martes, 22 de marzo de 2011

DOGFIGHT + THE BURNING LUST. Gijón, 19.03.2011. Crónica y fotos.



Noche de guitarras Gibson y bajos Fender. Noche de Rock con mayúsculas y auténtico. Noche de rock macarra, con actitud y con dos grupos de Mieres. Noche de diversión. Noche de reencuentro con una sala mítica y que nos trae fantásticos recuerdos, pues allí vi a The Punishers por vez primera. Noche de sábado.


La vuelta a la Sala The Class gijonesa, antes Stone Park y antes aún Louie Louie, fue en una gran noche de luna llena. Aparcamos fácil y cerca, a escasos 200 metros. Un poco de cena y pronto a la sala.

Al ser dos grupos de Mieres, prácticamente todas las caras eran conocidas para nosotros. Entre ellas las de algunos músicos, aunque como siempre echamos a gente en falta. Cada uno con su vida puede hacer un pandero, pero sigo diciendo que es muy necesario que apoyemos lo nuestro. Luego que no vengan las lágrimas. Y es que precisamente los que menos apoyan son luego los que más se quejan. Allá ellos y sus circunstancias, pero si alguien se da por aludido, en vez de enfadarse conmigo, que lo piense y actúe en consecuencia para la próxima vez. Que no mate al mensajero, simplemente reflejo aquí la realidad. Yo no soy el interesado en vender discos o en que la gente vaya a mis conciertos. Yo no soy músico. De todas formas, la entrada fue excelente.

Mieres ya es por derecho propio la Escandinavia asturiana. Si años atrás aquí se respiraba Heavy Metal, los jóvenes más adelantados de hoy, respiran por sus venas la música de la “gentuza” de Turbonegro, Hellacopters, Backyard Babies o mis favoritos Hardcore Superstar.

Y yo bien que se lo agradezco. Gracias a estos grupos locales, he conocido a los nórdicos, porque en 2005, que es cuando más o menos yo empecé a escuchar a los gigantes nombrados, yo pasaba bastante de toda esa onda rockera. Sí, lo mío ha sido siempre el heavy metal, preferiblemente el de los 80 y el thrash, aunque nunca he hecho ascos a ningún estilo. A ninguno.

Una vez soltada toda esta parrafada, si aún estás ahí al otro lado leyendo, te contaré más o menos lo que el sábado aconteció en The Class.


Con una media hora de retraso salieron a escena los primeros de la noche, The Burning Lust.

No había acudido a Xixón por ellos, yo fuí por Dogfight, a los que he ido a ver siempre que he podido y fuese donde fuese. Pero me encanta descubrir grupos nuevos, y aunque luego por amigos y por ellos mismos me enteré de que llevan más de diez años peleando, para mi son un grupo nuevo.

¿Que qué me parecieron? ¡Aluciné! Aluciné cuando los vi sobre el escenario. Aluciné luego cuando los vi tocar. Y aluciné cuando ya me enteré de algo de su historia.

Tienen calidad, actitud y saber estar, unas rítmicas que me encantaron, un gran guitarra solista y una sección rítmica que cumple con creces. Además tienen al frente a un excelente vocalista, Noel, que sabe como sacar a su voz todos los recursos y que me gustó muchísimo.

Sentí no conocer los temas, pero eso es algo que no me pasará la próxima vez. Hacen rock, con tintes punk y en bastantes ocasiones me recordaron a Motörhead. Pero van más allá, no se ciñen a un patrón porque beben de muchas fuentes, pero dentro de la autenticidad. Nada de rapeados, canciones tristes ni estupideces. Rock con cojones durante una hora. Los volveré a ver seguro. Son un bazooka. Muy buenos.

Luego llegó la hora de las huestes de Dave Kleinfeld, los responsables de que al menos tres turoneses estuviéramos allí, aunque como digo disfrutamos de lo lindo con sus compañeros de cartel, y los que más nos suelen gustar a los más metaleros, aunque ellos no lo sean.


Comenzaron con Tony Montana is My Friend y continuaron con Rocksexual. Aquello tenía toda la pinta de ir a repetir set-list del concierto del pasado mes en Oviedo. Nosotros contentos.

Tras el aplastante comienzo llegó la genial Rock The Party. ¡Que ganas tengo de tener el nuevo disco! Esa mezcla de rock y punk, casi a partes iguales, con unas gotas, solo unas gotas, de pop la hacen excelentemente.

Disfrutamos toda la noche de los clásicos pero con algunos temas nuevos colocados estratégicamente en el repertorio, aunque a diferencia del concierto de Oviedo, Dave estuvo menos comunicativo y en general encontré a toda la banda algo más fría, cosa que pudo ser debida a que durante toda la actuación tuvieron problemas. Creo que el tema de monitores tuvo algo que ver en ello.

Entre las nuevas canciones, me gustan mucho además de la citada Rock The Party, que ya se puede escuchar en su facebook, Give it to me,  que tiene un estribillo pegadizo y sencillo a base de un “nanana” que me encanta.

De los puntos culminantes del Saying And Doing, no hace falta ya citar nada. Pero el cierre de la actuación con Running On yeyo y Money’s Better Than Loyalty, que en esta ocasión no tuvo dedicatoria especial, es glorioso. El saxo de Dave marca la diferencia.

En definitiva una gran noche, donde los problemas técnicos sufridos por Dogfight no hicieron deslucir el show. Dos grandes bandas por las que los de la Cuenca del Caudal podemos sacar pecho.

© Larry Runner 2011.

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