domingo, 20 de febrero de 2011

Diario de un metalhead. Capítulo XV: Have a Green Day!


A Green Day los conocí por medio de un primo que me grabó una cassette con sus dos primeros discos. Era el 93. Aquellos dos primeros trabajos me encantaban y aún hoy en día los escucho alguna vez en el coche, aunque tengo que reconocer que con el tiempo la banda se ha hecho tan universal que mis necesidades del tipo de música que hacen, Punk-Rock, se ven de sobra cubiertas con las veces que los pinchan en Rock&Gol. Hoy en día tengo los discos originales y uno de ellos incluso en una edición especial con bonus y no se cuantas historias más.


Al año siguiente de descubrirlos se pasaron por Oviedo. No dejaba de ser curioso que una banda californiana fuera a parar a la Sala El Antiguo. Aunque de todas formas, en los 90 por esa sala pasaron nombres realmente importantes como Napalm Death, Ratos de Porao o los mismísimos Mago de Oz.


1994

Sacamos las entradas con mucha antelación en la desaparecida tienda de discos "Discoteca" y fuimos al concierto. Venían presentando su tercer larga duración, "Dookie", que acababa de salir, y se habían puesto manos a la obra para patearse Europa de arriba a abajo con dos dólares. Tenían fe en lo que estaban haciendo y la jugada les salió bien. Y es que, el que es bueno, es bueno, independientemente del estilo que toque. El trabajo bien hecho a veces da sus frutos.

Aquel trío de chavales no habían inventado nada. Habían mamado el estilo de Bad Religion y le habían dado un toque un poco más pop, pero sus canciones enganchaban. Conclusión: sold-out en Oviedo a pesar de ser por entonces aún una banda muy poco conocida. Underground total por aquel entonces.

En Oviedo presentaban su nuevo cd teniendo como banda telonera a los Soonflowers del Jors, un colega de entonces de la Chiribí y nosotros no nos lo íbamos a perder. En esa época los escuchábamos muchísimo. Por aquel entonces también le dábamos fuerte a The Supersuckers e incluso a Pennywise. Pero probablemente yo fuese el único aquella tarde con una camiseta de Metallica.

Antes del concierto, mi chica y yo estuvimos en la Cafetería Riego, pegada casi a la sala, por la que yo entonces paraba mucho porque allí tenía amigos turoneses tras la barra. Allí comimos un pincho y tomamos alguna cerveza para ir entonando antes de entrar en la sala y que nos clavaran. Estábamos sentados a la barra cuando se nos acercó un chaval delgado y con el pelo teñido de color verde. Se sentó a nuestro lado. Era guiri, hablaba un inglés con acento yankee y decía llamarse Tré Cool. Sí, era el  batería que venía a comer algo también en compañía de su técnico de sonido. Porque en aquel tour viajaban cuatro, sin crew ni leches, unicamente con un técnico de sonido que luego veríamos que era un crack porque iban a sonar como pocos han sonado en esa sala.


TréCool

El caso es que allí nos tienes con Tré Cool sin haberlo previsto ni buscado. Llegó mi primo, que por entonces era superfan, y se fue con una foto firmada. Nosotros habíamos llevado una tela blanca con la leyenda “Welcome to Oviedo Paradise”, buscando el juego con su canción de “Welcome to Paradise”. Tré Cool nos agradeció el detalle y nos firmó el trapo, con una muy original firma que guardo plastificada y con mucho cariño al lado de sus baquetas: “Larry, aquí tienes una firma decadente” puso antes de firmar.

Fue encantador, un chaval muy sencillo que nos contó que había descubierto la tortilla de patata y que le encantaba. Le preguntó a mi chica que como se cocinaba y allí mismo ella le explicó como la tenía que preparar. Tré Cool no perdía detalle y dijo que en cuanto llegase a casa se iba a poner manos a la obra  porque le gustaba muchísimo. Recuerdo su cara de tristeza cuando observó como un camarero se llevaba el último pincho de tortilla a otra mesa justo cuando él lo iba a pedir.

Entre las muchas cosas que hablamos con él, recuerdo que nos narró que tenía a su novia embarazada, que iban a tener una niña y le iban a poner de nombre Ramona en honor de la banda punk-rock neoyorkina. Sonaba extraño, pero meses más tarde, ya siendo una banda superventas gracias al pelotazo que supuso Dookie en las FMs de todo el mundo, leímos en una entrevista como contaba su experiencia como padre tras haber dado a luz su novia a una preciosa niña de nombre Ramona. Nos sentimos felices, casi parte de aquello y recordamos el rato que pasamos con él aquella soleada tarde en la barra del Riego. No nos había engañado, ya era padre de aquella niña que hoy roza la mayoría de edad. Ramona nació en Enero de 1995 y sus padres se casaron dos meses más tarde. A día de hoy está divorciado de aquella chica, aunque su relación parece ser bastante cordial gracias a su hija.


Ramona de pequeñaja con sus padres.

Ramona en la actualidad

Ya en el concierto, estábamos viendo a Soonflowers actuar. Mientras observábamos a los carbayones Tré Cool vino a saludarnos de nuevo. ¡Que grande! Disfrutamos como locos de aquella velada, y sus baquetas, al lado de la “firma decadente” cuelgan de la pared del salón en un lugar preferente  y dentro de una vitrina preparada con enorme cariño.

Luego llegaron los videoclips en todas las televisiones del mundo y el éxito. No los he vuelto a ver en vivo, pero con el paso de los años he seguido comprando algunos de los discos que han ido editando. Llenan pabellones, ganan Grammys y han vendido más de 65 millones de discos. Pero estoy seguro de que si te cruzas con Tré Cool y le invitas a tortilla de patata, te dirá que sí y se irá contigo al bar que sea.

Grandes, muy grandes, fieles a sí mismo, criticando a quién lo merece, haciendo letras inteligantes, enormes y por siempre en mi corazón. Billie Joe, Mike y Tré Cool.




© Larry 2011.

4 comentarios:

ferre dijo...

joder larry esa historia con el batería de green day no la sabía yo... tas tardando ya en escribir un libru con toes les tus hazañes ejej

Leña dijo...

En Soonflowers tocaba Alberto, el hermanu de un colega miu.

Acuérdome que cuando vi el cartel de estos, yo pensaba que era un grupo del tipo de Australian Blonde o algo asi, con nombre inglés pero de aqui...cuan equivocado estaba!

Otro gran artículo!

Mark dijo...

Qué bueno tío, jamás me habría imaginado que compartisteis esas vivencias con el batería de Green Day jaja
La verdad, fue el primer concierto como dios manda al que fui, tendría 15-16 años (y también fui con una buena camiseta de Iron Maiden para dar la nota entre tanto punk rocker XD)
Muy bueno si señor!

Hermes dijo...

Larry, yes un punkrocker!!
Gran anécdota, si señor!