era (lógico completamente) sabe muy bien de qué va esto y cómo hacer disfrutar a la gente. No dejéis de ver su directo.
© Diario de un Metalhead 2016.
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