domingo, 13 de abril de 2014

A HAPPY METAL PARTY. Gijón 02.04.2014. FREEDOM CALL + DRAGONHAMMER. Crónica y fotos.


By Larry Runner.

En esta era que nos ha tocado vivir, a nadie le viene mal una buena dosis de happy metal. Ellos no lo han inventado pero sí que lo han llevado a su máxima expresión y a día de hoy el sonido FREEDOM CALL se ha vuelto inconfundible.


Era la segunda visita a Gijón y en esta ocasión un miércoles lluvioso y con el Madrid de Champions en la televisión. Complicado para la banda pero inolvidable para el algo más de un centenar de personas que acudimos a la cita powermetalera.

DRAGONHAMMER abrieron la noche y aunque no lo hacen mal de todo, tampoco nos aportaron gran cosa, aunque fueron de menos a más, cerrando con dos buenos temas de su The X Experiment, el que da título al álbum y el que lo cierra Last Solution


FREEDOM CALL te inspiran buen rollo, te abstraen de tus pensamientos negativos y te introducen en una espiral alegre de puño en alto. Sus canciones te hacen la vida un poco más fácil y te dejan al finalizar la sensación de que hasta el último euro que te has gastado por acudir a verles ha merecido la pena.

En lo musical rozan la perfección absoluta. Nos encantan las bandas del estilo que circulan por nuestra tierra, pero FREEDOM CALL juega en otra división. Siempre que veo un grupo así, de los que no son precisamente cabeza de cartel de festivales, me doy cuenta de lo mucho que tenemos que aprender en este país en el que casi siempre vamos de grandones. No hace falta más que cruzar los Pirineos para que nos reflejen nuestra triste realidad de ir muchísimos años por detrás. A veces pensamos que las distancias se recortan, pero no hay más que mirar los carteles de los grandes festivales de fuera para darnos cuenta. Todos tenemos que aprender.

Con nueve discos de estudio y dos álbumes en vivo, FREEDOM CALL son una máquina bien engrasada, que a pesar de los cambios que ha sufrido a lo largo de los años, no ha hecho más que mejorar. Se presentaron en Gijón con nuevo batería Ramy Ali. El jordano - que ha sido miembro de formaciones como IRON MASK, EVIDENCE ONE y fue el batería del disco Kiske/Somerville -  dio una auténtica exhibición. No sólo demostró cómo hay que tocar su instrumento, si no que también desprende ese carisma que únicamente los muy grandes muestran desde la parte de atrás de un escenario. Fantástico en la ejecución, golpea con mucha fuerza y además monta el espectáculo con todo tipo de malabares con sus baquetas. Sensacional.

A nuestra izquierda Ilker Ersin en el bajista cumple con creces y ayuda en los coros continuamente. Es increíble lo mucho que se parece a Joey DeMaio de Manowar y no lo digo sólo por la forma de actuar en escena, si no también por su aspecto físico.


Lars Rettkowitz es ya el escolta perfecto para Chris Bay. Un excelente guitarrista, al que le falta quizás interactuar un poco más con el público. Genial para contrarrestar al líder Chris Bay. El vocalista y guitarrista desprende simpatía. Fueron muchas las ocasiones en las que nos arrancó ya no sólo sonrisas, si no que llegamos a las carcajadas. Su fluido inglés de perfecta pronunciación para que el mensaje nos llegase, se alternó en ocasiones con algunas palabras en castellano. Es de aplaudir el esfuerzo, no estamos habituados. Demuestra cultura y respeto por aquellos que pagan por verte, algo que desgraciadamente no siempre sucede. Enorme a la voz. Perfecto en su labor en la guitarra con algunos solos incluidos. También se soltó al piano en algunos temas como el estupendo Beyond que da título a su último trabajo, el cual podías encontrar entre el merchandising en una preciosa caja con excelentes bonus.

¿Qué tocaron? Pues quizás menos de lo esperado de Beyond y muchos hits. Y es que su extensa discografía, cargada de buenísimos temas les hace complicado elaborar un repertorio que respete el trabajo a estrenar. Me quedo con los momentos especiales que significaron Power & Glory  (menudas risas para arrancar), Tears of Babylon (muy coreada), Warriors, Farewell ... muchas. La verdad es que iba dispuesto a tomar notas, pero acabé pasando de todo y me dediqué a disfrutar de la fiesta. Me lo pasé en grande.

Al final Chris Bay tuvo preciosas palabras para los técnicos locales Ian Álvarez en el sonido y Mario León a las luces, que fueron parte fundamental en una noche para recordar. Gracias a ellos y a GMF por la preciosa velada. Disfruté tanto que acabé pidiendo autógrafos a toda la banda, algo en lo que no me molestaba desde hacía mucho tiempo.

© Diario de un Metalhead 2014.