jueves, 24 de mayo de 2012

HARCORE SUPERSTAR + KATANA.Gijón 17.05.2012. Crónica y fotos


Texto: Larry Runner

Segunda visita de Hardcore Superstar a Gijón y segunda noche triunfal. Una vez más, y ya he perdido la cuenta de cuantas van, el público asturiano volvió a dar la espalda a la buena música. Aquellos que no acudieron y que dicen de gustar de la banda, se quejarán dentro de unos años, cuando quizás no vuelvan. Dirán entonces eso de “que pena que me los perdí aquella vez”.

Hay crisis, estamos de acuerdo. Era jueves, también lo sabemos. Pero estoy seguro de que muchos de los que no acudieron, más de una vez se van a casa mucho más tarde de lo que terminó el concierto y en algunos casos seguro que estuvieron hasta las tantas delante del televisor viendo el Gran Hermano aunque la hija de nuestro amado Fortu ya no aspire a vencer. ¿El dinero? Más de uno se lo guardó para tomarse dos copas el sábado.

No seguiremos “puchando” al personal que no acudió. Pasaremos a contar lo que aconteció e intentar con nuestra narración darles envidia y que se coman las uñas sabiendo ahora la gran noche de Heavy-Rock, con mayúsculas, que se perdieron.

Porque si. Fue una noche muy Heavy aunque a algunos de los que estén leyendo esto les parezca que Hardcore Superstar no lo son. Si hubiesen estado en la Acapulco el pasado jueves quizás no opinasen igual. Sobre el escenario son mucho más heavies que algunos que se cuelgan esa etiqueta.


De todas formas, antes de centrarnos en la actuación de las estrellas de la noche, os relataremos sobre el show de la banda invitada, los vecinos Katana.

Y digo vecinos porque al igual que HSS, Katana proceden de Gotemburgo. Tengo que reconocer que los descubrí el día que me enteré que iban a ser los teloneros en esta gira. Escuché entonces su álbum de debut “Heads Will Roll” e indagando en su pasado descubrí que me los había perdido en el Wacken de 2010, al que acudieron representando a su país Suecia, en la Wacken Metal Battle. 

En Gijón hubo tiempo para casi todo. Al menos el suficiente para en principio presentar su segundo y flamante nuevo álbum “Storms of War”, interpretando canciones como “The Reaper” o el single “Kubilai Khan”. Luego nos deleitaron con lo mejor del citado “Heads Will Roll”. Disfrutamos de lo lindo con grandes canciones como la inicial del disco “Livin’ Without Fear” que pareció despertar a la audiencia y la centelleante “Blade of Katana”, donde su estupendo vocalista Johan Bernspang desenvainó su reluciente sable japonés, una preciosa katana que me consta cuida con mimo durante los viajes.

Precisamente Johan Bernspang es lo mejor de esta banda. Su tono de voz en más de una ocasión me rememoró a Michael Sweet de Stryper. La banda aparece sobre el escenario con un look digno de los tiempos del vhs. Mismamente Tobías Karlsson, uno de sus guitarristas vestía con unos leggins a rayas blanquinegras dignos del Harris de los ochenta.

No solo su vestimenta es ochentera, su música también se asemeja a la de los clásicos de aquella década. No es de extrañar. Anders Persson, su batería, es uno de los líderes del combo, y en su brazos y piernas puedes ver tatuajes de Maiden, Judas o Accept, por ejemplo.

Siendo amantes de la época su música además de a Stryper te podría recordar a otras bandas de de entonces, y no hablo solo de los más famosos. Su sonido también te podría rememorar como a mi a Tokyo Blade o Lizzy Borden, por citar a algunos.


Al bajo una chica, Susanna Alminen. Cumple con creces y su sonido poderoso, con gran presencia, te recordará sin duda al de Steve Harris.

Completa la formación Patrik Essén, un guitarrista sin demasiados ademanes, pero que sabe bien lo que se hace y ejecuta la mayoría de los solos. Lo hace bien, aunque es el más estático de todos sobre el escenario.

Terminaron su actuación con la canción que se ha convertido ya en su primer himno, “Heart Of Tokyo” y buscaron con ella la complicidad del público que acertó a cantar el estribillo acompañando a la banda.

