domingo, 4 de octubre de 2015

DEVORANDO CORAZONES. Oviedo. 20.09.2015. WARCRY. Crónica y fotos.


Texto: Larry Runner.
Fotos: Sergio Blanco.

Entre un concierto y otro de WARCRY en casa pasan años. ¡AÑOS! Y es que el espectáculo que ofrecen los nuestros es más que especial y a día de hoy inédito en el heavy español, pero conlleva unos costos que hace que la contratación de la banda no esté al alcance de cualquiera. El caché del grupo no es alcanzable a todo tipo de bolsillos y sus conciertos, como bien sabe todo el mundo, son más bien escasos. En Asturias, a pesar de estar en casa, la situación no es distinta. Para más colmo hablamos de heavy metal, una música por la que los ayuntamientos de esta región nunca jamás apuestan y si lo hacen se encargan de marginarlo para que "no moleste" o de hacerlo tan sumamente mal, como para maltratarlo metiéndolo en un pabellón de horrible acústica o colocando el escenario sobre un río para que para una vez que viene una estrella realmente grande, eche a correr. Así se trabaja en Asturias el heavy a nivel institucional.


No sé quién coño fue el responsable final de las fiestas de San Mateo 2015, porque con tanto color político en el ayuntamiento y tanto bandazo y rectificación y reproches entre unos y otros, al final nadie sabe realmente quién fue el programador de lo que aconteció en la parte vieja de la ciudad. Pero por citar simplemente un detalle, a la hora en la que se celebraba el concierto de WARCRY en la Plaza de la Catedral, al otro lado del histórico edificio se celebraba el concurso Oviedo Rock. Todo muy guapo, o te perdías el concierto que llevabas años esperando o te perdías la actuación de unos amigos. Como te cuento. Y todo ello en domingo, que el lunes era fiesta en Oviedo, pero no en el resto de España, ni siquiera en el resto de Asturias, lo cual es siempre un restar a la hora de convocar al público. Pero bueno, fue un mal menor, el lunes era la final de Festiamas, con presencia metalera también, y eso sí que ya fue de juzgado de guardia. Nos lo tuvimos que perder, el martes se madrugaba y la fiesta no terminaba de madrugada. Ahí queda eso.


En este mar de desgracias tuvo que combatir WARCRY, y a pesar de ello, salió triunfante, con una Plaza de la Catedral que presentaba un gran aspecto, aunque no el llenazo que cabría esperar de haberse celebrado el concierto de sábado. Pero claro, esos días mejor para otro tipo de estilos, los de las melenas que se jo…

Fue una semana en la que casi nos tuvimos que frotar los ojos, pues la presencia de la banda en los medios regionales fue constante, aunque en algunos acudimos a espectáculos un tanto absurdos con preguntas estúpidas cargadas de clichés. Pero bueno, mejor eso que nada, pues desde el día posterior, en el que colaron algún detalle sobre la actuación, hasta el momento de publicar estas líneas han pasado dos semanas y todo lo que ha salido de ellos ha sido en El Musicón de El Comercio y gracias a que se comenta su visita Diario de un Metalhead. Y eso es todo amigos, como os cuento. Ni gira por México ni leches. Eso no debe ser importante. Luego sacan a otros porque van a tocar a Logroño, o la gira de no se cuantos que han logrado tocar en Riosa y Luanco.


No venía yo a escribir para quejarme, pero a veces las teclas llevan a uno a otros derroteros sin pensarlo demasiado y es necesario comentar la jugada tal y como a uno le afecta, y casi se hace indispensable el expulsar lo que te quema el corazón para que los de fuera se enteren. El heavy no interesa, sigue así y no va a cambiar. O comes pollas o te comes los mocos. Fin de la historia. Pero que les den, que la sigan mamando que decía Maradona. A media tarde en la Plaza de la Catedral había hasta banderas de Chile e incluso padres con niños que iban con toda la ilusión por ver a la banda, que además se mostró cercana y se bajó del escenario para saludar y hacerse fotos y videos.

