domingo, 9 de agosto de 2009

Crónica Wacken 2009. 2/3


Viernes 31 de Julio

El festival nos recibía la mañana del viernes con un buen barrizal. Las lluvias de la noche habían hecho aparecer el típico barro de Wacken. Como dice un colega mío, si vas a Wacken y no ves barro es casi como si no hubieses ido al festival.


Al llegar dejé a Sergio a la entrada y me fui a aparcar. Tardé en encontrar un sitio para dejar el vehículo y fruto de ello vino que me perdiera la actuación de NAPALM DEATH, que actuaban a las 11 de la mañana en el Party Stage, justo a la vez que los los blackers noruegos VREID lo hacían en el el Black Stage, uno de los dos escenarios grandes del festival.

Por suerte llegué para ver a la leyenda británica UFO (foto de cabecera). La banda dirigida por un perfecto Phil Mogg se presentaba en Wacken con la ausencia de Pete Way.  El caso de Phil Mogg es digno de estudio. El veterano vocalista supera los 60 años, lleva más de 40 cantando y aún conserva una voz digna de elogio. Junto con Ronnie James Dio, probablemente sean los cantantes veteranos que mejor se conservan. Eso sí, a nivel de liderazgo, comparte la responsabilidad con Vinnie Moore, el maestro de la guitarra.

En su corto set-list de apenas una hora intercalaron temas de su último album “The Visitor” con clásicos. Por supuesto el público respondió mucho mejor a los temas clásicos que a los nuevos. La interpretación de todas y cada una de las canciones fue en todo momento magistral, aunque Vinnie Moore alarga los solos demasiado en algunos momentos y en mi modesta opinión hace que estos pierdan parte de la esencia de la canción. En un concierto de gira la gente va a verte solo a ti, pero en un festival el comportamiento debería ser más festivo, las demostraciones de virtuosismo no conducen a nada. Se despidieron con “Rock Bottom”, y siempre me preguntaré porqué no tocaron “Doctor Doctor” como esperábamos todos los que estábamos allí. Jamás entenderé la actitud de algunas bandas a no tocar en vivo sus temas más míticos, los que más espera escuchar la audiencia. Que conste que el caso de UFO no fue el único del festival.

Tras UFO llegó la hora de ENDSTILLE, grupo de black metal que obtuvo una gran acogida por parte de los amantes del estilo, cosa normal, ya que este año el Black Metal se ha visto reflejado en menor medida en Wacken con respecto a otros años, con la ausencia de los grandes nombres del estilo. Al no ser muy fan del black, y viendo la hora que era aproveché para comer con un poco de tranquilidad. Y es que estar 3 días comiendo a base de bocadillos no es bueno para ningún estómago, y había que cuidarse. La tarde y la noche del viernes iban a ser realmente largas y emocionantes, llenas de sensaciones fuertes.

En la sobremesa disfrutamos de GAMMA RAY, grupo habitual en el festival y del que quizás no necesitemos comentar nada. ¿Quién no conoce a Kai Hansen y a Gamma Ray a estas alturas? Tocaron lo de siempre y como siempre. O sea, geniales, porque Gamma Ray siempre han sido y siempre serán geniales.

Luego llegó el turno de uno de los grandes momentos del día. En el Black Stage hacían acto de presencia los americanos de Detroit WALLS OF JERICHO. Al mando la brutal y totalmente tatuada Candace Kucsulain. Una mujer capaz de decir la palabra “fuck” una veintena de veces en cada presentación de cada tema. De cada 2 palabras que salían de su boca una era “fuck”. Los americanos pusieron el festival patas arriba y se vieron por primera vez auténticos y violentos “wall of death” y unos “circle pits” realmente escalofriantes. Su metalcore sacó de las tiendas de campaña a esos nuevos metalheads de pelo corto y con gorra que se vuelven locos dándose empujones y chocando violentamente unos contra otros, actitud que hace palidecer a los mejores pogos de los punks británicos de los 70.

Sin duda habíamos visto a los triunfadores de la tarde y a una de las mejores front-woman del planeta. 60 minutos plenos de energía.

Tras la brutal descarga de Walls of Jericho llegaron NEVERMORE, a los que encontré un poco fríos y que yo creo que en ningún momento llegaron a conectar del todo con la audiencia. Siguen sin gustarme.

A las seis de la tarde la gente se dividía entre el Black Stage y el Party Stage. En el escenario grande repetían por segundo año consecutivo uno de los más grandes triunfadores del último año en Europa, los australianos AIRBOURNE con su rock duro sencillo, sin complicaciones, sin virtuosismos, ni falta que hace. Vimos casi exactamente el mismo espectáculo que el año pasado. Una banda que no para ni para tomar aire y con un Joel O'Keeffe que una vez más bajó del escenario para estar en contacto directo con la audiencia y que escaló también a lo más alto del escenario para que casi se le pudiese ver desde Hamburgo. Una hora de concierto, diez canciones, sin parones, sin pérdidas de tiempo. Rock directo. Con semejante espectáculo ni siquiera hice un amago de acercarme al Party Stage donde actuaban los aburridos DRAGONFORCE. “Too much, too young, too fast”, filosofía del rock n’ roll. Lección magistral.

