miércoles, 2 de febrero de 2011

Diario de un Metalhead. Capítulo XII: Dimebag Darrell, perdónanos nuestras deudas.


El 8 de Diciembre de 2004 se nos fue uno de los más grandes guitarristas de heavy metal de la historia. Uno de esos que nacen cada muchos años. Uno de los que innovan. Uno de los que aporta algo nuevo pero que además lo hizo con el buen gusto de mantener el espíritu del estilo.


Llegó a través de su guitarra al heavy metal para hacerlo crecer. Para llevarlo a una nueva dimensión, y el tiempo y su muerte le han hecho aún más grande.

Vulgar Display of Power, el primer álbum de su banda, Pantera ha cumplido ya 20 años. Un vigésimo aniversario que se ha celebrado con una edición especial, aunque para mí la sorpresa de esa edición no ha sido para tanto, y creo que se ha quedado un poco cutre para lo que yo esperaba de ella.

Pero ojo. Ahora a todos se nos llena la boca hablando de Dimebag y de sus Pantera, porque eran sus Pantera, ¡y que se joda Phil Anselmo!


Y es que en Europa nunca les hicimos ni caso. Las cifras de ventas de sus discos en nuestro continente siempre fueron de pena, desde el principio hasta su desaparición. Y eso que los discos han estado en Serie Media toda la vida y la distribución siempre ha sido de las mejores, pues hasta en el supermercado más cutre han estado a nuestro alcance.

En la gira del Painkiller de Judas Priest, la banda invitada era Annihilator. Casi nada, los Annihilator del Never Neverland, y la banda telonera Pantera. Pues bien, durante aquel tour, Pantera, según cuenta a día de hoy el batería y hermanazo Vinnie Paul, vendieron veinte puñeteras camisetas en todo el tour europeo. Volvieron a USA cargando por las camisetas, casi nadie les compró nada. Pasaron sin pena ni gloria ante la indiferencia de los metalheads europeos, y eso presentando Cowboys From Hell.



No es de extrañar, que entonces ya cogieran un poco de manía a nuestro continente y hoy en día sean muy pocos los que puedan contar que los vieron en vivo.

Si preguntas hoy por ahí a los más veteranos, muchos te dirán que los vieron en Donosti con los Judas. Falso. Algunos si los vieron. Pero la mayoría a esas horas estaban en los alrededores de Anoeta poniéndose ciegos de birras porque aquellos eran unos teloneros de los que pasaban bastante. Cuando Pantera saltaron al escenario allí había cuatro gatos. Y que no te extrañe, hace poco más de un año yo mismo pude comprobar, en el mismo recinto y con Judas Priest también de estrellas, como Testament tocaban para menos de la mitad de la gente que luego presenció el show de las estrellas. Algunos no aprenden.

Ojo, yo no me libro. Yo sí que no tengo perdón. Aquella magnífica noche estaba en Donosti, pues me había desplazado de fin de semana. Hotel incluído. El plan era el sábado ir al Velódromo a ver el concierto y el domingo al Estadio al fútbol, pues el Real Oviedo jugaba allí. Al fútbol fui, pero al concierto no. El nivel etílico de aquella tarde con los colegas futboleros, llegó a tal altura que pasé de ir al concierto. Con los años pude ver a Annihilator y a Judas Priest, pero lo de Pantera, como castigo divino, ya no lo pude recuperar. Y además, estoy seguro que de haber ido, los hubiera visto. Siempre me gusta entrar pronto en los recintos.

Así que lo dicho. Al menos en Europa, no tenemos perdón. En su día pasamos de ellos y ahora les echamos y echaremos para siempre de menos. Por eso, aprendamos la lección, y respetemos siempre a los teloneros. Nunca se sabe.

© Larry Runner 2011