A la misma hora que los nuestros saltaban al escenario de la Plaza de la Catedral, otros miles de personas acudían al escenario de La Ería, ese armatoste que montan todos los años en el parking del Estadio Carlos Tartiere. Unas instalaciones que hacen que durante dos semanas se putee al club que pasea el nombre de la ciudad por todas partes a pesar de que esas instalaciones han sido cedidas de forma legal y exclusiva a dicho club. Y no acaban ahí las estupideces, a veces incluso se contrata a gente cuya mayor satisfacción en la vida es insultar al club de la ciudad o presumir en las redes de haber defecado en el estadio. Imaginaos los personajes que se han llegado a mover por allí arriba a costa de una "iniciativa privada" que al final es un foco de subvenciones poco claras. Dicen que este año ya no se podía hacer nada y que el año que viene todo será distinto. Ya lo veremos. Veremos si es verdad y si todo cambia o todo es igual a costa de cierto precio. El tiempo lo dirá, apenas faltan cincuenta semanas.

Sí, en ese convulso clima actuó WARCRY en la Plaza de la Catedral. Una vez más y a pesar de todo, lograron convocar a gente de fuera de la ciudad, muchos con sus banderas, hasta tal punto que una de Andalucía llegó a lucirse sobre el escenario. Espero que nadie se lo perdiese, porque desde la cuenta de twitter del Ayuntamiento bien que se desinformó sobre los horarios. Para dar una hora errónea, mejor no poner nada. Sentimos impotencia con lo que vimos en nuestro móvil, ya no por la banda, si no por ver la cantidad de gente competente que hay en la ciudad y no es capaz de encontrarse un trabajo, para que un fulano o fulana no sepa ni escribir un tweet sin meter la pata estando cobrando por ello. Y espero que esa mala información fuese sin querer, mejor pensar en la estupidez que no en el hijoputismo mal intencionado.


Fue un concierto corto, muy corto, porque todos los de WARCRY lo son. ¡Ah no! ¡Espera! Fueron 21 canciones, pero es que pasaron voladas. Y sí, lo pasamos bien, pero al final abandonamos la Plaza con un punto de tristeza, pues cuando sus conciertos terminan nunca sabes cual puede ser el siguiente, ni siquiera si te lo podrás permitir, porque a lo mejor es en un punto lo suficientemente distante como para que vayas a poder permitirte acudir simplemente por razones económicas. Y es que un concierto de WARCRY son unas horas de felicidad, de evasión, de desahogo tan enormes, que cuando suena el "Hoy gano yo" es difícil que no se humedezcan los ojos.

El concierto de Oviedo ha sido uno de los mejores que he vivido de los nuestros. Sí, los nuestros. Y eso que hace tiempo que afortunadamente perdí la cuenta de las veces que les he visto. La banda mostró un muy buen nivel, y si hubo fallos, pocos se enteraron, sobre todo porque al micro vimos al mejor Víctor García que yo recuerde, con una potencia de voz y unas ganas que me transportaron casi a tiempos mozos. Verle además con Rober al lado siempre será especial. Sí, la nostalgia siempre aparece al menos durante un rato, aunque hay otros tres personajes sobre las tablas que hacen que enseguida se difumine como un espejismo.


A nuestra derecha contemplábamos también la mejor versión que puede ofrecer nuestro guitarrista favorito. Pablo García lo contaba tres días antes en nuestro programa de radio, la motivación era especial. Y se notó. Abajo estaba su familia, el motor que le hace pelear día a día con esa lesión de la mano que le castiga y que su buen hacer y sacrificio hacen que nos pase desapercibida. ¡Qué grande es! ¡Cómo nos clava los solos para que podamos hacer bien el air-guitar.!