Llegado a ese punto de la tarde me dirigí por primera vez al Wet Stage. Allí estaban actuando los fantásticos BRING ME THE HORIZON, a los que nunca había visto en vivo. Bring Me The Horizon son una banda de Sheffield, Inglaterra fundada en 2004. Practican un Metalcore en el que vuelcan todas las frustraciones de unos jóvenes víctimas de una ciudad industrial venida a menos. No poseo aún ninguno de sus dos discos, pero pronto me pondré al día. En su país han acaparado toda serie de galardones en los últimos años. Mientras el Meet & Greet de IN FLAMES presentaba una cola kilométrica.

Tras el show de los británicos metalcoretas llegaba la hora de lo que iba a ser para mí uno de los momentos estelares del día. La actuación de la leyenda thrasher americana WHIPLASH. Reunidos por su líder, voz y guitarra Tony Portaro pisaban Europa por primera vez y en el Wet Stage iba a quedar demostrado que en el viejo continente la gente les aprecia. Su set-list cargado de temas ochentenos y encabezado por “Last Man Alive” volvió locos a los thrashers más veteranos, y a los más jóvenes, aquellos que aún no habían nacido cuando se publicó en 1987 el mítico “Ticket to Mayhem”. Grandes, muy grandes y los cuarenta minutos demasiado escasos. Y sí, señor Tony Portaro, “we like the good shit, we like Ticket to Mayhem”.

Tras la descarga brutal de Whiplash teníamos dos opciones. O ver al grupo de moda en el Reino Unido BULLET FOR MY VALENTINE o ver a los originales COHEED AND CAMBRIA. Me decanté por COHEED AND CAMBRIA y me fui corriendo hasta el Party Stage para poder disfrutar de su maravilloso directo.

Coheed and Cambria tienen una música simplemente inclasificable. Algunos la llaman “rock alternativo”, otros “post grunge”, yo no sé que etiqueta ponerles. Simplemente son Coheed and Cambria, no se parecen a nadie, tienen estilo propio, y temas como “No World for Tomorrow” sonaron en directo a música celestial. Para los fans de Iron Maiden nos dejaron un trocito de “The Trooper” y se fueron sin tocar mi favorita “Running Free”. Claudio Sánchez canta en directo como en los discos. Eché en falta algunos coros por parte del resto de la banda, pero en general fue uno de los mejores conciertos que viví en Wacken 2009.

Tras la actuación de los neoyorkinos llegaba la hora de las bandas grandes del día. Mötorhead, In Flames, Doro y Amon Amarth, por ese orden, iban a ir desfilando por los escenarios principales, y solo unos pocos se iban a mover de allí a escenarios más pequeños. La noche era apacible, el sol había brillado con justicia durante todo el día, y el barro que nos recibía por la mañana estaba ya seco, con lo cual caminar por el festival era una tarea ya mucho más sencilla.

El primero de los grandes en efectuar su descarga fue Mötorhead, que para la ocasión estuvieron acompañados de unas estupendas go-go’s que respondían al nombre de Fuel – Girls y que ya habían aparecido sobre el escenario la tarde del díia anterior acompañando a Skyline.

Ni que decir tiene que las Fuel – Girls hicieron que la actuación de las huestes de Lemmy Kilmister mejorara con creces visualmente. Repartidas a lo ancho del escenario las atractivas mujeres centraban las miradas del público masculino. Respecto a lo musical, el típico show de Mötorhead, sin sobresaltos, lineal y fantástico como nos gusta. Abrieron con “Iron Fist” y me lo pasé en grande con “Metropolis”. Eso sí, para la interpretación de “Killed by Death” contaron con la colaboración de la fantástica y por mi adorada vocalista de Skew Siskin, Nina C. Alice. Tan guapa y atractiva como siempre y con esa voz tan personal que la hace sencillamente ser una de las grandes reinas del rock.

Para el bis dejaron sus dos éxitos más grandes “Ace of Spades” y “Overkill” y una vez más me quedé con las ganas de escuchar “Born to Raise Hell”.

Tras Mötorhead salieron a escena los suecos IN FLAMES, que solo dos años más tarde de su última aparición, volvían a ser una de las estrellas de cartel mejor festival de heavy metal del mundo.

