miércoles, 13 de junio de 2012

Rafa lo último.


By Larry Runner.

Siempre estaba ahí. Nunca tenía un mal gesto. Nunca una dura palabra. Educado. Si necesitabas algo solo tenías que pedirlo. A veces si no lo decías y él veía que lo necesitabas se anticipaba a la jugada, como lo hacen los buenos centrales.

Fumaba demasiado. Todos se lo decíamos. Los médicos también. Sabía que cualquier día podía darnos un susto, pero le daba igual. Decía que había que aprovechar el momento y disfrutar lo más posible. Espero y deseo de corazón que lo haya hecho.

Solo tengo buenos recuerdos de él. ¡La de veces que me sirvió de "socorrista" cuando comencé mi andadura en Radio Ujo! Más de una vez le hice venir corriendo de la cafetería de David, en la que seguro le echan de menos también. Nos abría la puerta de la emisora, esperaba pacientemente a que el Diario de un Metalhead comenzara y cuando veía que nos valíamos por nosotros mismos se iba a tomar un café. Las primeras semanas, en cuanto tenía la taza delante siempre me pasaba algo y le tenía que llamar al móvil. Acudía raudo para solucionar aquellas chorradas que a mí se me antojaban problemas graves. Si no fuera por su ayuda estoy seguro de que en aquel entonces me hubiera dado por vencido. Habría arrojado la toalla y a día de hoy Diario de un Metalhead seguiría como web, pero nunca como programa de Radio. Siempre estaba animándome y charlaba mucho con María, mientras yo ajetreado me preparaba para salir en antena. 

Suelo llevar conmigo un botellín de agua y tenerlo muy cerca de mí para ese momento en el que la garganta se queda reseca y no puedes ni acercarte al micro. Un día fui sin ella, y el tiempo se me echaba encima. Él, que era detallista, apareció a los cinco minutos con una botella de agua. Allí estaba pendiente, como un ángel guardián todas las noches de los jueves. Apareció con el agua sin que nadie se lo pidiera. ¡Cuanto tenemos que aprender de gente como él!

¡La de veces que me cedió espacio para alargar el programa! “Tu acaba cuando quieras Larry, estás en tu casa” me decía. Y yo a lo mío. Abusando de su generosidad. Alargando las dosis de metal. 

Le echarán mucho de menos sus oyentes. Sus “viejecitos” como él decía. Las personas mayores de la zona que eran su audiencia. A quienes daba sabios consejos, les leía las noticias e informaba de teléfonos útiles, farmacias de guardia, etc. Seguro que más de uno se estará preguntando porqué no está Rafa Lobato por las noches.

Yo, cuando me vaya los jueves de la emisora, tras acabar mi programa, seguiré pinchando su música, la que guardaba en esa carpeta sin fondo llamada “Rafa Lo Último”. Era lo que él pinchaba, de ahí escogía los temas. Yo seguiré subiéndolo a la lista, para que su recuerdo perdure.

Era un tipo genial. Ni demasiado joven, ni demasiado viejo. Desde luego que no tenía edad para irse ya. Pero es verdad que los buenos se marchan pronto. “Only the good die young” cantaban Iron Maiden en el “Seventh Son of a Seventh Son”. Nunca mayor verdad salió de la garganta de Bruce Dickinson.

Descansa En Paz amigo Rafa. Permanecerás en nuestros corazones. Siempre te echaré de menos.

Larry Runner 2012.