Atrás Yugueros y Santi aportando mucho más de lo que se ve. La base sobre la que se apuntala el sonido del grupo, como si fueran las columnas de un edificio. Están y a veces casi te olvidas de ellos, pues vas pendiente del vocalista que lo da todo y de los dos melenas chiflados que le acompañan en la parte delantera. Esos que enamoran a las mujeres y que ocupan el lugar que los hombres desean.


Quiero Oirte abrió la noche de las emociones y comenzó con esa especie de karaoke que son sus conciertos y que ya quedó patente con Nuevo Mundo, que fue la segunda. Sí, cantamos. Mucho. Sin duda alguna la música nos gusta, pero las letras nos atrapan y las hacemos propias. Porque es difícil que así no sea cuando gritas algo como "nada hay bajo el sol que no tenga solución". 

Llegan al corazón, y si por lo que sea estás viviendo un momento difícil o lo has vivido antes, es fácil que te emocionen mucho más allá de lo razonable. Por eso es fácil ver llorar a la gente. A mí me ocurrió, y en esos momentos te sientes un poco estúpido y débil. Pero enseguida se te pasa, porque ves que no eres el único. Casi te dan ganas de abrazarte al de al lado aunque no le conozcas. Qué coño, quizás él o ella se abracen a ti. Menudo berrinche se pillaron detrás un par de chicas con Cobarde. Vete a saber lo que les ha tocado vivir.


Y sí, la noche estuvo llena de fuego -esta vez además al compás de la música- el efecto del confeti fue mágico y todo lo que me quieras contar, pero lo que nos llenó, como siempre, fueron las canciones, que sonaron como nunca, con un Víctor García que vino a sentar cátedra, motivadísimo y en un estado vocal impresionante. Que volvió a atreverse con la guitarra para tocar un Mi Tierra que no quiero que jamás se me olvide. Ojalá tuviéramos un DVD de la noche para sentir la sensación del momento una y otra vez. Si eres asturiano y estuviste allí y no te emocionaste con ese instante es que no tienes sangre en las venas, tienes cemento.

Devorando el corazón, El Amor de una Madre, Amistad, Siempre… significaron momentos inenarrables, que soy incapaz de describir con palabras y que siempre se quedarían cortos juntando letras. Fui tomando notas por las reacciones de la gente y sin duda esas canciones que hablan de experiencias personales llegan mejor que las épicas. Atrapan. El set-list fue casi perfecto, pero no del todo, no lo puede ser dejando fuera Como un Mago, una canción que funciona tan bien y que en su momento tocaban con Víctor García luciendo chistera. Una pena.


Y se terminó. Nos tuvimos que ir huyendo de los que venían detrás a demostrar lo buenos que son gracias a la música de otros. Tristes porque se había terminado y por esa sensación de vacío que te queda cuando todo se acabó. Pero contentos por haberlo vuelto a vivir una noche especial, inolvidable, de las que recordarás siempre. Henchidos de orgullo por sentirnos ganadores y sin duda alguna, propietarios de un Trono del Metal incontestable a día de hoy.

No saben bien los rumberos de la Ería lo que se perdieron viendo al afónico conciudadano, que por cierto al final no se atrevió a cantar su canción más emblemática en esta ciudad, la que se canta todos los domingos en el Estadio. Manda huevos. Pensar que alguno acudió sólo por vivir ese momento que además se había anunciado a bombo y platillo. ¡Qué estafa! En fin …


Como tendría que haber cantado el personaje al que no citaré, VOLVEREMOS. Seguro. Y si no es en Oviedo será en otra parte, pero no nos lo vamos a querer perder nunca. Porque además estamos seguros de que va a ser cada vez mejor. Porque la banda y su entorno nos hacen pensar que así va a suceder. Porque como reza la canción, “Donde tú vayas yo iré, donde me quieras llevar”. Siempre igual. Devorando corazones. Devorando nuestros corazones.

© Diario de un Metalhead 2015.

+ Entrevista a WARCRY en Diario de un Metalhead aquí.
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