Brillantes. Salieron de Gijón con unos cuantos fans más y seguro que en el resto de ciudades de la gira pasó lo mismo. Un gran descubrimiento y muy recomendables para los amantes de los sonidos de las bandas clásicas o de aquellas que las rememoran como Striker o Enforcer. Ahora tengo sus dos discos en mi colección firmados. Yo soy uno de esos nuevos fans.


Decíamos al principio de la narración que Hardcore son heavies en su actitud. Y así es. Pero lo son además, por supuesto, en su música. Vic Zino, su guitarrista, es un clarísimo ejemplo de como tiene que ser un metalhead sobre un escenario. Es toda una apisonadora. Sus riffs son cada vez más afilados y su imagen y su buen saber estar sobre las tablas son mucho más duros que los de algunos metaleros que se las dan de auténticos por llevar parches en la espalda.


A la voz Jocke Berg es un torbellino. He tenido la suerte de ver varias veces a la banda en directo, pero nunca había visto al vocalista en tan buen estado de forma como ahora. Físicamente se le ve más sano, más ancho, más fuerte y musculoso. Se nota que se cuida bastante más que hace unos años cuando tuvieron que cancelar fechas por su delicada salud. Ese buen estado físico se ve plasmado en su voz. Al concierto de Gijón llegó sobrado, con un potencial que hace que se permita grandes aullidos, potentes chillidos e incluso algún rugido gutural. Realmente impresionante. Tuve la suerte de acudir a la prueba de sonido y ya entonces lo comprobé. Si, puede cantar perfectamente temas de sus amigos In Flames, aunque ahora mismo no puedo asegurar si ese detalle fue en el soundcheck de Gijón o en el de Valencia.


"Adde" Andreasson aporreaba los tambores escondido tras una poblada barba. Marca el ritmo de la banda dentro y fuera del escenario. Es todo un líder. Cumple de sobra con su papel y no se suele parar en florituras, aunque eso depende del día. 

El enorme Martin Sandvik al bajo, no para de moverse por su zona y de acercarse a la gente. Calienta al personal e interactúa con la audiencia. Su aspecto bonachón le hace ganarse a la gente con su constante sonrisa y su generosidad a la hora de regalar púas.


Si se les puede poner alguna tacha, quizás fuese el tiempo de actuación. Poco más de una hora. Aunque la intensidad del show es desmedida y no hay momentos para largos discursos. Otros en teoría están casi dos horas, pero a costa de largos y aburridos solos.

Desde la inicial “Sadistic Girls” es un no parar. Los temas ganan en dureza con respecto al disco y no te dejan reposar. Te invitan a botar sin control como en “Wild Boys” o “My Good Reputation”. Así, sin darnos cuenta, nos pillamos una buena sudada antes de que la banda se despidiera, aunque sabíamos que se guardaban en la recámara tres valiosas balas.


Para el bis quedaron “Moonshine”, “Last Call For Alcohol”, donde invitaron a subirse al escenario a todo aquel que quiso y la imprescindible “We Don’t Celebrate Sundays”.

Una fiesta digna de recordar.

© Larry Runner 2012.

4 comentarios:

günner dijo...

Yo no fui porque no tenía con quien y me daba pereza ir sólo.
Además ese rollo heavy que se traen ultimamente, y a ti te mola tanto, a mí me echa un poco pa atrás...

Anónimo dijo...

La mayoría de los que no fuimos, creo yo que sería porque no nos gustaban los que tocaban... no hay que buscar cosas raras ahí, ni creo que haya que dar explicaciones por no haber ido ni nada, joer, lo que faltaba XDDD

Larry Runner dijo...

Nadie pide explicaciones. Allá cada uno con su conciencia xd! Pero conozco a gente que se queja de que no hay conciertos, cuando no los hay, y luego se queda en casa por sistema.

günner dijo...

Sí es lo que digo yo... los ladrones dicen que el futuro de la música está en los conciertos, está en tocar... y sí, habrá más gente en los festis, a donde va peña a colocarse e intentar follar y se la suda la música, pero yo en las salas cada vez veo menos.
Yo iba a ir a LA Guns, pero estos, sus dos últimos discos, no me molan mucho... y eso que cuando los vi en la gira de "Dreaming in a casket" me encantaron, y ya estaba el Zino.