A día de hoy debe ser difícil para IN FLAMES escoger un set-list. Son ya muchos los éxitos acumulados por los suecos, son muchos los temas convertidos en himnos, y debe ser complicado tener que dejar fuera algunos temas míticos para poder encajar los nuevos. De todas formas, como fan que me considero de In Flames, a día de hoy, casi me da igual lo que vayan a tocar en vivo. Siempre cumplen. Así que el “crowd surfing” se desató ya desde el arranque con “Delight and Angers” y ya no paró hasta el final en un set basado en su último muy premiado album “A Sense Of Purpose”. Hasta yo mismo no pude resistir la tentación de una vez más lanzarme a esa brutal sensación que es desplazarse por encima de las cabezas de la audiencia flotando rumbo al escenario.

Sonaron “Alias”, “The Mirrors Truth”, “Disconnected”, “The Chosen Pessimist”… No perdieron tiempo con parones para bises, fueron 15 cortes sin descanso. “Trigger”, “Cloud Connected” la audiencia se volvía loca con los suecos que siguen sin contar con Jesper Strömblad en sus filas, aunque hay que reconocer que el sustituto escogido es realmente perfecto. Niklas Engelin, que ya perteneciera a la banda en al época de “Whoracle” y que actualmente lidera a Engel es un auténtico fenómeno de la guitarra y su incorporación un auténtico acierto hasta que Jesper regrese recuperado de sus problemas con el alcohol.

Curiosamente, a pesar de tener hoy en día en la banda a Niklas Engelin, de “Whoracle” no tocaron ningún tema, ni siquiera la favorita “Episode 666”, una vez más la banda basó su set-list en los mejores temas de sus últimos discos. Eché también en falta algún tema más de “Colony” del que solo interpretaron "Embody the Invisible", pero es que 75 minutos no dan para nada más que 15 canciones.

La anécdota la protagonizó la aparición para “Dead End” de su compatriota la vocalista Lisa Miskovsky, como ya hiciera en la grabación del album “Come Clarity”. Fue genial escuchar por primera vez el tema con las voces originales del disco. Pero la verdadera locura se desató con “Only For The Weak”, claramente el tema favorito de los fans y que puso a casi 70.000 personas a saltar al mismo tiempo.Y es que “Only For The Weak” solo se interpretó en unos pocos conciertos de su pasado tour europeo y en muchas de las actuaciones la audiencia se quedaba con las ganas de escuchar su hit. Una actuación de 10 que en ese momento pensábamos que sería insuperable, aunque al día siguiente y a media tarde veríamos que nos íbamos a equivocar con esta apreciación. Una única pega, In Flames sonaron bajos de volumen para mi gusto.

Tras la máquina de destrozar cuellos sueca llegaba la hora de la diosa del metal. Doro Pesch pisaba el escenario por segundo día, tras la colaboración con Skyline de la tarde anterior interpretando el himno del festival “We Are the Metalheads”.

El repertorio de Doro, de una hora de duración, estuvo compuesto de once temas. Cinco propias, cinco de su etapa Warlock y la versión del “Breaking the Law” de Judas Priest. Aunque las luces del festival fueron en todo momento excepcionales con todas las bandas, con Doro creo que fueron tratadas con aún mayor amor. Doro comenzó con cuatro temas seguidos de Warlock, lo que nos hizo pensar que todo su repertorio iría dedicado a su antigua banda. “Für Immer” , “I rule the ruins”, “Burning Witches” y “True as steel” de salida, hicieron que esa fuese nuestra idea. Aunque luego ya llegaron temas de su cosecha como “Fight” o “Burn it Up”. Para “Celebrate” contó con la colaboración de su amiga y líder de Holy Moses Sabina Classen.


Tras la fantástica y nostálgica actuación de Doro la noche se cerraba a lo grande con uno de los grupos de moda en Europa, AMON AMARTH. Los suecos se presentaban en Wacken con un enorme Drakkar vikingo montado en medio del escenario con la proa enfocando a la audiencia. Una puesta en escena que nos dejaba boquiabiertos y que en un instante había hecho palidecer a todas las escenografías vistas hasta ese momento durante el festival.

El repertorio para esta noche de Wacken fue sencillamente en mi modesta opinión, perfecto. Tocaron lo que la mayoría de los presentes esperábamos de ellos, y es que si bien los suecos cuentan con fans fieles desde que su primer disco “Sorrow Throught the Nine Worlds” viese la luz allá por 1996, hay que reconocer que el boom de la banda ha llegado con sus dos últimos discos, “With Oden On Our Side” y “Twilight of Thunder God”. En este último disco, editado el pasado año 2008, basaron su noche. Abrieron el concierto al igual que en el disco con “Twilight of the Thunder God” y “Free Will Sacrifice” y más tarde sonarían también la exitosa “Guardians of Asgaard”, “Varyags of Miklagaard” y “Live for the Kill”.  De todas formas el momento más álgido llegaría con “The Pursuit of Vikings”, canción que ya ha alcanzado la categoría de himno. Cerraron con “Death by Fire” y un enorme derroche de pirotecnia. El fuego de Wacken nos mandaba a la cama completamente agotados pero con ganas de que amaneciera para volver a vivir otra jornada de emociones.

continuará ...

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